Casa de “El Señor de los Cielos” se vendió en más de 49 millones de pesos

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Compran casa de 'El Señor de los Cielos' en 49 millones de pesos. Una casa que perteneció al narcotraficante Amado Carrillo Fuentes, "El Señor de los Cielos", fue vendida esta tarde en una subasta del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado (Indep) en el Complejo Cultural Los Pinos. La residencia está ubicada en la calle de Cráter 535, Colonias Jardines del Pedregal, en la Ciudad de México Crédito: Tomada de Twitter

CIUDAD DE MEXICO.- Este domingo, el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep) subastó la casa del narcotraficante Amado Carrillo Fuentes. Aunque no se alcanzó el valor esperado por el inmueble, lograron venderla en 49 millones 714 mil pesos mexicanos.

La persona con la pancarta número 52 logró ser el que pujó más por la casa, que está adentrada en el número 525 de la calle Cráter, colonia Jardines del Pedregal, una de las colonias más exclusivas de la Ciudad de México. El inmueble cuenta con 3 mil 500 metros cuadrados, un jacuzzi, una alberca, entre otras atracciones.
En un principio, Indep esperaba juntar más de 53 millones 754 mil pesos, costo de salida de la vivienda. Sin embargo, en la puga sólo se logró conseguir 49 millones 714 mil pesos.

Amado Carrillo Fuentes

Amado, el segundo de los ocho hermanos, adoptó como su pueblo natal Guamuchilito, pues dicen que en realidad nació en La Tuna, municipio de Badiraguato, el 17 de diciembre de 1956. Apenas estudió, porque desde la adolescencia se enroló con su tío “Neto” a cuidar sus campos de marihuana y servir como “mula” para el traslado de droga.

El joven Amado mostraba obediencia, lealtad, disciplina y discreción a la hora de cumplir los encargos de su tío. También se cuenta que era astuto, despiadado con sus enemigos, mujeriego, que le gustaba el alcohol y la coca, y que al mismo tiempo era generoso con los suyos, su familia y sus dos pueblos: La Tuna y Guamuchilito, a los que dotó de iglesia, jardín, escuela y otros servicios.

En realidad, poco se sabía de él cuando vivía. La policía, cuando comenzó a perseguirlo, sólo tenía una vieja fotografía suya y ni siquiera sabía su edad.
El sigilo lo acompañó desde sus primeros años de narcotraficante, cuando su tío don Neto, como llamaban a Fonseca, lo mandó al poblado de Ojinaga, en Chihuahua, a que aprendiera todo del negocio de la marihuana con uno de sus socios, Pablo Acosta Villarreal “El Zorro de Ojinaga”.

Para Acosta Villarreal, Amado fue su favorito, su protegido, y durante más de 10 años trabajo a su lado, primero como su asistente y después como segundo en jerarquía. La mancuerna acabó cuando Amado lo mandó matar en abril de 1987. La traición vino de la mano de Guillermo González Calderoni, entonces director de Intercepción, Aérea, Terrestre y Marítima de la PGR, acusado años después de proteger a narcotraficantes de diversas organizaciones.

Con todos los datos para ubicarlo y un millón de dólares de pago, Calderoni acribilló a Acosta Villarreal y dejó libre el camino para que Amado Carrillo asumiera el control del grupo narcotraficante que operaba en Ojinaga, que más tarde se convirtió en el cártel de Juárez, uno de los más poderosos en México.

Fuente: POR ESTO!

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