Así es la treta del ‘tercer día’ de los hoteles que utilizan con nosotros en los bufé libre

Esta estrategia es una artimaña psicológica que manipula sutilmente los hábitos de consumo de quienes optan por disfrutar de un 'todo incluido'

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En la planificación de las ansiadas vacaciones, cada viajero busca su propia fórmula para relajarse y disfrutar de su merecido tiempo libre. En un mundo repleto de posibilidades, las opciones para disfrutar de unas gratificantes vacaciones son tan diversas como los destinos que esperan ser explorados. Sin embargo, los paquetes vacacionales con la etiqueta ‘todo incluido’ han perdurado como una opción clásica para los viajeros. Esta alternativa, adoptada por aquellos que buscan un ahorro de tiempo para tener la oportunidad de centrarse en el destino, el buen clima y la compañía, plantea la ventaja de evitar la tarea de elegir dónde y qué comer cada día. No obstante, tras la aparente comodidad de este tipo de hoteles, se esconde un ingenioso esquema empresarial que tiene como protagonista el conocido como ‘truco del tercer día’. Pero, ¿en qué consiste esta técnica empleada por las cadenas hoteleras para ahorrarse dinero?

Detrás de la aparente generosidad que ofrecen los hoteles al proporcionar un bufé libre con todas las opciones imaginables, existe un afán por maximizar los beneficios a un coste mínimo. Esta estrategia, apodada el ‘truco del tercer día’, es una artimaña psicológica que manipula sutilmente los hábitos de consumo de quienes optan por disfrutar de un ‘todo incluido’.

El concepto es simple, en el primer día de estancia, los huéspedes suelen lanzarse con entusiasmo a un festín gastronómico sin restricciones. Sin embargo, la realidad detrás de esta estrategia se desvela a medida que avanzan los días. En ese sentido, varias investigaciones han revelado que las dinámicas de consumo de los clientes son previamente analizadas por las cadenas hoteleras, que aprovechan esta información para su propio beneficio, calculando el efecto financiero en su balance.

¿En qué consiste el ‘truco del tercer día’?

Según manifestó Rubén Úbric, director corporativo del servicio de restauración de una destacada cadena de hoteles, «es imposible que durante una semana estés poniéndote hasta las cejas de todo. En los primeros días, todos abusamos de la comida y la bebida, pero a partir del tercer día todo se modera. Cambiamos el whisky por el agua con gas… y nosotros calculamos la media».

Esta técnica, meticulosamente diseñada, aprovecha el proceso mental por el cual los consumidores pasan gradualmente de la euforia inicial a la moderación y, finalmente, al cansancio. Los hoteles anticipan este patrón de comportamiento, guiando al cliente desde la gula hacia elecciones más equilibradas. A partir del tercer día, las preferencias alimenticias cambian completamente, carne y grasas dan paso a ensaladas y proteínas a la plancha. Las bebidas alcohólicas ceden terreno ante los refrescos y, en muchos casos, el agua.

Cabe destacar que esta estrategia no solo beneficia a los consumidores al promover hábitos más saludables, sino que también ahorra costes a los hoteles al reducir el consumo de alimentos y bebidas. Así, el truco del ‘tercer día’ se convierte en un ejemplo revelador de cómo las cadenas hoteleras utilizan la psicología del consumidor para gestionar de manera eficiente y rentable los paquetes ‘todo incluido’.

Fuente: ABC

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