Hemos demostrado que en América del XVI se implantó una sociedad muy participativa

Debate entre Bethany Aram, Jorge Cañizares Esguerra, Manuel Lucena y Juan Guillermo Martín sobre los nuevos hallazgos

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Tres historiadores y un arqueólogo debaten desde Austin, Barranquilla, Sevilla y Madrid. Bethany Aram (directora del proyecto ArtEmpire y profesora de la U. Pablo Olavide de Sevilla), Juan Guillermo Martín (arqueólogo de Uninorte, Barranquilla, Colombia), Manuel Lucena Giraldo (investigador del CSIC e historiador global) y Jorge Cañizares Esguerra (catedrático de Historia de la U. de Texas en Austin) conversan sobre el primer siglo del imperio español, el de la primera globalización, y lo hacen por videoconferencia en medio de una pandemia global, ni la primera ni la última.

Conocen el cambio que los nuevos hallazgos y estudios imponen sobre las verdades cansadas de la conquista y la leyenda negra. El encuentro de dos mundos fue como ahora se documenta, a partir de 1492, un choque lleno de complejidad que no admite ya lecturas simples. Hay guardianes de la visión superada que se enervan cuando los datos refutan las «verdades» heredadas. Estos historiadores (y muchos otros) están dispuestos a defender las verdades científicas que las nuevas investigaciones demuestran.

Los cuerpos enterrados pertenecen mayoritatiamente a mujeres negras e indígenas
Los cuerpos enterrados pertenecen mayoritatiamente a mujeres negras e indígenas

Pero como ABC informaba recientemente, el proyecto ArtEmpire ha hallado en una excavación entre las tumbas de Panamá la Vieja y en los documentos del Archivo de Indias la refutación de los prejuicios que hablan de una conquista genocida y de una esclavitud de corte anglosajón por culpa de «un imperialismo epistemológico», en palabras de Cañizares Esguerra. Nadie niega la asimetría en la práctica del poder y la violencia pero no se puede cerrar los ojos ante nuevas conclusiones. «No podemos permitir que la sociedad tenga una percepción de la historia como algo ya establecido», defiende Bethany Aram.

Ni fantasmas ni resentimientos sirven a la ciencia. Escuchamos la inteligente conversación de quienes más saben de lo que ocurrió en aquel mundo nuevo en el que mujeres traídas como esclavas e indígenas ocuparon las tumbas principales por su relevancia social y poder económico en aquella sociedad que tenía que escribir sus propias y nuevas reglas.

También ha tenido que escribirlas el proyecto ArtEmpire en el cementerio de la Catedral de Panamá la Vieja. Juan Guillermo Martín (JGM), arqueólogo del proyecto, había participado en una primera campaña en la que no se podían interpretar correctamente los hallazgos. Al unir sus fuerzas con los historiadores y el resto de especialistas, todo cambió. Bethany Aram (BA) «estaba en el terreno, entendió lo que necesitábamos, que no es lo mismo que parece importante para el historiador».

Un momento del debate por video conferencia
Un momento del debate por video conferencia

«Ha sido una aventura intelectual aprender de otras disciplinas -reconoce BA-. Hay que agradecer a los convenios de colaboración con el Archivo de Indias o el Patronato de Panamá Viejo y a la tecnología porque en el yacimiento había wifi y allí estaba yo sentada y conectada, sin ensuciarme las manos, buscando la documentación con todo lo que ellos me preguntaban en el portal PARES y en otras colecciones de documentos que yo tenía digitalizados».

Aram añade que hace 10 años no hubiera sido posible un proyecto como este. «El Consejo Europeo financia estos proyectos para hacer lo que no se podría hacer, investigación de frontera, alto riesgo para lograr grandes resultados». «No hay fracaso posible si lo haces con la Uninorte de Barranquilla», tercia Manuel Lucena (ML), provocando las risas de los cuatro.

La movilidad social

¿Y qué se halló en el cementerio de Panamá la Vieja que tanto inquieta a los guardianes de la vieja historiografía cansada? Jorge Cañizares Esguerra (JCE) lo resume bien, por lo investigado en un proyecto que dirige, de relectura de documentos de la época: «La movilidad social que pulveriza esta idea de qué esperar sobre la esclavitud. Llegan del golfo de Guinea en el siglo XVI. Son esclavos manumitidos en la primera generación, convertidos en mercaderes, muchas de ellas mujeres, que acumulan riqueza y autoridad. Los primeros colonos de toda la costa del Caribe de Tierra Firma son negros. Panamá, Cartagena. Hay muchos más negros que europeos, son decenas de miles. Esclavos manumitidos, con derechos políticos, se conviertan en vecinos, personajes y mercaderes ricos, particularmente mujeres».

