La inmobiliaria de Sergio Ramos en Los Berrocales pierde 19 millones

La firma conjunta con Eroski finiquita la deuda bancaria y amplía capital Reconoce un deterioro del valor de los terrenos

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La inversión de Sergio Ramos en el futuro barrio de Los Berrocales en Madrid, de momento, no está siendo nada rentable para el futbolista del Real Madrid. Su sociedad Desarrollos Inmobiliarios Los Berrocales (DILB) perdió 19,1 millones de euros en el último ejercicio, cerrado a 31 de enero de 2020, según se recoge en las cuentas presentadas recientemente en el Registro Mercantil.

La pérdida contable, que no implica salida de caja, viene justificada por el deterioro que se apunta la inmobiliaria por el inferior valor de sus suelos, también por un importe de 19,1 millones, respecto al precio de adquisición de esos terrenos.

El defensa blanco es el accionista mayoritario de esta sociedad, con el 49,99% del capital a través de Sermos 32; José María Ramos, padre del futbolista y presidente de la empresa, dispone del 1,01% del capital, y por último Cecosa Hipermercados (Eroski) con un 49%.

Igualmente aparece reflejado en las cuentas de Desarrollos Inmobiliarios Los Berrocales que la compañía ha finiquitado el crédito bancario que tenía por un importe de 35 millones de euros, aunque no explica en el documento que lo hizo mediante un acuerdo con el acreedor, tal como informó Cinco Días en junio. La inmobiliaria pactó con la sociedad entregar la mayor parte de sus terrenos en el barrio madrileño a cambio de acabar con ese pasivo, que sumado a los intereses llegaba a los 42 millones, confirman fuentes de la empresa.

Ese préstamo hipotecario fue concedido por el ya desaparecido Banco Pastor, que a su vez pasó a Popular y más tarde a Santander. Debido a que ese barrio lleva dos décadas por desarrollar urbanísticamente y sin negocio promotor todavía, la compañía de Ramos y Eroski no ha tenido negocio relevante, por lo que el crédito no se devolvió y se consideró fallido. Finalmente, ese préstamo fue traspasado en un 51% a Blackstone dentro de la gigantesca cartera de préstamos dudosos que la entidad presidida por Ana Botín bautizó como proyecto Quasar.

Antes de que Blackstone ejecutara y se quedara con el terreno, llegó a un acuerdo con la empresa del jugador por la que se traspasó alrededor de 360.000 m² a una firma llamada Canvives y controlada por el fondo estadounidense, según las fuentes de DILB, a cambio de cancelar la hipoteca.

En las cuentas aparece también que la compañía contaba con un patrimonio neto negativo de 5,99 millones, por lo que los socios han tenido que salir al rescate de la empresa. En verano realizaron lo que se denomina una operación acordeón, primero reduciendo capital y posteriormente ampliándolo para que los fondos propios superen más de la mitad del capital social. La inyección de los socios fue de alrededor de 1,5 millones de euros, explican desde la compañía.

Asimismo, Ramos inyectó en la inmobiliaria 156.000 euros a través de un préstamo de su sociedad Sermos 32, por el mismo montante que ya había concedido en dos ocasiones y que permite a la sociedad seguir con su actividad.

Fuente: elpaís

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