Senadores, una semana para hacer lo correcto

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Muy bien por los cabilderos del sector agroindustrial mexicano que rápidamente se movieron para que los senadores echaran para atrás esa pifia aprobada por los diputados de última hora de incrementar el pago de derechos por el uso del agua en el campo mexicano.

Se les hizo fácil pretender sacar dinero de los pozos que surten a uno de los sectores que más éxito ha tenido en el comercio internacional y que da trabajo a millones de mexicanos. Pero la sensatez privó y de inmediato fue rechazado esto por los senadores que tienen una semana para revisar la Ley de Ingresos para el 2020.

Ojalá que también tengan éxito los cabilderos del sector automotriz que ahora mismo enfrentan otra de esas ocurrencias aberrantes de Morena que, también de última hora, logró incluir una fracción transitoria para que el próximo año se abra la puerta a la legalización de decenas de millones de autos ilegales en México.

Inspirados en su propio beneficio político-electoral, los promotores de este absurdo no tienen ni idea de los efectos altamente dañinos para una larga lista de industrias y servicios establecidos en nuestro país y por lo tanto de sus trabajadores.

Queda abierta la posibilidad de que los senadores tengan la sensatez de cambiar esto que fue incluido en la oscuridad de la última noche del fin de semana en que los diputados aprobaron esta Ley de Ingresos. Como sea, los senadores ya tienen los reflectores encendidos apuntando hacia ellos en este tema.

Lo que hay que ver con mucha atención es si los cabilderos de la propia Secretaría de Hacienda logran hacer bien su trabajo y evitan que un Paquete Económico, que ya había llegado al congreso con serios cuestionamientos sobre su viabilidad, sea empeorado hasta los niveles de ser un peligro financiero.

Calcular a estas alturas un estimado de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el 2020 de 2% y con una plataforma petrolera de producción de 2 millones de barriles diarios es entregar a los legisladores un Paquete Económico prendido de alfileres.

Si éstos creen que en el papel se consiguen los recursos que en la vida real no se pueden obtener y meten tijera en el apartado de la responsabilidad hacendaria, el resultado puede ser una Ley de Ingresos que sea automáticamente castigada por los mercados tan pronto como la próxima semana.

Los intentos de reducir el cálculo de superávit primario de 0.7 a 0.5% del PIB para el próximo año puede parecer poca cosa para muchos de los inexpertos legisladores, que simplemente ven cómo ante sus ojos aparecen como por arte de magia en el papel varios miles de millones de pesos para gastar.

La danza de montos inalcanzables puede derivar en un problema financiero futuro, cuando se tengan que incumplir metas de gasto y eventualmente se opte por mayor endeudamiento para cumplir al pie de la letra con las órdenes presidenciales de no quitar ni un peso a sus programas asistencialistas.

Sería de enorme responsabilidad ver que desde la propia Secretaría de Hacienda de la mano de los diputados en la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación, se adelantara a que, ante la realidad de un estancamiento económico, se reduzca ese regalo de dinero que se lleva a cabo con los programas clientelares de la 4T.

Sería desafortunado ver más menguado el gasto en inversión física, que ya está tan apabullado. Pero ese temor de la indisciplina macroeconómica es real y sí que puede provocar reacciones muy negativas en los mercados financieros.

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