Después de la excavación, en el laboratorio se realiza un trabajo inmenso de medición y análisis. En la imagen la reconstrucción de un cráneo excavado en Panama la Vieja
Después de la excavación, en el laboratorio se realiza un trabajo inmenso de medición y análisis. En la imagen la reconstrucción de un cráneo excavado en Panama la Vieja

¿Cómo era posible? «Es la preguntas que se hacen ya los estudiantes norteamericanos y supongo que ahora también los latinoamericanos. Hemos sido disciplinados en mantener las visiones liberales de qué se debe esperar sobre la esclavitud, con una visión del siglo XIX de las plantaciones de algodón de Virginia, lo cual significa una suerte de imperialismo epistemológico fenomenal». Todos vuelven a reír ante la expresión.

El arqueólogo colombiano JGM insiste: «No solo con la esclavitud. Creemos que llega la conquista europea y se instala un modelo social estratificado y rígido, como si aquí no hubiera habido sociedades estratificadas indígenas, con señores principales con poder y privilegios sobre el resto de la población. Otra falacia por la que me han crucificado es la idea de que vivían en armonía con el entorno y en comunión entre ellos. En el archipiélago de las Perlas hemos visto que la llegada de estos seres humanos hace 6.000 años lleva a la extinción de varias especies que vivían en esas islas. La idea romántica del pasado prehispánico es falsa».

Comuneros en México

Interviene JCE: «Esto es muy importante. En América hay un colapso del antiguo régimen europeo y también del antiguo régimen indígena. En México hay una revolución comunera promovida por los virreyes, en la que el común se impone sobre las ideas de los indígenas principales que luego se convirtieron en cazicazgos. Se separó la propiedad en común de los bienes patrimoniales y los caciques pierden poder político por los cabildos indígenas pasan a ser controlados por comuneros. Y esto trae una revolución agraria cuando los comuneros adquieren propiedad o se crea la propiedad común sobre las propiedades de los caciques…»

Y añade: «Dijeron que la representación y la democracia vienen de la Revolución Francesa, y que el antiguo régimen no es participativo. Nosotros hemos demostrado que esto no es así en el siglo XVI. Es un modelo sumamente participativo, permite a todos convertirse en legisladores. La movilidad es impresionante, linajes van y vienen. No es la voluntad del Rey o del Consejo de Indias, sino las miles de peticiones las que se van convirtiendo en cédulas. La categoría mestizo viene de peticiones de grupos indígenas y la Corona las da curso para marginar a los encomenderos, casi todos hijos de europeo e india. Las ideas de discriminación por raza heredades de modelos británicos no operan aquí. Durante más de 60 años cualquier individuo puede hacer peticiones para que los cambios se produzcan y se creen instituciones». Otro prejuicio quebrado a nuestros pies.

Un momento de los trabajos en la primera catedral del Nuevo Mundo
Un momento de los trabajos en la primera catedral del Nuevo Mundo

La pandemia nos pilla ya globalizados, como entonces. JGM recuerda que Panamá fue lugar de encuentro (y de contagio) desde hace 15.000 años. «Hoy nos estamos volviendo más parecidos y eso nos hace más vulnerables», resume. La clave, para ML es hacer historia global, no nacional, «Desgajar la historia de América de la Europea fue un error que nos ha impedido entender». BA señala lo importante de las nuevas investigaciones desde periferias que son también centros, Panamá, Sevilla…

Y ML pone el colofón: «La globalización es un escenario, no una ideología (que sería el globalismo). No arregla ni estropea nada, es un proceso cultural de experiencia humana. Tiene que ver con el archivo cultural: estereotipos, prejuicios, relaciones, viajes, literaturas y emociones. Pero la globalización es un tránsito de objetos y personas, de microbios, capitales y tecnologías. Hoy hemos hablado y esta conversación ha cambiado mi día. Ya somos otros. Porque no hay globalización sin aspectos culturales y educativos, ese es el gran balance y debemos explicarlo». Y añade: «Dejemos hablar a los nuevos datos, aprendamos. Es hora de salir de debates cargados de verdades cansadas, que solo conduce al aburrimiento»

Fuente: ABC

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