Entre los protocolos de seguridad sanitaria para el regreso a clases de manera presencial, se pedirá la creación de una base de datos para identificar a los docentes que puedan ser clasificados como población de riesgo por padecer diabetes, hipertensión u obesidad.
Fermín Pérez Hernández, dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en Quintana Roo, explicó que actualmente no se tiene certeza sobre el número de maestros que cuentan con alguna comorbilidad y que podrían ser susceptibles a algún contagio.
“No tenemos un banco de datos sobre cuántos son diabéticos o hipertensos porque cuando un trabajador de la educación es detectado con alguna enfermedad, no nos dicen en qué situación están, sino hasta que tienen alguna complicación, es cuando nos damos cuenta”, dijo.
Debido a esto dijo que antes de retomar las actividades presenciales se buscará hacer una revisión de las condiciones de salud de todo el personal para considerar el riesgo que estos tendrían al regresar a las aulas, en caso que el semáforo epidemiológico estatal se encuentre en color verde.
“Tendrá que realizarse mediante algún dictamen médico que indique quién es diabético, hipertenso, cáncer o que tenga alguna situación, que impida que ese compañero se presente”, dijo, aunque indicó que esto no ocurrirá hasta que las condiciones sanitarias lo indiquen.
De acuerdo con el entrevistado, dentro del sindicato se han reportado 13 casos positivos durante la pandemia, de los cuales siete se han recuperado y tres continúan activos y recuperándose en sus hogares, asimismo, ocurrieron tres defunciones, una en Chetumal y dos en Othón P. Blanco.
“Hay compañeros que lo tenían pero nunca lo manifestaron, hasta que salieron de la enfermedad fue que nos comentaron que habían salido positivos, pero los que se nos han notificado durante toda la pandemia”, dijo.
Fuente: SIPSE
