En diciembre la piña está tradicionalmente presente en nuestras mesas. Sin duda es una de las frutas subtropicales que más se ha popularizado habiéndose doblado sus importaciones en los últimos 10 años y superando en la actualidad los 165 millones de toneladas.
Deliciosa y refrescante es de esas frutas que siempre apetece y aunque no es precisamente una fruta «para llevar», su sabor bien merece escogerla bien, pelarla con mimo (y un buen cuchillo) y disfrutarla en cualquier momento del día en su forma fresca.
Más desconocido es su uso culinario, pero no por ello menos importante. La piña resulta perfecta para acompañar platos salados como brochetas de carnes blancas o ensaladas, y despierta no menos de un debate si lo que queremos es darle un sabor tropical a nuestra pizza.
INGREDIENTES
Harina integral de espeltaDos tazas y mediaCoco rallado1 tazaBicarbonato de sodio1 cucharaditaLevadura en polvoMedia cucharaditaSal marina1 pizcaPasta de dátil2 cucharadasDátiles medjool picaditos3 cucharadasCanela1 cucharadaCardamomo1 cucharaditaEsencia de vainilla1 cucharaditaAceite de coco a temperatura ambienteMedia tazaZumo de naranjaMedia tazaPlátano muy maduro1Zanahoria rallada fina1 tazaPiña fresca o en su jugo troceada1 tazaNueces pecanas1 taza
PARA LA COBERTURA (OPCIÓN NO VEGANA)
Queso crema ligero200 gramosYogur griego125 gramosEsencia de vainilla1 cucharadita
PARA LA COBERTURA (OPCIÓN VEGANA)
Anacardos crudos remojados o tofu200 gramosLeche de coco, fría, solo la parte sólida1 lataEsencia de vainilla1 cucharadita
Por su marcado dulzor cuando está madura, se suele usar tanto fresca como en conserva al natural en diferentes postres como flanes o bizcochos, y resulta maravillosa si simplemente aprovechamos el fuego para dorarla en la parrilla o plancha.
Hoy os traigo una receta cuyo origen está en Jamaica y tiene casi 60 años. Aunque he ido realizando diferentes adaptaciones para hacerla más saludable, es el típico plato en el que el dulzor es aportado por la fruta y vegetales que se usan y cuyos azúcares están naturalmente presentes. A este pastel cuyos ingredientes básicos son la piña y el plátano, se le llamó originalmente «doctor bird cake» o «hummingbird cake» probablemente por su dulzor natural ya que estos pequeñísimos animales, los colibrís, se alimentan puramente de néctar. Se hizo tan popular que su receta llegó a Estados Unidos en poco tiempo y es, a día de hoy, uno de esos postres decadentes cuyo resultado agrada y sorprende a todo el mundo.