Claves para motivar a los niños a realizar los deberes en casa en este último tramo escolar

Aumentan las temperaturas, empieza a hacer mella el cansancio acumulado y las familias encuentran dificultades para crear entornos de estudio

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Queda poco más de un mes y medio para que acabe el curso escolar, y cada vez se hace más difícil conseguir que los niños hagan los deberes. Aumentan las temperaturas, empieza a hacer mella el cansancio acumulado y muchas familias admiten que no les resulta fácil crear el entorno adecuado.

Frente a otros países comunitarios nuestro país, además, se caracteriza por el elevado número de tareas a realizar en casa. Así lo señala también el último informe PISA, la clasificación más reconocida a la hora de medir la calidad en materia de educación de cada país, de donde se extrae que los deberes escolares son un pilar del sistema educativo en España. De hecho, y así lo señala el citado estudio, el tiempo total que dedican los estudiantes semanalmente a hacer tareas es de más de 18 horas, encontrándose en el quinto lugar a la cabeza de la media europea.

Son muchos los docentes que consideran las tareas en casa necesarias para consolidar lo aprendido y crear hábitos, mientras que otros advierten que habitualmente son poco creativos y generalizados. Sea como sea el caso, Louisa Rosenheck, directora de pedagogía en Kahoot!, recopila algunas claves para motivar a los estudiantes a realizar los deberes en casa durante este último tramo del curso.

Implantar una rutina diaria

El propósito principal de los deberes es la adquisición de un hábito de estudio que les beneficiará en un futuro. Por eso, es importante establecer unos horarios de sueño, comidas y horas de estudio que se mantengan cada día a la misma hora, una práctica esencial para que los niños tengan rutinas predecibles y constantes. De hecho, crear estos hábitos fomentan la autonomía, mejoran la comprensión del entorno y reducen la ansiedad derivada de los nervios y la incertidumbre de no saber qué hacer.

Además, debido a la importancia que tiene el descanso, Rosenheck aconseja «consensuar con los hijos algunos rituales que ayuden a prepararles para dormir». Por ejemplo, instaurar siempre el mismo orden a la hora de cepillarse los dientes, ponerse el pijama, leer un cuento y, finalmente, apagar la luz.

Controlar, supervisar y ayudar con las tareas lectivas

Aunque sea labor y responsabilidad de los hijos, los padres y madres deben vigilar, apoyar y controlar que los niños cumplen con sus tareas, pero dejando siempre que ellos se encarguen de terminarlos. De lo contrario, el niño crece inseguro, se limita su desarrollo y afecta a las funciones que desarrollan los profesores en las escuelas.

Igualmente, la presencia de los padres durante la realización de los deberes debe estar limitado para así favorecer su autonomía y mejorar su rendimiento académico.

Poner en práctica el «aprender jugando»

Además de los tradicionales juegos que estimulan el aprendizaje como las cartas, el ajedrez o las damas, existen otras nuevas opciones que los padres y madres pueden utilizar para lograr un interés real por cultivar el conocimiento en los menores.

En eso consiste la ‘gamificación’, explica Louisa Rosenheck: «en llevar a cabo actividades estimulantes y divertidas que permiten aprender de una manera diferente y atractiva, al tiempo que se consigue pasar más tiempo en familia. De hecho, jugar es una de las actividades más importantes en el ciclo de vida de un niño, que beneficia a su desarrollo educativo».

Un acompañamiento personalizado

‘Cada persona es un mundo’ y lo mismo ocurre con los más pequeños. Se debe conocer y respetar su desarrollo y ritmos ya que cada niño y niña tiene unas características específicas que han de tenerse en cuenta a la hora de acompañarlos en todos los procesos evolutivos.

Los padres y madres deben conocer la forma de ser de su hijo con el objetivo de «tratarle de la manera más adecuada, intentando entender tanto sus capacidades, como su nivel de concentración y grado de autonomía de la que goza el niño», concluye Rosenheck.

Fuente: ABC

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