Entre la buena crianza y el castigo físico, hay que aprender a corregir

El castigo físico no corrige ni forma carácter, impacta de forma negativa en la infancia que es reprendida con violencia

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Con regular frecuencia nos encontramos noticias como: Detienen en Mexicali a mujer por agredir a su hijo de 2 años -importante señalar que para esta agresión, la Dirección de Seguridad Pública Municipal con apoyo de la Unidad de Violencia Familiar y de Género (UVI), respondieron adecuadamente-.

Ya en otra entrega del 16/01/21 por El Heraldo de México, titulada La generación de la chancla, escribí sobre el tema y lo subimos a redes sociales, recibiendo comentarios encontrados. Unos, a favor de eliminar el castigo corporal, como herramienta en la enseñanza y, muchos más, a favor del cintarazo ocasional, como formador de carácter.            

¿Por qué un padre o una madre querría infligir dolor a su hijo? Sin ser ingenuo, puedo entender que como niños, pudimos o podemos llegar a generar gran irritación con nuestros comportamientos y que, muchas veces, ante la inexperiencia o los comportamientos violentos aprendidos y normalizados, se pueda reaccionar con estos métodos. Considero que la violencia no nos hace más resistentes a la vida, no forma nuestro carácter, sino que sirve para normalizar la violencia y reciclarla. Por ello, firmemente creo que debe ser momento de evolucionar. Todo a nuestro alrededor lo está haciendo, ¿por qué nosotros no?, sobre todo, cuando se trata de la vida presente y futura de la niñez.            

Nos sorprende e indignamos cuando vemos las peleas de estudiantes, sobre la base del bullying -totalmente reprobables– y que han llegado hasta el asesinato. No debemos quedarnos en la indignación, sino profundizar en las causas, siendo una de ellas el dar ejemplo de agresiones en casa y su consecuente normalización. ¿Si los adultos arreglan sus problemas con golpes, por qué yo no?            

En México, el 60 por ciento de las niñas, niños y adolescentes son disciplinados con violencia y, el seis por ciento, han experimentado castigos físicos muy severos. Diariamente mueren cuatro infantes por causas violentas. Estas agresiones la experimentan de sus padres, madres, cuidadores y maestros. Asimismo, a nivel mundial, el 80 por ciento de niñas y niños de 2 a 14 años, se encuentran sujetos a castigos físicos. Disciplinar con métodos violentos, aún aquellos que se consideran ligeros, siempre tendrán un impacto negativo en la vida de las niñas, niños y adolescentes. Científicamente se ha demostrado la correlación entre el castigo corporal infantil y padecimientos como la ira, tristeza, baja autoestima, ansiedad, depresión, hasta llegar al suicidio.            

¿Cómo podemos ayudar? 1. Como adultos, comprender el error, corregir paso a paso y empezar a educar con el ejemplo; 2. Capacitarnos para implementar una disciplina positiva, basada en la comunicación; y, 3. La legislación es un factor fundamental, México se encuentra comprometido, pero todavía falta la prohibición legal como ya sucede en 65 países.

Hagámoslo hoy y por las generaciones venideras. Acabar con el castigo violento protege a la infancia y nos puede ayudar a reducir la violencia social en el largo plazo. ¿Usted qué opina?  

POR JOSÉ LUIS AYOUB

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