Los habitantes de Mexicali rechazan la instalación de una planta cervecera en el norte de México

La larga disputa por el agua entre Constellation Brands y organizaciones ecologistas se decanta en favor de los segundos. López Obrador promete compensar a la empresa

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Después de años de pelea, siempre con el derecho al agua de por medio, Mexicali rechazó finalmente la instalación de una planta cervecera en su valle. En una consulta organizada por el Gobierno este fin de semana, la gran mayoría de los que fueron a votar -el 76% de 36.000 ciudadanos,- dijeron no a la empresa. Este lunes, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, dijo que hablará con la cervecera, Constellation Brands, para buscar otro emplazamiento para la fábrica. Basada en Nueva York, Constellation Brands, productora de Corona entre otras marcas, es la empresa que más cerveza distribuye en Estados Unidos.

La reacción de los empresarios llegó antes incluso de que acabara la votación, este domingo. En un comunicado, el Consejo Coordinador Empresarial dijo: “Esta consulta atenta contra la capacidad de México para atraer inversiones e incrementa el riesgo económico que enfrentamos por la inestabilidad de los mercados financieros, el precio del petróleo y la convulsión internacional provocada por la pandemia de Covid-19”.

El consejo recordó que la instalación de la planta implicaba la inversión de 1.400 millones de dólares y contaba con todos los permisos necesarios. También lamentó que se pusieran en peligro los empleos que generaría la construcción y funcionamiento de la fábrica.

De lo que no habla el consejo es del tema de fondo de la consulta, núcleo de la disputa entre Constellation Brands y organizaciones en defensa del agua, caso de Mexicali Resiste. Amparados en las ayudas y las facilidades que les brindó el gobierno local anterior, en manos del PAN, la empresa inició la construcción, siempre bajo la premisa de que el agua que necesitaban no ponía en peligro el abastecimiento de la zona. Las organizaciones siempre pusieron en duda esta versión.

En un documento divulgado este mes por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, sus autores explican que toda el agua del Valle de Mexicali, zona agrícola de gran tradición, viene de la cuenca del río Colorado, que desemboca en el Golfo de Baja California. Entre agua superficial y subterránea, México obtiene cada año 1.862 millones de metros cúbicos, que acaban en gran parte en los campos de cultivo. La empresa necesita 5.8 millones al año. A partir de ese texto, el Gobierno federal puntualizó que: “El abastecimiento a la empresa no amenaza el balance hídrico en Mexicali y su valle. Por el contrario, podría llegar a representar una oportunidad para incrementar la inversión en el mejoramiento del uso del agua en el Valle, siempre y cuando los aspectos ambientales, sociales, económicos y políticos lleguen a subsanarse”.

Pese a eso, el no ha sido abrumador. Una posible explicación es que los números y datos que manejan la empresa y el Gobierno no están tan claros, más en un contexto de crisis climática, donde todo, incluso el caudal de un río como el Colorado puede varias en pocos años. Al menos esa es la conclusión a la que llegó la Comisión Nacional de Derechos Humanos, CNDH, que emitió un informe al respecto hace unas semanas. El informe “no se limita a investigar si hay o no capacidad hídrica para la instalación de una cervecera en Mexicali, sino que asume la defensa del derecho al agua prioritariamente para consumo personal y doméstico, que debe cuidarse estrictamente en una zona desértica y con decreto de veda, por lo que no puede hacerse abstracción del contexto en que una empresa privada pretende hacer uso del agua”. Más adelante, la comisión añade: “No se puede actuar con una visión inmediatista; el derecho al agua prioriza su consumo personal y doméstico y no el empleo privado e industrial; probablemente podría haber agua para la producción de cerveza en Mexicali los próximos 50 años, pero a costa del consumo personal y doméstico”.

Otra de las explicaciones es la actitud de la empresa, que muchas veces actuó con prepotencia, siempre en connivencia con el Gobierno estatal. En el informe de CNDH se mencionan varios episodios en que policías locales y estatales actuaban de guardias de seguridad de la empresa. En uno, grabado en vídeo en enero de 2018, “elementos de seguridad pública estatales y municipales se dirigen hacia las personas manifestantes utilizando toletes y piedras. Se ven imágenes de un hombre de la tercera edad con lesiones visibles en el cráneo y sangrando. Otras personas aparecen lanzando tierra a los elementos de seguridad, hay forcejeos. Todo esto en las afueras de la construcción de dicha empresa”.

La incertidumbre ahora es total. Aunque el Consejo Coordinador Empresarial condenó la consulta y sus posibles consecuencias, la empresa aún no se ha pronunciado. López Obrador trata mientras tanto de tranquilizar. Este lunes, ha dicho: “Voy a hablar con los dueños de la empresa para darles mi punto de vista. Claro que nos importa la inversión, no estamos en contra de la inversión extranjera, mucho menos en contra de la cancelación de empleos, pero también tenemos que tomar en cuenta la opinión de la gente”.

Fuente: elpaís

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