¿Por qué Tom Hanks es el hombre bueno de Hollywood?

El actor, que estrenará en España su nueva película, 'Un amigo extraordinario', en enero logra esta imagen por la mezcla perfecta de la bondad de sus personajes y su comportamiento en la vida real

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Imagine que usted es un actor de Hollywood que rompe las taquillas, a quien se rifan para hacer entrevistas en los programas con más audiencia y a quien acompaña una corte de publicistas, asistentes y aduladores cada vez que se produce un estreno. Pues bien, siga fantaseando con que llega a un festival de música, se acerca a uno de los chiringuitos del recinto, pide una cerveza y le dicen que su dni no está registrado y que no le pueden servir hasta que no se compruebe que es mayor de edad. Para más regodeo usted tiene 62 años y cara de tenerlos.

Eso le pasó a Tom Hanks cuando acudió al festival country Stagecoach, en California, y se disponía a ver la actuación de su mujer, la también actriz Rita Wilson, con una cerveza en la mano. El actor contó la anécdota el pasado mes de abril durante una entrevista con Ellen DeGeneres y, aparte del humor que derrochó al describir la situación, lejos de mostrar su indignación terminó por afirmar que de alguna manera admiró la determinación de las mujeres que le negaron la bebida, aunque reconoció que discutió con ellas durante 20 minutos por lo incomprensible que le resultaba la escena. Finalmente un encargado terminó por facilitarle una pulsera y Hanks pudo beberse su cerveza de un solo trago, pero la anécdota sirve de ejemplo del buen talante de este actor que podría decirse ha sido catalogado oficialmente como el hombre bueno de Hollywood.

A conseguir tal título ha ayudado su filmografía –Big, Philadelphia, Forrest Gump , Náufragos, Tienes un e-mail, La terminal, Sully…– pero nada habría servido si su vida personal, su manera de actuar en la vida real no reforzara la imagen que transmiten los personajes de sus películas; la del tipo fiable con el que te gustaría encontrarte para tomar un café y contarle tus problemas.

El 22 de diciembre del año pasado el actor, uno de los hombres más poderosos de Hollywood, y su esposa entraron en una hamburguesería de la cadena In-N-Out en Fontana, California y terminó invitando a los comensales después de hacerse selfies con todos los clientes que se lo pidieron y con el personal del establecimiento. Un par de años antes por las mismas fecha había ayudado a una fan canadiense a ganar una apuesta que consistía en escribir a un famoso y esperar su respuesta. Hanks le contestó con un divertido texto y un selfie en el que aparecía junto a una fotografía que su admiradora le había enviado.

Las anécdotas sobre su generosidad, su dedicación familiar y su ética en el trabajo son innumerables y sus amigos cercanos no dejan de afirmar que realmente es cierto que es buena persona. Así lo afirma en la revista People, el director Ron Howard que llega a decir que esta característica ha llegado a eclipsar su gran talento como actor. Su compañera Maura Tierney afirma que a pesar de su poder no le importa hacer el tonto tantas veces como haga falta: “puedo encontrarme con frecuencia varios selfies de Tom en mi teléfono poniendo las caras más absurdas”. Y el actor Mattew Rhys, coprotagonista de la próxima película de Hanks, Un amigo extraordinario que se estrenará en España en enero de 2020, afirma en tono bromista que de tan bueno como persona e intérprete, “es repugnante. Le encanta la gente inteligente (…) invita a la honestidad a los que están alrededor de él”. Julia Roberts también alaba que “Tom no cambia con el tiempo, sigue tan feliz y emocionado como siempre, en el trabajo, en la vida, con sus amigos”.

Una situación en la que tiene mucho que ver la propia filosofía del actor, de 63 años, que le dijo a People en una entrevista: “Me gusta ser parte de un equipo. Cualquiera puede hacer que un día se convierta en miserable siendo irritante o egocéntrico”. Características que parecen no van con él que es capaz de parar un rodaje para ayudar a que una novia y su padre puedan llegar a la iglesia a la que el alboroto que se había organizado alrededor de la estrella y su equipo les impedía acceder. Ocurrió en Roma en 2008, mientras filmaba Ángeles y demonios, y finalmente fue el mismo Hanks quien les acompañó hasta el altar para que pudiera oficiarse el matrimonio.

También es el primero en dar ejemplo en el trabajo si las circunstancias lo exigen. Mientras entrenaba junto a otros miembros del elenco de Salvar al soldado Ryan , la lluvia y el cansancio hicieron mella en el equipo que votaron por abandonar el duro entrenamiento, pero él decidió cumplir el plan de trabajo y convencer así al resto sin obligarles a nada. En 2015 los agraciados con su ayuda fue un grupo de Girl Scouts a las que compró algunas cajas de galletas para su causa y se ofreció a hacerse selfies con los transeúntes para ayudarlas en las ventas.

Es puntual en sus citas con los periodistas, algo no muy frecuente entre las estrellas de primera línea: está emparentado con el presidente Abraham Lincoln, cuya madre se apellidaba de soltera Hanks; Barack Obama le concedió la Medalla Presidencial de la Libertad, considerada la concesión civil más alta en los Estados Unidos, en 2016, pero antes le había proclamado su amigo. Es un entusiasta nato, por la Historia, por la información, por las máquinas de escribir, por la gente… Y como el nuevo personaje que está a punto de estrenar, cuando alguien habla con él siente que es la única persona del mundo que importa. Eso dicen quienes lo han experimentado.

Con estos cimientos y el panorama de desastres personales que acumulan actores y cantantes famosos, los publicistas de su nuevo filme vieron que lo tenían fácil: lo único que tenían que hacer para promocionar la película era dejar que Tom Hanks fuera él mismo. Su aspecto es tranquilo, su vida es tranquila y nunca ha tenido que pedir disculpas públicas por un error importante.

Tom Hanks creció en el norte de California y tenía cinco años cuando sus padres se divorciaron y su familia se disgregó. Él y su hermano y hermana mayores se fueron a vivir con el padre, y su hermano pequeño con la madre. Su padre trabajaba a todas horas y los hermanos debían encargarse de que la casa funcionara. A pesar de esta situación nunca culpó a sus padres: “Estaban tan atormentados por el odio hacía sí mismos y por la culpa… simplemente no podían hacer otra cosa. Ahora tengo cuatro hijos y tan pronto como comienzas a tener a tus propios hijos, dices oh, lo entiendo”, ha explicado a The New York Times. Lo único que queda como pesar es que con tanta mudanza no tiene nada de sus primeros años de vida, ningún objeto que le haga recordar aquella época.

Él mismo se divorció de su primera esposa, Samantha Lewes, en 1985 después de siete años de matrimonio y dos hijos en común. Desde 1988 está casado con la actriz Rita Wilson con quien tiene otros dos hijos. “Cuando nacieron mis dos hijos mayores yo era muy joven y recuerdan que su padre era solo un tipo que intentaba pagar el alquiler. Mis otros dos hijos nacieron después del éxito y sus vidas fueron simplemente diferentes”. Pero los mayores han resistido el divorcio y los menores los privilegios de vivir con la estrella que es su padre. Él reconoce que no es fácil ser padre y que lo “único que puede hacer un padre es decir ‘te amo’ y esperar poder mantenerlos a salvo”. Las veces que ha preguntado por qué no interpreta a chicos malos, su respuesta ha sido simple y sencilla: “Porque requieren un grado de malevolencia que no creo que pueda fingir”. Unos seducen con su lado oscuro, y Tom Hanks ha conseguido hacerlo con la parte más bondadosa de su personalidad.

Fuente: elpaís

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