El Tribunal Supremo de EE.UU. permite a Trump mantenerse en la carrera por la presidencia

Los magistrados toman esta decisión antes del llamado supermartes, un día clave en las primarias

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De forma unánime, la Corte Suprema de los Estados Unidos falló este lunes que Donald Trump podrá ser candidato a las elecciones presidenciales del 5 de noviembre si gana las primarias republicanas, como se dispone a hacer. Los nueve jueces dictaminaron en un fallo especial que el Tribunal Superior de Colorado no puede inhabilitarlo, ya que semejante decisión debe recaer sobre el poder legislativo federal, es decir, el Capitolio.

Este fallo, acelerado, le despeja el camino a Trump, que se dispone a asegurarse la candidatura republicana hoy en el llamado supermartes, una jornada de votación masiva que suele dejar las primarias ya atadas de cara a los congresos de los dos partidos, que son en verano. Es una de las decisiones de mayor alcance político de la corte, comparable a cuando en 2001 permitió a George W. Bush ser presidente al dar por buena su victoria en el decisivo estado de Florida.

Colorado fue el primero de varios estados, entre los que se encuentra también Maine, que forzó la inhabilitación de Trump en virtud de la decimocuarta enmienda de la Constitución. Esta última dice que nadie puede «desempeñar cualquier cargo, civil o militar», en EE.UU. si «ha participado en insurrección o rebelión contra la misma, o dado ayuda o consuelo a sus enemigos».

El Supremo debía decidir sobre quién determina esa inhabilitación, introducida como enmienda en 1868, tras la Guerra Civil, como un método para evitar que los separatistas insurrectos de la Confederación esclavista del sur ganaran elecciones y volvieran a llevar al país por la misma senda de la ruptura y la división. La corte falla ahora que si alguien inhabilita, debe ser el Capitolio. No entra a valorar si Trump fue un insurrecto o no.

Gran victoria para Trump

De la sentencia, la parte de mayor relevancia es la siguiente, pues advierte del caos que crearía un solo estado decidiendo por el resto del país: «La situación se complicaría aún más, y podría incluso anular los votos de millones de personas y cambiar el resultado de la elección, si se intentara aplicar [esa inhabilitación] después de que la nación haya votado. Nada en la Constitución nos obliga a soportar tal caos, que podría presentarse en cualquier momento, hasta y quizás después de la jura».

Trump celebró el resultado con un mensaje en redes sociales en que afirmaba que el lunes fue «un gran día para la democracia». Venía de un menor traspiés, una derrota en las primarias de la capital federal, Washington, frente a su rival Nikki Haley. Es la única votación que pierde estas primarias, y no tiene mucho peso en número de delegados.

Este martes, por separado, Trump y Biden se disputan una mayoría de estados y delegados para los congresos de sus respectivos partidos. Biden lo tiene hecho, y el expresidente espera dejar la candidatura ya decidida este supermartes.

Trump confía en obtener todo lo que se juega en votaciones: 874 de los 2.429 delegados republicanos, o el 36%. Votan Alabama, Alaska, Arkansas, California, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah, Vermont y Virginia, además de Samoa, que es un territorio asociado sin voto en las presidenciales. Este sin embargo no es el único contratiempo de Trump. Le quedan pendientes 91 cargos en cuatro causas en las que está imputado por la vía penal por supuesta incitación a la insurrección, sustracción de documentos clasificados y otros causas. Además acumula demandas por lo civil, y acaba de ser multado en Nueva York con 350 millones por fraude fiscal al falsificar valor de sus activos para conseguir créditos con condiciones favorables.

La Corte Suprema está en un momento complicado, rodeada de polémica por determinadas decisiones recientes, como la de anular su propio jurisprudencia sobre la legalización del aborto o, más recientemente, anunciar que decidirá si Trump gozaba de inviolabilidad en supuestos delitos cometidos en ejercicio del cargo, lo que afectaría al grueso de las causas abiertas contra él, en especial la de incitación a la insurrección.

Fallo por unanimidad

Por esas controversias, los magistrados, en su fallo, repiten varias veces que este ha sido unánime. Es algo que refuerza la jueza conservadora Amy Coney Barrett en un voto particular: «El tribunal ha decidido sobre un tema político sensible durante una época de elecciones presidenciales muy tensa.

En esta situación, lo que decidamos en el tribunal debería calmar al país, no alterarlo más. Lo que realmente importa ahora es que todos los nueve jueces estamos de acuerdo en cómo se resolvió este caso. Eso es lo que la ciudadanía en EE.UU. debería recordar».

Barrett es, sin embargo, una de las figuras más divisiva de la corte, simplemente por el hecho de que la eligió Trump para el cargo, como a otros dos compañeros, tres de nueve. Barrett sucedió al icono de la izquierda militante en la judicatura Ruth Bader Ginsburgh, que se negó a dejar la bancada cuando Barack Obama aún era presidente y acabó muriendo bajo el mandato de Donald Trump. Los demócratas advirtieron de que Barrett permitiría anular el permiso a abortar hasta que el feto fuera viable, como finalmente sucedió.

Ahora en Estados Unidos no hay ley federal sobre el aborto. Es ese, según las encuestas, uno de los asuntos más importantes en este año electoral, lo que le da a Biden cierta ventaja entre las votantes mujeres. Trump, consciente de que una prohibición casi total del aborto como se ha dado en estados como Texas es un peligro para su campaña, apoya ahora la interrupción del embarazo hasta las 15 semanas, algo similar a lo que rige en España, por ejemplo.

A pesar de esos esfuerzos de aparecer unidos, los jueces no han podido mostrar cierta división. Las tres juezas que se identifican como progresistas —Elena Kagan, Sonia Sotomayor y Ketanji Brown Jackson— dicen en otro voto particular que su propio fallo va demasiado lejos al afirmar que sólo el Capitolio puede inhabilitar a alguien por insurrecto. Las tres afirman que debería haber otras opciones de aplicación de esa enmienda por la vía judicial o incluso ejecutiva.

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