Sueño infantil: Los 10 mandamientos que debes seguir si tu hijo duerme mal y tiene menos de 12 años

Es importante que los padres comiencen por distinguir entre un problema y un trastorno de sueño

0
883

El sueño es un proceso muy importante que no todos los niños logran hacer correctamente, con las graves consecuencias que esto puede tener para su desarrollo. De hecho, «establecer y mantener una buena higiene de sueño es importante a todas las edades pero es todavía más relevante si cabe más durante la infancia porque los bebés y los niños todavía se están desarrollando», advierte Amelia Hunter, asesora de sueño infantil de bebés y niños y fundadora de Baby Sleep Solutions. Pero, ¿qué se considera un sueño de calidad? ¿La cantidad de horas? ¿dormir del tirón sin despertares? ¿qué pasa con aquellos que se mueven mucho o hablan en la cama?

Las investigaciones y los grandes expertos en sueño señalan principalmente tres factores que son determinantes para la buena calidad del descanso: la duración, la continuidad y la profundidad.

La duración, explica Hunter, «se refiere a las horas de sueño y deben ser suficientes para estar descansado y alerta durante el día. Aunque sabemos que los bebés y los niños pequeños necesitan dormir mucho, esas necesidades de descanso cambian mucho a medida que crecen». Según los datos de la OMS, las necesidades de sueño al día en las diferentes etapas son: Lactantes menores de 3 meses – entre 14 y 17 horas; de 4 a 11 meses – entre 12 y 16 horas; de 12 a 24 meses – entre 11 y 14 horas; de 3 a 5 años – entre 10 y 13 horas.; de 6 a 12 años: 11 horas.

En relación a la continuidad, prosigue esta experta, «los períodos de sueño deben ser fluidos y sin fragmentación. Cuantas más interrupciones, peor calidad del sueño». Además, para que ese sueño sea profundo, añade, «es necesario alcanzar las fases de sueño más profundas NREM. Generalmente, con un patrón de sueño con muchos despertares nocturnos será más complicado llegar a todas las fases del ciclo de sueño».

La buena noticia, prosigue Hunter, es que es posible ayudar a tu hijo a dormir mejor con unos buenos hábitos de sueño siguiendo los 10 mandamientos para un descanso saludable para niños de hasta 12 años de la World Sleep Society.

1. Ir a dormir pronto, preferiblemente antes de las 21h.

2. Horario adecuado de siestas para su edad.

3. Mantener horario diario regular.

4. Establecer una rutina que sea positiva, tranquila y consistente para la hora de dormir.

5. Espacio para dormir que propicie el sueño: fresco, oscuro y silencioso.

6. Fomentar la autonomía para conciliar el sueño.

7. Evitar luces brillantes antes de dormir y durante la noche. Aumentar la exposición a la luz natural por la mañana.

8. Evitar comidas pesadas y actividades estimulantes cerca de la hora de ir a dormir.

9. Mantener todos los dispositivos electrónicos (televisores, ordenadores y dispositivos móviles) fuera de su habitación. Limitar su uso antes de ir a dormir.

10. Evitar la cafeína, bebidas azucaradas y chocolate, sobre todo antes de dormir.

¿Cómo establecer esos hábitos? Con constancia, insiste machaconamente esta asesora en sueño infantil. «Sobre todo cuando se trata de los más pequeños de la casa es importante no tener prisa, un hábito no se construye de un día para otro. Nuestra clave cuando trabajamos con las familias son las 7C de Amelia Hunter: conocimiento del sueño infantil, confianza, constancia, coherencia, consistencia, compañía y calma». Pero el primer paso, advierte, «es entender el sueño de nuestros hijos y cuáles son sus necesidades, el segundo identificar aquello que queremos cambiar para mejorar su descanso y el tercero es implementar esos cambios de una manera coherente».

Lo ideal, advierte Hunter, es diferenciar si lo que ocurre en casa es un problema del sueño o un trastorno o problema médico. «Es importante saber que un problema de sueño y un trastorno de sueño son dos cosas diferentes. Los problemas de sueño se relacionan con las rutinas y la higiene del sueño. Los trastornos, sin embargo, aparecen a pesar de tener una correcta higiene de sueño, pero esta a la vez ayuda a mejorar la calidad de sueño. La mejor manera de identificarlo es consultar con un especialista y, en caso de sospecha de un trastorno de sueño, hacer los análisis pertinentes para detectar de qué se trata y poder iniciar el tratamiento más adecuado para ayudar al pequeño a tener el descanso reparador que necesita».

Hay más de 100 trastornos diferentes de sueño y de vigilia identificados que se suelen agrupar en cuatro categorías principales:

● Problemas para conciliar el sueño y permanecer dormido (insomnio)

● Problemas para permanecer despierto (somnolencia diurna excesiva)

● Problemas para mantener un horario regular de sueño (problema con el ritmo del sueño)

● Comportamientos inusuales durante el sueño (conductas que interrumpen el sueño)

En cualquier caso, concluye la fundadora de Baby Sleep Solutions, «hay que tener en cuenta que unos buenos hábitos de sueño siempre ayudan a tener un descanso de mejor calidad. Y el camino para llegar a tenerlos puede ser muy diferente según la familia, por eso es importante hacer un buen análisis previo de la situación porque hay muchos factores a tener en cuenta».

Fuente: ABC

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here