El próximo 5 de junio habrá nuevas elecciones en seis entidades de la República, donde los ciudadanos de Aguascalientes, Oaxaca, Hidalgo, Durango, Quintana Roo y Tamaulipas deberán elegir gobernador.
Ante este panorama electoral, la violencia e inseguridad va en niveles récord, un día sí y el otro también, hay más muertes, desapariciones, ejecutados, persecuciones, pero al gabinete federal le preocupan más las campañas y salir “victoriosos” en los próximos comicios, que la seguridad de los mexicanos.
Tal y como pasó en las elecciones pasadas, el país está inmerso en un clima violento e inseguro, el año pasado, en pleno proceso electoral, se vivieron levantones, secuestros, asesinatos, entre ellos los de más de 100 candidatos, todo eso con la participación del crimen organizado, y este año no queremos lo mismo, queremos unas elecciones pacíficas.
Parece que para el gobierno actual la ayuda del crimen organizado es primordial hoy en día para ganar unas elecciones, los guiños que le hace el Presidente y sus candidatos a la delincuencia organizada tienen la finalidad de asegurar sus victorias en las elecciones.
En la mayoría de los estados que renovarán sus gubernaturas vemos como el partido en el poder ejerce presiones por apoyos sociales, hay más que nunca un peculado electoral y todo el apoyo ilícito como parte de su estrategia.
En vísperas de la jornada electoral que se avecina, sólo pedimos paz y salir a votar tranquilamente, que el Presidente de la República y sus aliados permitan a los ciudadanos sufragar como es su derecho y como lo demanda el país democrático en el que vivimos.
Sin duda, hoy la democracia está viviendo tiempos oscuros, vive un grave peligro ante la intervención de la delincuencia organizada que no sólo asusta con violencia, sino que también se ha dedicado a financiar a los candidatos del partido en el poder.
Como el caso de Tamaulipas, donde el crimen organizado inyecta recursos económicos al candidato a gobernador de Morena, lo cual se ha documentado públicamente.
Entre lo más conocido y mediático es el caso del huachicolero Sergio Carmona Angulo, asesinado en noviembre pasado en Nuevo León, quien no solamente apoyó al partido Morena en Tamaulipas, a candidatos y a dirigentes nacionales de ese partido político, sino que también intervino en los comicios de 2021.
La intervención de la delincuencia organizada marca el pacto de corrupción e impunidad, que hay con Morena, sin importarle que el país esté ahogado en violencia e inseguridad, hoy los delincuentes se sienten dueños de gran parte del territorio, gracias al mensaje de “paz” del Presidente a la delincuencia, justo antes de elecciones.
Fuente: heraldodemexico
