El perro es el mejor amigo del hombre; sin embargo, esa amistad suele terminar antes de lo que a la parte humana le gustaría, ya que la esperanza de vida de los canes se limita a poco más de una década. Aún así, se sabe que dependiendo de la raza, esta relación puede alargarse un poco: las especies más grandes tienen una vida más corta mientras que los perros más pequeños gozan de mayor longevidad. Ahora, un estudio publicado en la revista ‘Scientific Reports’ ha averiguado que no solo su tamaño importa: también su hocico.
En concreto, el trabajo creado a partir del análisis de 580.000 perros del Reino Unido, detalla que los perros más pequeños con narices largas, como los perros salchicha mini o los shiba inu, son los que viven más tiempo. Por el contrario, y al contrario de lo que se pensaba, las razas de tamaño mediano como el bulldog inglés y el shih tzus, son las que tienen una esperanza de vida más corta.
«A pesar de que el Reino Unido es una nación de amantes de los perros, no tenemos un buen control de nuestra población canina en general y, más específicamente, de su expectativa de vida», explica Kirsten McMillan de Dogs Trust, una organización benéfica de bienestar de animales domésticos en el Reino Unido.
Para realizar un análisis exhaustivo de la longevidad de los perros, McMillan y sus colegas recopilaron datos de diversas fuentes, incluidos veterinarios, compañías de seguros para mascotas y organizaciones benéficas de bienestar animal. Los datos incluían 584.734 perros pertenecientes a 155 razas, de los cuales 284.734 estaban fallecidos.
Los perros tenían una esperanza de vida media de 12,5 años, si bien las hembras vivían de media ligeramente por encima de ese dato, hasta los 12,7 años, en comparación de los 12,4 años de los machos. Cuando los clasificó en categorías según su tamaño y forma de la cara, el equipo descubrió que los perros pequeños y de nariz larga de ambos sexos tenían la esperanza de vida más alta, sobreviviendo 13,3 años en promedio. Con una esperanza de vida de sólo 9,1 y 9,6 años, los perros machos y hembras de tamaño mediano y cara plana tuvieron los peores resultados.
«A muchas razas de cara plana, pequeñas o grandes, no les va bien. Por ejemplo, al bulldog francés, el san bernardo o el presa canario», dice McMillan. Ya se conocía que los perros de cara plana enfrentan una variedad de problemas de salud, incluidos problemas respiratorios, patologías digestivas o incluso mala calidad del sueño, lo que podría explicar sus vidas más cortas.
Sorpresa: los pura raza viven más
Pero el estudio aún tenía reservada una sorpresa: al contrario de lo que siempre se ha creído, los canes de pura raza presentaban una esperanza de vida mayor que los mestizos: 12,7 años, frente a sólo 12 años.
«Durante mucho tiempo ha existido la creencia de que los perros mestizos viven más que los perros de raza pura debido al concepto de vigor híbrido», señala a NewScientist Audrey Ruple de Virginia Tech, que no participó en el estudio. Esto se refiere a la idea de que los animales o plantas híbridos podrían presentar características más viables porque tienen más variación en sus genes. «Sin embargo, esto debe investigarse más a fondo», señana Ruple.
«Esperamos que este estudio genere más investigaciones sobre exactamente por qué algunas razas mueren jóvenes y, en última instancia, mejore la vida de nuestros perros», incide por su parte McMillan.
