En medio de una situación económica difícil en Rusia debido a la pandemia de Covid-19, que ha obligado a posponer los planes de desarrollo diseñados con anterioridad, y con las relaciones con Ucrania cada vez más tensas al no avanzar los acuerdos de Minsk para la normalización en el Donbass separatista, el presidente Vladímir Putin ha decidido intimidar un poco más a Kiev mostrando músculo naval.
Lo hizo ayer en los astilleros «Zaliv» de Kerch (Crimea), en el extremo oriental de la península anexionada en 2014, asistiendo a la botadura de dos navíos de desembarco. Otros cuatro barcos de guerra, dos fragatas y dos submarinos nucleares, eran puestos en el agua en la planta de Sévernaya Verf de San Petersburgo y en los astilleros militares Sevmash de Severodvinsk, a orillas del mar Blanco.
Defender fronteras
«Seis barcos nuevos asisten hoy a su botadura de forma simultánea en nuestros tres principales astilleros», manifestó Putin en Crimea durante la ceremonia organizada en la factoría «Zaliv». Según sus palabras, «la Armada siempre ha defendido las fronteras de Rusia y hoy en día juega un papel de primera magnitud a la hora de garantizar la seguridad de Rusia». El primer mandatario recalcó que los barcos de guerra rusos «sirven para mantener el equilibrio estratégico y la estabilidad en el mundo (…) tenemos alrededor de 60 barcos y embarcaciones de apoyo en áreas clave de los océanos, casi la mitad de ellos en mares lejanos».
Los navíos de desembarco y las fragatas llevan los nombres de legendarios comandantes navales, Iván Rógov y Mitrofán Moskalenko, botados en Kerch, y Admiral Yumáshev y Admiral Spiridónov, en San Petersburgo. Los dos sumergibles nucleares botados en Severodvinsk han sido bautizados con los nombres de las ciudades rusas de Voronezh y Vladivostok. El presidente ruso siguió las ceremonias en San Petersburgo y Severodvinsk por videoconferencia desde Kerch.
Una flota moderna
Explicó que Rusia cuenta con una de las costas más largas del mundo, con acceso a tres océanos. «Continuaremos el curso hacia el desarrollo de una flota moderna y altamente preparada para el combate. Seguiremos construyendo navíos equipados con las armas y los equipos más avanzados», advirtió Putin. Agradeció a los constructores navales rusos y a los marinos de la Armada el hecho de que «Rusia se encuentra entre las principales potencias marítimas del mundo».
Señaló además que «durante los últimos ocho años, más de 200 buques y embarcaciones de diversas clases han pasado a formar parte de la fuerza de combate de nuestra flota». Instó a los astilleros a continuar en la misma línea para que en 2027 «la proporción de barcos nuevos sea superior al 70 por ciento».
Estados Unidos ha decidido intensificar su ayuda militar a Ucrania mientras que la OTAN, según palabras de su secretario general, Jens Stoltenberg, fortalecerá su presencia naval en el mar Negro, en las proximidades de Crimea. Stoltenberg y el ministro de Defensa ucraniano, Andréi Tarán, convinieron hace unos días que la seguridad en la zona se ha deteriorado debido, según ellos, a las acciones de Rusia. Actualmente, se encuentra en aguas del mar Negro el destructor norteamericano de la Sexta Flota USS Porter, equipado con misiles de crucero Tomahawk para participar en ejercicios conjuntos con navíos ucranianos. Habrá también barcos de otros países de la Alianza.
Fuente: ABC
