La suplantación de identidad de elementos policiacos y militares se ha convertido en un reto mayúsculo para las instituciones de seguridad en México. El robo y falsificación de uniformes ha permitido que el crimen organizado utilice esta estrategia para evadir controles y perpetrar delitos, generando un ambiente de inseguridad e incertidumbre para la ciudadanía.
A lo largo de los últimos años, las fuerzas del orden han enfrentado dificultades en el control de estos recursos, un claro ejemplo es el caso de la extinta Policía Federal, que en su momento separó a tres mil elementos sin implantar un control adecuado de los uniformes entregados, incluso algunos de estos artículos se han encontrado en espacios de comercialización en línea como eBay y Mercado Libre.
Fuentes extraoficiales han dado a conocer que la Fiscalía General de la República (FGR) ha iniciado más de mil 500 carpetas de investigación por la copia irregular de uniformes e insignias oficiales. Sin embargo, la problemática sigue latente, debido a la facilidad con la que agrupaciones ajenas acceden a estas herramientas y las utilizan para sus actividades delictivas.
Ante ello, empresas como Protactic, de Santiago Martí Ascencio, se han dedicado a perfeccionar los dispositivos con los que blindan las prendas, tal es el caso de la patente US 11,102,370 B2, la cual obtuvo siete años atrás con el fin de generar una solución ‘llave en mano’ con la que se establece un sistema de trazabilidad que opera mediante códigos ópticos de alta seguridad, QR único, folio láser, tinta UV y patrón fotográfico.
Dichos candados se acompañan de una base de datos central, conectada en tiempo real con los sistemas de recursos humanos y gestión de las dependencias tanto para la validación de huellas como para el reporte bajas, lo que proporciona mayores certezas contra la problemática expuesta, sobre todo porque nadie más tiene acceso a los datos que se aglutinan por prenda y elemento. Así, el seguimiento de cada artículo abarca fabricación, empaque, transporte y asignación.
MERCADO INMOBILIARIO
Accesibilidad, infraestructura moderna y conectividad son tres factores clave que ofrecen las zonas emergentes del mercado inmobiliario de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Se trata de las colonias Vallejo, Clavería y San Álvaro en la alcaldía Azcapotzalco; Zapopan en la zona conurbada de Guadalajara; y de Escobedo y Apodaca, en la zona metropolitana de Monterrey, de acuerdo con análisis de la inmobiliaria TuHabi. Estas áreas han experimentado un incremento de hasta 12 por ciento en su valor anual en 2024, según datos de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), resultando muy atractivas para los inversores de bienes raíces. Ello gracias a la expansión de transporte público y vías rápidas, nuevos centros de trabajo y desarrollos comerciales, así como vivienda asequible a comparación de otras zonas de alta demanda.
POR JAIME NÚÑEZ