¿Qué pueden esperar los trabajadores migrantes tras el encuentro Biden-AMLO?

El tan esperado encuentro no cambiará mucho —o no de inmediato— la política migratoria en la Unión Americana. El presidente Andrés Manuel pidió ampliar el número de visas de trabajo temporal para migrantes de México y Centroamérica, pero Joe Biden no dio respuesta.

0
267

Pasadas las 7:30 de la mañana del martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador se asomó por la ventana del Hotel Lombardy, en Washington. Con medio cuerpo al aire le dijo al grupo de personas de origen mexicano que se había congregado afuera: “Voy a estar en la Casa Blanca con el presidente (Joe) Biden y el tema principal será la defensa de nuestros paisanos migrantes. Ustedes vienen a trabajar honradamente a esta gran nación, vienen a hacerla más grande, no vienen a robar, no vienen a hacer una maldad”.

Pero “la tan esperada visita” deja todo en promesa , considera Eunice Rendón Cárdenas, especialista en seguridad y migración. El presidente Joe Biden ofreció duplicar las visas de trabajo temporal de 300,000, una cifra que ya era histórica, a 600,000. Esto, luego de escuchar al presidente mexicano, quien volvió a mencionar el programa Bracero, con el que se contrataron “miles de jornaleros mexicanos” como ejemplo para la entrada ordenada.

“Para la construcción del ferrocarril, de 1943 a 1946 se contrató a 130,000 trabajadores mexicanos mediante este procedimiento pactado por ambos gobiernos”, destacó el mandatario. Reconoció que el programa no estuvo exento de “errores, abusos e incumplimientos”, pero dio buenos resultados, conisderó. “Algo parececido a este programa es lo que proponemos ahora”.

Le pidió permitir la llegada a Estados Unidos de “obreros, técnicos y profesionales de distintas disciplinas mexicanos y centroamericanos con visas temporales de trabajo para asegurar que no se paralice la economía por falta de mano de obra. Mi propósito es contar con la fuerza de trabajo que demandará el plan propuesto por usted y aprobado por el Congreso de destinar más de 1 billón de dólares de obras de infraestructura”.

Es necesario darle certidumbre “a los migrantes que desde hace varios años trabajan honradamente y contribuyen al desarrollo de esta gran nación”, concluyó.

La tragedia de Texas, el marco de la visita

Ésta es la segunda vez que ambos mandatarios se reúnen en Estados Unidos. Previo a su inicio de gobierno, de ambos se esperaba un cambio en la política migratoria, pues sus discursos habían sido distintos al de sus antecesores, especialmente al del expresidente Donald Trump.

López Obrador había hablado de fronteras abiertas para migrantes de Centroamérica que vinieran a México a trabajar, aunque la mayoría pasan por aquí en busca de un empleo en Estados Unidos. Sin embargo, Trump obligó al gobierno mexicano a retener a migrantes en nuestro territorio. Se esperaba que ayer Biden anunciara el fin del programa Quédate en México, pero no ocurrió.

“Las demandas de López Obrador son adecuadas, su visión del tema migratorio es más amplia, más allá de las presiones que Méxio ha recibido en la securitización de las fronteras. Pero no es clara la respuesta de Biden y no lo son los mecanismos que anuncian para lograr todo esto. El aterrizaje es lo que ha costado”, dice Eunice Rendón. 

Uno de los acuerdos pactados tras el encuentro es la creación de un grupo de trabajo para la migración laboral. “La participación de organizaciones de la sociedad civil, personas trabajadoras migrantes, incluyendo mujeres migrantes, es esencial. Esta declaración indica que el tema de migración laboral seguirá siendo una prioridad para las administraciones en ambos lados de la frontera, y es fundamental que se aborde desde una perspectiva de derechos humanos», apunta Rachel-Micah Jones, directora ejecutiva del Centro de los Derechos del Migrantes (CDM)

“Esta visita sucedió en un momento un poco complicado, porque está en la mesa la ampliación de los programas de trabajo temporal” en Estados Unidos, pero no una mejora para evitar la violación de derechos humanos laborales que se comete con esos esquemas, agrega la abogada.

