Este jueves inicaron las labores para exhumar al dictador Francisco Franco de su tumba en un grandioso mausoleo a las afueras de Madrid, dijeron las autoridades españolas.
El general Francisco Franco dirigió una de las dictaduras más prolongadas de Europa, desde que ganara la Guerra Civil española en 1939, hasta su muerte en 1975. Los restos del dictador español Francisco Franco reposan ya junto a los de su mujer Carmen Polo en el cementerio del barrio madrileño de El Pardo, tras ser exhumados este jueves del complejo monumental de El Valle de los Caídos, donde permanecía desde hace 44 años.
Pero, ¿por qué sus restos fueron sacados del mausoleo y trasladados a un cripta familiar?
El principal promotor de sacar los restos del dictador Francisco Franco del complejo monumento fue el presidente socialista Pedro Sánchez, quien hizo de la exhumación una de sus prioridades al llegar al poder en junio de 2018.
En una declaración institucional tras el traslado de Franco hasta su nueva ubicación, el panteón familiar en el cementerio de El Pardo, en las afueras de Madrid, Sánchez destacó además que con la exhumación “España cumple consigo misma”.
“Nos costó mucho tiempo deshacernos de un régimen represor. Y casi nos ha llevado el mismo tiempo apartar los restos de su artífice del homenaje público”, remarcó el presidente del Gobierno en funciones.
La medida tiene un gran calado ideológico en un país donde todavía sigue vivo el debate sobre la memoria histórica. Mientras la izquierda respalda la exhumación, los conservadores la ven con desdén y es abiertamente repudiada por la ultraderecha de Vox.
Para Sánchez, servirá para cerrar “simbólicamente el círculo de la democracia española”. Lo hará a menos de tres semanas de las elecciones legislativas del 10 de noviembre, en las que según los sondeos el Partido Socialista se estanca y el conservador Partido Popular y la ultraderecha de Vox suben, aunque ni izquierda ni derecha obtendrían una mayoría clara para gobernar.
Apenas llegó al poder mediante una moción de censura que desbancó al conservador Mariano Rajoy, Sánchez buscó exhumar rápidamente a Franco de su mausoleo, donde yace tras gobernar el país con mano de hierro desde 1939, cuando ganó la guerra civil, hasta su muerte en 1975.
Pero sus intenciones chocaron con la negativa de los herederos del dictador, que primero se negaron rotundamente a la exhumación, y luego intentaron sin éxito que se fijara su reinhumación en la madrileña catedral de la Almudena.
El enfrentamiento derivó en una prolongada batalla legal, zanjada en las últimas semanas por el Tribunal Supremo español, que resolvió los recursos a favor del gobierno. La exhumación ha hurgado en viejas heridas aún sin sanar desde la guerra civil y el franquismo, en un país con más de 100 mil desaparecidos y nombres de pueblos en honor del dictador.
