Édith Piaf, biografía del gorrión de París

El verdadero nombre de Édith Piaf era Edith Giovanna Gassion. Nació a la intemperie, en una calle de París. Toda su vida tuvo un sino trágico, pero aún así, su voz fue un consuelo durante la Segunda Guerra Mundial y su espíritu inspiró a muchos artistas.

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Édith Piaf tiene una de las historias de vida más fascinantes de todo el mundo artístico, no solo por la impresionante evolución de su talento, sino por las extraordinarias vicisitudes por las que tuvo que pasar. Fue, sobre todo, una mujer valiente, que superó la más cruda miseria y se convirtió en musa para muchos compositores y en inspiración para millones de personas en el mundo.

El gorrión de París, como fue apodada en el auge de su carrera, era una mujer pequeña y menuda, que cantaba más con el alma que con la garganta. Su estilo único marcó toda una época. Fue la diva por excelencia en la década del 50 y se le consideraba un ícono parisino en todo el mundo.

Mi vida de niña puede parecer espantosa, pero era hermosa… Pasé hambre… Pasé frío… Pero era libre…. Libre de no levantarme… De no acostarme… De emborracharme… De soñar… De esperar”.

-Édith Piaf-

Édith Piaf tuvo una vida singularmente trágica. Sin embargo, quienes la conocieron la describían como alguien con una personalidad fabulosa, de enorme generosidad y gran desprendimiento. Dicen que solo al finalizar la Segunda Guerra Mundial y durante el sepelio de la Piaf, París se paralizó por completo.

Edith Piaf

Édith Piaf nació en la calle

Édith Piaf nació el 19 de diciembre de 1915, en una calle de París. Su padre era un acróbata circense y su madre una cantante ambulante. Cuando llegó el momento del parto, el padre lo celebró emborrachándose. La madre intentó llegar sola al hospital, pero no lo consiguió. Por eso, la pequeña Édith nació bajo una farola en la CalleBelleville de París.

Tanto el padre como la madre de Édith eran alcohólicos. Anneta, su madre, decidió dejarla al cuidado de la abuela materna por un tiempo. La mujer le daba vino en lugar de leche, pues decía que esto era bueno para su salud. Luego fue entregada a su padre, quien a su vez la dejó con la abuela paterna. Esta era la dueña de un prostíbulo. Édith Piaf fue criada por un grupo de prostitutas.

La Piaf se ganaba el sustento cantando en el metro y en cafés de los suburbios parisinos. A los 16 años se enamoró de un muchacho de 17 y quedó embarazada. Tuvo una hija a la que llamó Marcelle. Cuando la niña tenía 2 años enfermó de meningitis. Édith Piaf tuvo que prostituirse una noche para conseguir el dinero para atender a su hija. Sin embargo, esta murió y dejó una marca en su alma para siempre.

El gorrión de París

La vida de Édith Piaf cambió para siempre cuando un transeúnte se detuvo a escucharla cantar en la calle. Este hombre era Luis Leplée, el dueño de uno de los cabarets más famosos de París. Le hizo una pequeña prueba y luego la contrató y la formó para que fuera la gran diva en la que se convirtió. Su éxito fue inmediato. Sin embargo, Leplée fue asesinado y la Piaf fue señalada como sospechosa. La sociedad la relegó y terminó cantando de nuevo en los tugurios.

Más adelante, el compositor Raymond Asso, quien fuera su amante, la rescató y la convirtió en una cantante profesional. Édith Piaf se conviertió en una estrella de la canción y los grandes compositores escribieron exclusivamente para ella. Enamoró al público parisino y luego a gentes de todo el mundo. Incursionó en el cine y siguió cantando, aún durante la ocupación nazi. De hecho, se le consideraba una protectora de los artistas judíos.

Una vez termina la guerra, Piaf escribe la letra de su más famoso tema: La vie en rose (la vida en rosa). Para entonces vivía un tórrido romance con Yves Montand. Luego, en 1947 partió con él a una gira por Estados Unidos, pero pronto se separaron.

Édith Piaf cantando

Un triste final

En 1948, Édith Piaf conoció al que fue su gran amor, el boxeador Marcel Cerdan. Solo estuvo un año con él, ya que Cerdan murió en un accidente aéreo en 1949. Ella ya era víctima de varias adicciones, pero esta pérdida la sumergió en un dolor muy profundo. Esto la llevó a convertirse en adicta a la morfina.

Después tuvo varias historias de amor con personajes conocidos como Marlon Brando, Georges Moustaki, Charles Aznavour y otros. Al mismo tiempo, su fama seguía creciendo, pero también su dependencia de la morfina. Su salud comenzó a deteriorarse visiblemente, al punto que se desmayó en escena.

En 1961, interpretó su inmortal canción Non, je ne regrette rien (No me arrepiento de nada) en el Olympia de París, ante el estupor y la emoción de los asistentes. En 1962 se casó con Theo Sarapo, un joven de 26 años. Ya estaba muy enferma en ese entonces. Un año más tarde murió en París, a los 47 años de edad.

Fuente: lamenteesmaravillosa

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