El Senado de los Estados Unidos confirmó este miércoles 9 de abril a Ronald Johnson, un exagente de la CIA y exembajador en El Salvador, como el nuevo embajador en México. Johnson se enfrentará a temas como la política de aranceles del presidente Trump y las acciones que pudiera conllevar la declaración de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.
La votación, que resultó en un ajustado 49 a 46, reflejó la división del Senado, pero aseguró a Johnson la mayoría necesaria para ocupar este puesto de alto perfil.
Todos los votos a favor provinieron de los republicanos, aliados de Trump, mientras que los demócratas y los independientes alineados con ellos votaron en contra. Solo se requería una mayoría de los presentes para ratificar a Johnson en este destacado puesto diplomático.
Asume el cargo en un momento de tensión

Johnson, quien previamente fue boina verde del ejército y oficial de la CIA antes de desempeñarse como embajador en El Salvador durante el primer mandato de Trump, asume el cargo en un momento de tensión bilateral, desatada tras el regreso a la casa del republicano.
Trump ha hecho de la reducción de la inmigración desde México hacia Estados Unidos un pilar de su carrera política, a menudo calificando a los mexicanos como criminales y responsabilizando al país por la entrada de drogas a territorio estadounidense.
Recientemente, Trump ha intensificado las tensiones al imponer aranceles a los bienes mexicanos importados a Estados Unidos, como parte de un amplio programa de tarifas que ha generado incertidumbre en los mercados financieros globales.
En respuesta, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha declarado que México rechazaría categóricamente cualquier acción militar unilateral de Estados Unidos en su territorio. Además, Sheinbaum ha propuesto una reforma constitucional para fortalecer las protecciones a la soberanía nacional de México.
Fue controversial su cercanía con Bukele durante su estancia en El Salvador

Johnson, un veterano militar y exoficial de la CIA, asumió el cargo de embajador en El Salvador en 2019, poco después de que la administración Trump declarara la guerra a pandillas como la MS-13. Durante su gestión, que se extendió hasta enero de 2021, forjó un vínculo excepcionalmente estrecho con Bukele, al punto de que ambos compartían fotos familiares en redes sociales y destacaban públicamente su “amistad personal”, según un artículo publicado este miércoles por The New York Times.
Incluso hubo rumores de que era padrino de la hija de Bukele, algo que Johnson niega, y hubo tensiones por la participación de su esposa, Alina Johnson, en asuntos diplomáticos a quien presentaba como “coembajadora”, según The New York Times.
Esta relación levantó preocupaciones entre funcionarios estadounidenses, especialmente cuando en 2020 surgieron acusaciones de que Bukele negociaba en secreto con pandillas locales. Johnson defendió al presidente salvadoreño y desestimó críticas de congresistas republicanos.
A pesar de esto, Trump ha vuelto a confiar en él para el puesto en México, un rol de mayor peso estratégico dado el comercio bilateral y las tensiones actuales.