El cerco y posterior asalto de Israel han convertido el hospital de Al Shifa de la Ciudad de Gaza en una «zona de muerte», en palabras del máximo responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus. De ese infierno logró rescatar el organismo internacional a 31 recién nacidos que fueron evacuados a la unidad de cuidados intensivos del hospital materno infantil Al-Helal Al-Emairati de Rafah, a las puertas de la frontera de la Franja con Egipto.
Las ambulancias de la Media Luna Roja lograron atravesar la Franja con los pequeños a bordo, en una operación organizada por la OMS y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA). Tuvieron más fortuna que un convoy organizado por Médicos Sin Fronteras (MSF) el sábado por la tarde para evacuar a parte de su personal del norte de Gaza, ya que la caravana de vehículos sufrió un «ataque deliberado que causó un muerto y un herido».
Negociación en marcha
Desde la ONU, planean nuevas evacuaciones en las próximas horas para sacar del hospital Al Shifa a los casi 300 enfermos y heridos que no pueden moverse y también al personal médico que les atiende, pero todo depende de la situación de seguridad.
Esta evacuación milagro se produjo en una jornada marcada por los comentarios de Estados Unidos y Qatar sobre la proximidad de un acuerdo entre Hamás e Israel para la liberación de parte de los rehenes a cambio de un alto el fuego temporal.
Las imágenes de los pequeños fuera de las incubadoras, desconectadas por la falta de electricidad debido al corte del suministro de combustible para los generadores por parte israelí, dieron la vuelta al mundo. Al menos cuatro de los recién nacidos no han conseguido resistir a la situación, pero al resto se le abre una oportunidad de vivir lejos de una Ciudad de Gaza convertida en la zona cero de la guerra. Ellos son la única luz de vida en medio de las tinieblas que han tomado Gaza desde el 7 de octubre.
Los bombardeos se extienden al centro y sur de la Franja, sin respetar ni los hospitales ni las escuelas de la ONU, y la cifra de palestinos muertos supera los 12.300, según un Ministerio de Salud de Gaza -controlado por Hamás- que cada día lo tiene más complicado para el recuento de los cadáveres, debido a que los grandes hospitales han quedado fuera de servicio.
El máximo responsable de UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Phillipe Lazzarini, confirmó que en las últimas 24 horas dos de sus escuelas, convertidas en refugios para miles de familias palestinas, fueron alcanzadas por impactos directos. Ya son diecisiete los centros atacados, «al menos 176 los muertos y 800 los heridos», según el recuento de Lazzarini. El responsable del organismo internacional denunció que «estos actos no sólo contravienen descaradamente las normas de la guerra, sino que también muestran un total desprecio por la humanidad».
Después de 1.200 muertos en Israel, más de 12.300 en Gaza, al menos 240 cautivos en la Franja, 1,7 millones de gazatíes desplazados y de la destrucción del 45 por ciento de las viviendas por culpa de los bombardeos, parece que el primer acuerdo para un alto el fuego está próximo. En ese sentido, el primer ministro de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, reveló que las diferencias son «menores […] de carácter logístico y práctico».
‘The Washington Post’, citando fuentes próximas a la negociación, señaló que «Israel y Hamás están cerca de llegar a un acuerdo mediado por Estados Unidos que liberaría a decenas de mujeres y niños retenidos como rehenes en Gaza a cambio de una pausa de cinco días en los combates». La portavoz del Consejo de Seguridad de la casa Blanca, Adrienne Watson, dijo que «trabajamos duro para cerrar el acuerdo» y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, fue tajante un día más al dejar claro que «circulan muchas informaciones incorrectas sobre un arreglo para liberar a algunas de las 240 personas retenidas. […] Por el momento no hay acuerdo». Hasta ahora, Hamás ha puesto en libertad a cuatro mujeres cautivas.
EE.UU. y Qatar median en un acuerdo de alto el fuego temporal a cambio de la liberación de parte de los rehenes
Protestas
Miles de personas se dieron cita el sábado por la noche frente a la residencia del primer ministro en Jerusalén tras una marcha a pie desde Tel Aviv, convocada por la asociación de familias de los rehenes y desaparecidos tras los atentados del 7 de octubre. Los presentes expresaron su malestar por la gestión de la crisis de Netanyahu. Se sienten abandonados, perciben que la liberación de sus seres queridos no es una prioridad y que apenas reciben información sobre las negociaciones.
Los hutíes de Yemen llevan semanas intentando abrir un nuevo frente con el lanzamiento de misiles hacia Israel y dieron un paso más el domingo, con la captura en el mar Rojo del barco Galaxy Reader, con 25 personas a bordo. Parte de la compañía propietaria del buque es de un empresario de Israel, pero entre los tripulantes no hay ciudadanos israelíes. Los hutíes son una minoría que practica el zaidismo, una escisión del islam chiita, cuentan con el respaldo de Irán y controlan la mitad de Yemen tras ocho años de guerra.
Los responsables hutíes confirmaron la operación, en la que, según comunicaron, «capturamos un barco israelí y lo llevamos con su tripulación. Confirmamos nuestra continuación de las operaciones militares contra el enemigo sionista hasta que cese la agresión contra Gaza».