¿Y cómo queda el pacto federal en salud?

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¿Qué dijo el secretario Jorge Alcocer sobre la federalización de la salud? Con vistas a fortalecer la rectoría sectorial de la Secretaría de Salud (Ssa), durante la firma del convenio de adhesión de la CDMX al OPD-IMSS-Bienestar (15 de junio pasado) para implementar el proceso de federalización, precisó que “todo” llega cuando tiene que llegar, ni antes, ni después.

Hoy fui “invitado” a la firma de un convenio en el que los derechos humanos se “respetan” y se “continúan” las obras de mantenimiento hospitalario, equipamiento, incorporación de personal y el proceso de basificación para cumplir con el derecho a la salud.

El IMSS-Bienestar es “hoy” un organismo público descentralizado que, al 15 de junio del año en curso, operaría en 25 estados, pasando de 80 a 347 hospitales y de 3 mil 983 unidades de primer nivel a 8 mil 307. El 29 de mayo pasado se publicó el decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley General de Salud para regular el Sistema de Salud para el Bienestar (Segob. Diario Oficial de la Federación). Sus “principales” elementos son: incorporar el “concepto” de Sistema de Salud para el Bienestar previsto en la reforma al artículo cuarto constitucional y “definir” el papel de dos instituciones en el Sistema de Salud: la Secretaría de Salud como órgano “rector” y el IMSS-Bienestar como órgano “ejecutor”. También, para evitar “duplicidades”, el Insabi desaparece y sus funciones se “integran”: “una” parte al IMSS-Bienestar para que sea un solo organismo descentralizado el operador de la Federación para la prestación de los servicios de salud en concurrencia con las entidades federativas, y la “otra parte” a la Secretaría de Salud.

En cuanto al Sistema de Salud para el Bienestar quisiera “precisarles” también dos o tres puntos. Se “incorpora” la figura del IMSS-Bienestar. Se “establece” la prestación gratuita de los servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados para personas sin seguridad social en todos los niveles de atención, siendo el IMSS-Bienestar la “única” instancia federal responsable de llevarlo a cabo de manera concurrente con las entidades federativas. También se dispone que el Fonsabi, que es el fideicomiso que manejaba los recursos que el Insabi enviaba a los estados, “será operado” por el IMSS-Bienestar. Además, se “prohíben” las cuotas para las personas sin seguridad social –reminiscencia del Seguro Popular– y se “establece” el Padrón de Personas Beneficiarias del Sistema de Salud para el Bienestar.

Sobre la relación con los estados, con las entidades federativas, quisiera señalar lo más “relevante”. Primero, se prioriza la “suscripción” de convenios de coordinación para la concurrencia en la prestación de servicios, sentándose así las bases para que IMSS-Bienestar pueda coordinar personal, infraestructura, equipamiento, abasto de medicamentos y demás insumos asociados, así como su distribución en las entidades federativas con una vigencia mínima de 30 años.

En segundo lugar, en el financiamiento se prevén las “fuentes” respectivas a través del Prespuesto de Egresos de la Federación y los recursos de Fassa, que transfieren las entidades al Fonsabi, que operará el IMSS-Bienestar. Finalmente, se “elimina” la obligación de las entidades federativas de construir organismos públicos descentralizados, promoviendo con ello la libertad configurativa de sus instituciones.

Quiero destacar que mediante el “equipamiento” médico para el año en curso, el Insabi determinó una inversión de mil 638 millones de pesos para dotar a 292 unidades con 74 mil 335 bienes, de los cuales 70 mil 838 fueron destinados al primer nivel de atención y 3 mil 497 para el segundo, destacando la adquisición de nueve tomógrafos de 64 cortes de tecnología avanzada. En el tema de infraestructura se han “levantado” 169 centros de salud en 16 demarcaciones territoriales de la Ciudad de México. También destaca el “mantenimiento” del hospital de especialidades Belisario Domínguez, así como la “culminación” del proyecto para el hospital La Pastora.

El personal de salud ha sido “notablemente” mejorado. Se “contrataron” en hospitales y centros de salud. Hoy, estos trabajadores “cuentan” con estabilidad laboral y seguridad social. Para ello, se “invirtieron” un mil 10 millones de pesos. Se contrataron 483 especialistas para “fortalecer” la atención médica en 34 unidades de salud de segundo y tercer nivel con un monto anual de 340 millones 200 mil pesos.

Desde noviembre 2022 se establecieron mesas de seguimiento semanal para mejorar el abasto de claves de medicamentos. La Ciudad de México tenía un nivel de abasto cercano a 62 por ciento y hoy cuenta con un incremento de 93 por ciento en recetas surtidas en las unidades de primero y segundo nivel de la Secretaria de Salud y de los Servicios de Salud Pública de la capital del país.

Entonces, ¿el proceso de centralización ejecuta una “concurrencia” enteramente vertical? El ofrecido “segundo piso” de la 4T deberá atenderlo.

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