¿Bajó la violencia?

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En los datos del SESNSP hay una categoría que ha crecido en paralelo con la supuesta baja de asesinatos: “otros delitos contra la vida y la integridad”

El 9 de enero de 2025, en la conferencia matutina de Claudia Sheinbaum, Marcela Figueroa, titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y colaboradora cercana de Omar García Harfuch, anunció que en 2024 se había registrado una baja en los homicidios, con sólo 82 casos diarios en promedio; una reducción de 7% respecto a 2023.

Desde ese momento, algo resultó sospechoso: en el reporte se usaron datos del Inegi de 2018 a 2023, pero para 2024 se recurrió a los reportes de las fiscalías que concentra el SESNSP. ¿Cuál fue el problema? Que el Inegi, que revisa minuciosamente datos de registros civiles y ministerios públicos, siempre va a arrojar cifras más altas que el SESNSP. Además, excluyeron los feminicidios de los datos de 2024. La comparación era, por tanto, espuria. 

Es claro que el uso de los datos se forzó para presentar una narrativa favorable del último año de López Obrador. Y hoy el engaño queda confirmado: el Inegi ya publicó sus cifras de homicidios de 2024 y confirmó que no fueron 82, sino 91 las personas asesinadas diariamente en ese año. No hubo baja, sino un aumento de 3% respecto a 2023.

¿Cómo confiar ahora en sus datos si arrancaron con esta manipulación? El nuevo gobierno ha insistido que apenas llegaron al poder, los homicidios no han hecho sino bajar estrepitosamente y de manera sostenida. Según el SESNSP, en el primer semestre de 2025, los asesinatos (homicidios feminicidios) han caído más de 15% respecto a 2024. Hay, sin embargo, nuevas razones para poner en duda estas cifras. 

En la base de datos del SESNSP hay una categoría que ha crecido en paralelo con la supuesta baja de asesinatos, son los “otros delitos contra la vida y la integridad”. Esta categoría, de acuerdo con los manuales del SESNSP, se refiere a delitos raros como inducción al suicidio, inseminación no consentida o peligro de contagio. Con AMLO estos registros pasaron de 8,064 casos en 2018 a 16,331 en 2024. 

Y la tendencia sigue con Sheinbaum. En los primeros seis meses de 2025 estos “otros” registros ya suman 8 mil 530 casos. Así, mientras los asesinatos supuestamente bajan, esta categoría aumentó 2.5% respecto a 2024. No podemos afirmar que todos los casos registrados ahí sean asesinatos, pero es inverosímil ese crecimiento de delitos tan atípicos. 

Es cierto que hay entidades donde la violencia sí ha bajado, como Zacatecas, donde tanto las cifras del gobierno (incluso los “otros” delitos) y los reportes en prensa muestran menos violencia. Pero existen otras donde los medios siguen reportando enfrentamientos y ejecuciones, como Sonora, y que tienen ese extraño comportamiento de menos homicidios y más de los “otros” registros. 

Entonces, ¿realmente está bajando la violencia? Desgraciadamente, no lo sabemos. Motivos sobran para sospechar de manipulación en las cifras delictivas. Nadie esperaba resultados inmediatos de la estrategia de seguridad de Sheinbaum, ¿para qué entonces minar su credibilidad tan pronto? Es burdo e innecesario. 

Fuente: CARLOS MATIENZO/Heraldo de México

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