Ei hay un ganador de la elección del 6 de junio ése es el Partido Verde que, a pesar de haber obtenido (solo, sin alianza) el dos por ciento de la votación para diputados federales, mantendrá su registro y contará con la fracción más grande de su historia en la Cámara baja. De haber jugado sin coalición en la intermedia, otra historia le habría tocado; sin embargo, hoy, los dueños de la franquicia verde, podrán comandar una bancada de 44 diputados en San Lázaro. Esta hazaña no habría sido posible sin el cobijo de Morena, partido al que le debe no sólo la sobrevivencia como instituto político nacional, sino un manto de protección que se extenderá por otros tres años.
Esa es la verdadera razón por la que el mandamás de Palacio Nacional da por hecho que los verdes se sumarán a la mayoría legislativa en el Congreso de la Unión. Y es que, contrario a lo que ocurrió con el partido del tucán, los morenistas vieron menguada su fuerza en la pasada elección. En 2018, obtuvieron, solos, 247 diputados, pero esta vez tuvieron una baja considerable al lograr 197 diputaciones; es decir, 50 menos.
Algo que mucha gente no se explica es cómo fue que el PVEM, con una votación de apenas dos por ciento, llega a la nueva legislatura con una bancada que dobla en cantidad a otros partidos, como MC, cuyo porcentaje de votación fue tres veces mayor. Pero la explicación es simple. Los verdes lograron engordar su bancada gracias a la fórmula que existe para el reparto de diputaciones por el principio de representación proporcional y por haber aparecido en la boleta en colación con Morena y el PT.
Es decir, les tocó la parte proporcional de los votos adjudicador por los ciudadanos a la coalición y un número importante de diputados plurinominales, con base en el porcentaje de la votación alcanzado. En pocas palabras: los verdes ganaron por los dos lados, mientras que otras fuerzas políticas que solas superaron el dos por ciento de la votación (como el PES y Fuerza por México) obtuvieron cero diputaciones y hasta el registro perderán. Esto quiere decir que, en la próxima Cámara de Diputados, el PVEM se convierte en la cuarta fuerza política, por encima del PRD y el PT, un capital suficiente para inclinar la balanza y la razón principal para que López Obrador les dé un trato, no de aliados, sino de socios políticos.
Sin dejar su cargo de Consejero Electoral del INE, José Roberto Ruiz Saldaña hizo oficial su aspiración de ser el próximo rector de la Universidad Veracruzana. Además de lo inapropiado de ejercer como consejero y candidato a rector, el consejero cercano a Morena no cuenta con la experiencia docente, investigadora ni administrativa para alcanzar la rectoría, por lo que ya se especula que su principal apoyo podría provenir del morenista Cuitláhuac García Jiménez.
Fuente: heraldodemexico
