Con la inminente convocatoria para definir la candidatura de Morena en 2024, la discusión sobre las condiciones y la metodología que seguirá el proceso interno llega a su punto más alto. En este contexto y con el caso de Coahuila como ruido de fondo, el método de la encuesta está en el centro del debate.
Las posiciones respecto al uso de la encuesta se distribuyen de la siguiente manera. Siguiendo la línea del presidente, Claudia Sheinbaum y Adán Augusto han expresado confianza en la dirigencia de su partido y respaldan este método. Por su parte, Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard han hecho de la crítica a la encuesta el eje central de sus intervenciones, acusando, cuando no manipulación, falta de condiciones y cancha inclinada.
¿Dudas genuinas o consigna? Lo cierto es que la erosión en la legitimidad de la encuesta abre muchos riesgos para la unidad del obradorismo. El caso testigo es Coahuila, en dónde Ricardo Mejía Berdeja uso este argumento para desconocer los resultados y presentarse como candidato del Partido del Trabajo.
Más allá de la valoración que se tenga de Armando Guadiana como candidato, resulta claro que partía, desde el principio, como el favorito para ganar la postulación. Además de haber sido presidente del equipo de beisbol local, Guadiana fue diputado local, candidato a gobernador en 2017, senador electo en 2018 y candidato a alcalde de Saltillo en 2021. Por su parte, Mejía hizo gran parte de su carrera política en Guerrero, donde fue diputado federal y local.
Los estudios de opinión posteriores sólo han ratificado lo que marcaron las tres encuestas que definieron la candidatura de Morena en Coahuila. Sin embargo, los seguidores de Mejía no aceptan matiz y están convencidos de que Guadiana fue impuesto por Mario Delgado, presidente nacional de Morena. La cuestión se vuelve un poco más increíble cuando se recuerda que, hasta antes de la definición, el que acusaba a Delgado era el propio Guadiana, que señalaba que la postergación de la encuesta era para beneficiar a Mejía, supuestamente favorito del presidente.
Este es el contexto en el cual los equipos de Monreal y Ebrard han elegido desacreditar sistemáticamente a la encuesta aún antes de saber cuál será la metodología que se acuerde en el partido. Es decir, parten del supuesto de que sus propios correligionarios les preparan una trampa.
Una de las posibles explicaciones a esta posición es que más que una crítica, el cuestionamiento a la encuesta sea un chantaje para obtener ventajas en la mesa de negociación. A estas alturas del año, la ventaja de Claudia Sheinbaum parece irremontable, pero entre más se alargue el proceso más oportunidad habrá de acercarse.
Ante este escenario, trascendió que el presidente propuso acelerar los tiempos para que en un máximo de tres meses la candidatura esté definida. Con la tendencia que se observa, alargar el proceso se presta para las conductas desesperadas y el golpeteo contra la virtual ganadora. Habrá que ver cómo se acomodan las fichas en la antesala de la convocatoria, pero evitar una situación como la Coahuila debería estar en las prioridades de todos los involucrados.
Fuente: heraldodemexico