El encuentro “se da a pocos días del homicidio masivo de 53 migrantes en Texas, en medio de un aumento en los primeros meses del 2022 de cerca del 60% en los flujos migratorios desde Centroamérica y México. Además de enmarcarse rumbo a las próximas elecciones de medio término en el vecino país del norte”, puntualiza en entrevista Eunice Rendón.

Las visas temporales no son la solución

El último de cinco puntos de cooperación que el presidente López Obrador le propuso a Biden fue la migración ordenada y temporal. Para ellos le pidió un mayor número de visas y avanzar hacia una reforma migratoria en aquel país. “Pero creo que falta claridad, porque al menos con el Plan Mérida teníamos una cantidad de dinero”, pero con el Entendimiento Bicentenario, iniciado en diciembre de 2021, no se cuenta con recursos, dice Eunice Rendón.

“Las autoridades estadounidenes han puesto el acento en la militarización y securitización de las fronteras y es necesario transitar a otra estrategia”, señela la otrora directora del Instituto de Mexicanos en el Exterior en la administración pasada.

“El control y las amenazas para desincentivar la migración, no sólo no ha dado los resultados esperados, sino que ha ocasionado que las redes de tráfico de personas se fortalezcan y tengan más ganancias. Entre más difícil sea pasar, mayor será el costo y los peligros para las personas en movilidad, por hacerlo”.

Rachel-Micah Jones, directora del CDM, señala que “desde hace mucho tiempo estamos esperando las reformas y las mejoras al programa de visas de trabajo temporal H2. Hay problemas en la contratación, pues les cobran grandes cantidades y nadie debe pagar por trabajar. Hay una sistemática discriminación en contra de las personas mayores y las mujeres, falta de pago, robo de salarios y cuando las personas trabajadoras demandan lo que les corresponde, sufren amenazas o represalias”.

Además de todo eso, las condiciones seguridad y salud en el trabajo no son las óptimas, “recibimos constante quejas acerca de que viven en hacinamiento”. Pese a ello, la narrativa sobre ese programa es que es una solución para el problema migratorio, y no es que no beneficie a las personas, aclara la abogada, “el problema es su estructura y la forma en que funciona. Incluso como está escrita la ley indica que es para ayudar a las empresas que no encuentran personal”.

Por lo tanto, desde el origen las empresas tienen el control de su funcionamiento, conseguir la visa depende de las compañías y, en se sentido, dictan el destino de muchas vidas, apunta. “Eso no es un modelo alineado con los derechos humanos y necesitamos modelos de trabajo que no sólo sean para hombres y para hombres sólo de entre 18 y 29 años de edad”. 

En la medida en la que se siga viendo a las visas de trabajo temporal como la respuesta para dar seguridad en la frontera, sin mejorar el programa y sin dar respuesta a las personas que piden asilo, el problema continuará, dice Rachel-Micah Jones.

Una queja laboral sin avance

“Nos sentimos frustradas y decepcionadas. Nos hubiera gustado haber avanzado más porque hay mucho que hacer. Estamos viendo demasiados abusos y discriminación en los procesos, tenemos que reconocer que el principal beneficio de estos programas no son las personas migrantes, sino las empresas”, señala la directora del CDM.

El caso de Adarely Ponce y Maritza Pérez lo confirma, sostiene. Desde marzo de 2021, ambas trabajadoras migrantes jornaleras, acompañadas de organizaciones como el CDM, solicitaron a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) presentar una queja laboral en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Su denuncia es porque el programa de trabajo temporal discrimina a las mujeres y se comete acoso y abuso sexuales de manera sistemática.

Desde 2021, la STPS inició consultas con las autoridades estadounidenses, pero Rachel-Micah Jones enfatiza: “Queremos respuestas concretas, que lo vean como algo importante porque la situación es urgente para las personas que siguen buscando trabajo y quieren una visa”.

Fuente: eleconomista

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here