La Policía investiga al jugador del Sevilla Kike Salas por presunto amaño de tarjetas amarillas

El de Morón ha provocado supuestamente amonestaciones para que gente de su entorno gane dinero con ello

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La Policía Nacional ha tomado declaración este martes por la mañana a Kike Salas, jugador del Sevilla FC, por provocar presuntamente que le sacaran tarjetas amarillas en partidos en la temporada pasada, la 2023-24, con el fin de que personas de su entorno ganaran dinero con apuestas deportivas relativas a su rendimiento. Un juzgado de Morón de la Frontera investiga al joven futbolista de 22 años por un presunto delito de estafa en una operación a nivel nacional en la que podría haber más casos implicados y el defensor no ha dudado en colaborar con la justicia tras haberse ejercitado con normalidad con el equipo poco antes.

De este modo, el canterano ha prestado declaración tras haberse personado esta mañana en uno de los campos de la ciudad deportiva José Ramón Cisneros Palacios para realizar el entrenamiento preparatorio para el duelo del sábado frente al Girona, tal y como informan fuentes del club sevillista a este periódico y como se ha podido constatar por las cámaras de ABC de Sevilla. Ha sido El Confidencial el medio que ha avanzado que el de Morón ha provocado supuestamente que le amonestaran para que gente de su entorno ganara dinero con ello cuando el Sevilla apenas tenía ya nada que jugarse cuando salvó la categoría en el curso pasado.

De este modo, el mismo medio digital refleja que la investigación ha estado liderada por la Policía Nacional, que ya ha protagonizado varias investigaciones relacionadas con las apuestas ilegales en competiciones deportivas, y de momento se pone la lupa en varios de los encuentros que se disputaron a finales de la pasada temporada siempre bajo el paraguas de Primera división. De momento no se concretan qué partidos podrían haber sido objeto de esta investigación, pero lo que está claro es que la noticia da de bruces en un momento particularmente sensible para la entidad, dividida en lo accionarial y sobre todo muy debilitada en el aspecto deportivo, donde los de García Pimienta vienen tratando de mejorar la situación en la tabla clasificatoria después de haber firmado un empate con el resultado de 1-1 ante el Valencia en el Ramón Sánchez-Pizjuán.

Acudiendo a la relación de últimos encuentros de LaLiga 2023-24, el joven central sevillista disputó casi todos ellos al completo. Se observa un aumento significativo de las cartulinas amarillas mostradas que contrasta con las 20 primeras jornadas disputadas, donde el moronense pese a no disputar buena parte de los envites, fue amonestado en dos ocasiones. Kike Salas cumplió ciclo de amonestaciones ante el Mallorca y regresó con el Sevilla para disputar el derbi sevillano, viendo amarilla en todos los partidos hasta la jornada 38 a excepción del duelo frente al Granada.

Cifras que podrían rondar de los 1.000 a los 5.000 euros en supuestas apuestas del entorno de Kike Salas

El club blanquirrojo alega que ha tenido conocimiento de la declaración de Kike Salas en el mediodía de este mismo martes, unas dos horas antes de que la noticia saltase a la esfera pública, y que por supuesto vela por la presunción de inocencia de su último canterano renovado, cuando en diciembre del año pasado la entidad blanquirroja suscribía un nuevo acuerdo con una nueva expiración, hasta junio de 2029. Asimismo, otras fuentes consultadas por ABC apuntan a que el montante percibido de alguna de las apuestas podría tener un intervalo de los 1.000 a los 5.000 euros en alguno de los casos.

Cabe reseñar en este punto que otros nombres vinculados al fútbol a nivel continental también se han visto envueltos en investigaciones de este tipo. Fue el caso por ejemplo de Lucas Paquetá, que fue acusado por la federación inglesa por haber forzado hasta cuatro tarjetas amarillas, influyendo así en el mercado de las apuestas. Decenas de amigos y familiares del brasileño se habrían embolsado en su caso una cantidad aproximada a los 118.000 euros. Hoy por hoy, Paquetá milita en el West Ham a sus 27 años, y se enfrenta a una sanción de diez años que podría poner fin a su carrera futbolística.

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