El baño es la estancia de la casa en la que los gérmenes campan a sus anchas. Según el Foro Científico Internacional sobre Higiene del Hogar, dicho lugar, junto al inodoro, son focos infecciosos. La higiene, por tanto, resulta vital para luchar contra los virus, bacterias y hongos.
Pero dicho cometido se complica aún más cuando uno ni siquiera sabe cómo debe limpiar las herramientas de limpieza del baño. ¿Alguna vez has limpiado la escobilla?
Según Melissa Maker, experta en limpieza de «Clean My Space», el mejor momento para limpiar dicha herramienta es después de usarla.
Lo mejor que puedes hacer es rociar un desinfectante, lejía o cualquier otro producto específico en las cerdas de la escobilla. Para ello, coloca el cepillo entre la taza y el asiento, rocíalo generosamente del producto (debe gotear) y déjalo reposar unos 10 minutos.
Después, enjuaga la escobilla con abundante agua caliente y no la guardes en su sitio. Lo peor que puedes hacer es guardarla húmeda en el portaescobillas, ya que la humedad favorece la proliferación de gérmenes. Así, cuando al día siguiente la vuelvas a usar, frotarás dichos gérmenes por todo el váter y el trabajo habrá resultado en vano.
Una vez aclarada, déjala que se seque de nuevo, colocándola en la misma posición. Cuando se seque, podrás situarla de nuevo en su recipiente, el cual también requiere de un buen mantenimiento.
Para limpiar el portaescobillas necesitas rociarlo también de cualquier desinfectante y dejarlo reposar unos diez minutos. Enjuaga igualmente con agua caliente y deja que se seque por completo.
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Fuente: ABC
