Mientras que en el mundo sigue la promoción de diversos programas de apoyo por gobiernos de distintos países, aquí la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador se mantiene firme en no aplicar esos estímulos a los que denomina como “neoliberales”.
Obviamente, los pronósticos mantienen su deterioro, toda vez que ahora UBS anticipa una contracción del PIB de 7.6% en el 2020, nivel al que pronto llegarán otras firmas de prospectiva. Claramente en el escenario se dibuja ya la peor crisis de los últimos 25 años, porque al golpe del Covid-19 debe sumarse el deterioro que ya mostraba la economía en el 2019 por la desconfianza.
Hasta ahora AMLO ha preferido mantener la comunicación con su electorado ligado a la base de la pirámide. Su misión es ayudarlos y está bien, aunque esto no va a suceder en el actual entorno y en cambio se va a lastimar seriamente a la clase media.
Muchos de estos que votaron por él y que ascendieron a gran velocidad por la estabilidad de los últimos años ya comenzaron a recibir el golpe de la situación con despidos o reducción de salarios.
Éste es el grueso de la clientela del sistema financiero y más en concreto de la banca, que no hace mucho reaccionó con una tregua de cuatro meses a sus acreditados para cubrir sus deudas.
La noticia de estas ayudas por parte de los miembros de la ABM, que preside Luis Niño de Rivera, fue muy bien recibida, pero por desgracia será insuficiente. Hay la coincidencia entre los expertos de que sólo se pateó el bote. La verdadera problemática de los bancos por el derrumbe económico se verá para el tercer trimestre, al elevarse las cuentas por cobrar, hoy en un paréntesis, y con ello las carteras vencidas, debido a la incapacidad de los clientes para pagar, afectados por una depresión económica y sin respuesta alguna de la SHCP, de Arturo Herrera, hoy muy lejos del tamaño del actual desafío. Así que el golpe a la clase media es pésima noticia para la banca y otros intermediarios financieros.
Sólo en un mes golpe de $1,500 millones a cines
Así como en la aviación y la hotelería hay un antes y un después por el Covid-19, en lo que es el entretenimiento el golpe por la emergencia también es durísimo. Sólo en producción se ha pospuesto en el país la filmación de 25 películas y series de miembros de Canacine, que preside Fernando de Fuentes y que lleva Tábata Vilar. No hay fecha para su reanudación, lo que afecta a 50,000 empleos directos y tres tantos más en indirectos. En exhibición todas las salas cerraron desde el 20 de marzo con un impacto a 25,000 trabajadores. No falta nada para que se cumpla ya el mes de inactividad. Conforme a la misma Cámara en el 2019, en ese mismo lapso se vendieron 30 millones de boletos con ventas por 1,500 millones de pesos, que simple y llanamente se esfumaron. Trago amargo.
Nadie recibe respuesta del gobierno
Ayer la IATA, vía Peter Cerdá, denunció la nula respuesta de SCT, de Javier Jiménez Espriú, para establecer medidas de apoyo en favor de las aerolíneas. Como sabe, la industria vía Concamin, de Francisco Cervantes, también se quedó con un palmo de narices con Economía, de Graciela Márquez, y lo mismo el rubro turístico vía el CNET, que preside Braulio Arsuaga, quien nunca recibió ninguna respuesta de Sectur, que lleva Miguel Torruco. La consigna más que clara.
Comienza extensión del confinamiento
Los tiempos para el confinamiento en casa se van a extender más allá de este mes. Ayer, el Consejo de la Judicatura Federal, que preside Arturo Zaldívar, notificó que en su caso la suspensión se ampliará por lo pronto al 5 de mayo, con excepción de los órganos jurisdiccionales que operan vía guardias. Se quedaron cortos.
Fuente: eleconomista
