Una de las primeras personalidades en felicitar ayer a Ebrahim Raisi, antes incluso de hacerse oficial su victoria, fue el presidente saliente de Irán Hasán Rohani, que en 2017 se impuso al clérigo-juez y no obtuvo de este ningún parabién, Es un pequeño gesto que describe la gran realidad del cambio de escenario en Irán. En el opaco juego de espejos del sistema político persa ha llegado el momento del ‘poli malo’, y el bueno hace mutis por el foro guardando las formas porque es consciente del volumen de poder que ha acumulado Raisi. En el régimen integrista iraní, la última palabra y el poder máximo reside en el Líder Supremo, ayer Jomeini y hoy el ayatolá
Fuente: ABC