A los niños, niñas y adolescentes ¿quién los escucha?

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Los datos son sólo una pequeña muestra de lo que NNA tienen para opinar sobre su proceso escolar, pero muestran que muchos y muchas no están en la escuela, y que requieren condiciones óptimas para aprender “sin gritos” y para participar en lo que a ellas y ellos les compete.

Un ciclo escolar enfocado en garantizar el derecho a aprender debería tener en cuenta a todas las y los involucrados: que los hacedores de política educativa aporten programas con presupuesto adecuado, que las familias tengan todas las condiciones para llevar a sus hijos e hijas a la escuela y apoyarlos con el proceso académico, que las y los docentes tengan la preparación adecuada para que sus estudiantes aprendan, que las y los directores escolares puedan tomar decisiones de gestión de su centro escolar y de acompañamiento pedagógico; que las secretarías de educación garanticen que las escuelas abran en óptimas condiciones.

En este marco surge la pregunta: y a las niñas, niños y adolescentes (NNA) ¿quién los escucha? La participación infantil y juvenil es clave en el proceso educativo porque da agencia a las y los estudiantes, y permite a las y los adultos entender qué necesitan para aprender más y mejor.

Sería ideal saber lo que los más de 28 millones de estudiantes que van a ingresar al ciclo escolar 2025–2026 piensan sobre la escuela y el aprendizaje; aunque no existen mecanismos que permitan incorporar sus voces en las decisiones educativas, sí hay algunas herramientas que permiten vislumbrar opiniones de ellas y ellos, y que sería interesante incorporar en las decisiones de política educativa.

Tomemos como base la consulta infantil y juvenil desarrollada por el Instituto Nacional Electoral (INE) en 2024 en la cual participaron 10 millones 703 mil 505 niñas, niños y adolescentes de 3 a 17 años. 

Algunos datos relevantes: 45.9% de las NN de 3 a 5 años dicen sentirse seguros en la escuela “si escuchan lo que pienso”. A 54.8% les da seguridad cuando “me explican y me enseñan sin gritarme”. El 4.4% de las y los participantes de esta franja de edad no asisten a la escuela, porcentaje que se incrementa a 7.8% cuando tienen alguna condición de discapacidad y a 9.6% si son NN hablantes de lengua indígena.

Para el rubro de 6 a 9 años, 44.8% se siente seguro si “nos toman en cuenta para participar y opinar” y el 52.6% pide que la escuela esté limpia, ordenada y que haya luz. En este segmento de edad 3% de las y los participantes no acuden a la escuela, el porcentaje sube a 6.9 en el caso de NN con discapacidad y a 8.6% cuando son hablantes de lengua indígena.

Para NNA de 10 y 13 años el 70.9% pide que los espacios escolares se encuentren en buenas condiciones para sentirse seguros y el 32.4% quisiera crear espacios de participación y expresión para estudiantes. En este grupo, 1.9% no asiste a la escuela y el porcentaje sube a 4.2 cuando tienen alguna condición de discapacidad y 5% cuando hablan una lengua indígena.

Finalmente, para las y los adolescentes de 14 y 17 años, es fundamental evitar actitudes y conductas discriminatorias para sentirse seguros 50.2% así lo menciona. Dos por ciento de las y los participantes no asisten a la escuela, 4.5% sí tienen alguna discapacidad y 6.1% son indígenas.

Estos datos muestran que las y los estudiantes consideran importante que la escuela esté en buenas condiciones y que expresar su opinión es central para sentirse seguros. También queda claro que todavía hay NNA fuera de la escuela y que en todos los grupos de edad el porcentaje aumenta cuando tienen una condición de discapacidad o son hablantes de una lengua indígena; por ello, deben existir políticas públicas incluyentes que garanticen que todas las NNA tengan la misma oportunidad de asistir a la escuela.

Los datos son sólo una pequeña muestra de lo que NNA tienen para opinar sobre su proceso escolar, pero muestran que muchos y muchas no están en la escuela, y que requieren condiciones óptimas para aprender “sin gritos” y para participar en lo que a ellas y ellos les compete. Iniciemos el nuevo ciclo escolar con el derecho a aprender al centro para que todas y todos estén, aprendan y participen.

Fuente: Heraldo de México

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