¿Vale la pena votar?

0
210

La pregunta que cabecea este texto es válida, más allá de los formalismos y los buenos deseos. Estoy seguro que es una pregunta que se hacen millones de personas alrededor del mundo. Decir que votar consolida la democracia y una mejor calidad de gobierno puede haberse vuelto una mala broma. Desde 1994 podemos afirmar que las elecciones en México han sido transparentes y llevadas a cabo con una eficiencia aceptable. Han ganado PRI, PAN y MORENA la presidencia, pero las viejas lacras parecen inamovibles: asesinatos, violaciones, extorsiones, malos empleos, desigualdad, corrupción y, sobre todo, ineficacia de gobiernos. La educación y la ciencia van en retroceso, el arte y los artistas arrinconados entre la propaganda y la falta de recursos. De la salud, mejor ni hablar.

Por qué votar cuando los propios partidos políticos de oposición dicen que hasta el momento 46 candidatos y candidatas a diversos cargos de elección popular renunciaron a sus aspiraciones por amenazas del crimen organizado. Esas mismas organizaciones aseguran que la cifra puede ser tres o cuatro veces mayor, pero no lo saben porque muchos no denuncian. Son esos mismos políticos que, cuando llegan al puesto, nos recomiendan a la ciudadanía común que seamos valientes y denunciemos.

Los opositores han armado un mapa de riesgos electorales y este es brutal: hay focos rojos en 15 de las 32 entidades, prácticamente la mitad del territorio. Los estados más peligrosos son: Chiapas, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Sinaloa, Nuevo León, Tamaulipas, Morelos, Quintana Roo y Zacatecas, pero no son los únicos. ¿Qué dice el gobierno federal? Rosa Icela, la secretaria de Seguridad, había prometido una reunión en la Cámara de Diputados para hablar de esos riesgos. No se ha efectuado dicha reunión, al presidente no le interesa.

Por qué votar cuando las guerras de encuestas continúan como un medio de desalentar la participación. Reforma publica una medición que le da a Claudia Sheinbaum (CS) 58% de intenciones de votos y a Xóchitl Gálvez (XG) un 34%. Normalmente, los que van abajo desestiman las encuestas que no les favorecen, pero casi nunca dicen por qué. Esta vez, los argumentos de la campaña de Xóchitl parecen demoledores. Del 100% de las encuestas levantadas, el 47% no contestó. Del 53% restante que sí respondió, la mitad declaró que puede cambiar el sentido de su voto. ¿Qué tan confiable es esta medición?

Por otro lado, Massive Caller circula otra medición que le da a CS solo seis puntos de ventaja sobre XG. La misma pregunta es válida: ¿qué tanta confianza puede tener esta encuesta? Por supuesto, los seguidores de la candidata opositora se aferrarán a este resultado de Massive Caller. Creo que no se trata de esto, ¿dónde está el INE que debe garantizar que las metodologías se apeguen a una normativa? No está.

De nuevo, por qué votar cuando tenemos un INE que no se ve. AMLO viola las leyes electorales y todo lo que sucede es que le bajan las mañaneras. Algo inofensivo para la causa del presidente. Los secretarios, incluso los de las fuerzas armadas, hacen labor de proselitismo a favor de CS. En edificios públicos, como el AIFA o el Metro de la CDMX, hay propaganda a favor de la candidata de AMLO.

Hablando de mediciones, la primera encuesta nacional de GEA-ISA para 2024 parece confirmar nuestras sospechas: las autoridades electorales perdieron confianza con respecto a 2023. A casi un año de la entrada de la presidenta Guadalupe Taddei, el 64% considera que el INE cumple con sus funciones, 45% confía en que garantizará la imparcialidad y 66% aprueba la actuación de las consejerías electorales. Estos números reflejan una baja, ya que en 2023 74% contestó que el INE cumplía con su función adecuadamente, 54% que garantizaba imparcialidad en las elecciones y 71% aprobaba la actuación de las consejerías.

En cuanto al Tribunal Electoral, en marzo de 2023, con el magistrado Reyes Rodríguez como presidente, 73% señaló que el TEPJF cumplía con sus funciones adecuadamente. En este marzo de 2024, a dos meses de la entrada de Mónica Soto a la presidencia, la confianza bajó diez puntos. Los jaloneos, las sospechas y las disputas internas han disminuido la confianza que se debe tener en ellos, pero también la penetración que MORENA ha logrado en los organismos electorales ha contribuido a ello.

No nos engañemos, vamos a una elección con un crimen organizado (CO) metido hasta el fondo en los procesos electorales, que amedrenta a candidatos y candidatas, pero también a la ciudadanía; con un gobierno que no cumple sus funciones de seguridad y que apoya con recursos multimillonarios a sus candidatos. Si no es una elección de Estado se parece bastante.

Los partidos de oposición parecen más interesados en buscar un “hueso” que en apoyar a la candidata presidencial. ¿Cuáles son las posibilidades reales de sacar al número suficiente de personas a votar y cómo garantizar que lo harán por la oposición?

En estas condiciones, alguien me puede contestar esta pregunta: ¿por qué votar?

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here