Todo el mundo hurga en la superación personal para busca soluciones a los problemas cotidianos relacionados con la baja autoestima, felicidad, salud, relaciones… Y muchas veces a medida que buscamos resolver estos problemas, retrocedemos o no logramos ningún progreso. Es entonces cuando ocurren dos cosas: nos entra el bajón porque las cosas no salen como esperábamos o nos empoderamos, pensando que podemos con todo y que lo vamos a lograr.
Este último mensaje que nuestra mente nos manda es todo un chute de energía. Nuestro subconsciente no quiere que nos rindamos y quiere ir a por todas y eso está muy bien pero, ¿dónde está el límite? Esos mensajes de ‘puedes con todo’ que nos encontramos en tazas para el desayuno y camisetas con ese mensaje, ¿nos ayudan o nos acercan a una positividad tóxica?
Así se convierte en tóxica
Los expertos en psicología coinciden en que la superación personal puede llegar a ser tóxica. La psicóloga Alicia González sentencia que cualquier cosa en exceso puede convertirse en algo malo. «Si la superación personal sale desde una base de autoestima y autoconcepto, de identidad en el que yo ya no me siento bien conmigo mismo, entonces no quieres superarte, quieres dejar de ser tú. Y esa sutil pero potente diferencia, convierte la caminata de la superación personal en una subida con mucho desnivel y llena de obstáculos».
Raquel López, dietista y psicóloga en el centro de nutrición y psicología Laura Jorge, apoya sus palabras: «Si superarse a uno mismo lleva consigo los siguientes factores, se deben reformular las metas: no poder disfrutar de lo que se posee, tener baja tolerancia a la frustración de no conseguir lo que uno se propone, no aprender a relativizar cuando es necesario, ser poco flexible, responsabilizarse en exceso de aquello que no depende de nosotros, aumento de la ansiedad y frustración en el día a día, síntomas de insatisfacción general con la vida y exceso de exigencia, entre otros».
En otras palabras, definido por Andrés Quinteros, psicólogo y director de Psicólogos Madrid Cepsim, la superación personal nos pone en una hiperexigencia y si no podemos tiene una conclusión perversa que es «no puedes tú o es tu culpa». Además, estas personas con un alta exigencia en la superación personal, si no consiguen ciertas cosas, les acompaña ese sentimiento que contamos como si de una losa se tratase.
«La hiperexigencia en el trabajo, en la pareja, en los amigos… es bastante nociva porque nos hace querer ser los mejores. De hecho, querer ocupar el tiempo libre de la mejor manera también es tóxico», dice el psicólogo.
Del optimismo a la positividad tóxica
Cuando Andrés Quinteros es preguntado por el eslogan ‘puedes con todo’, su opinión es clara y concisa: «El eslogan es falso y esta bien saber decir que no podemos». Es sano incluso poder decir que no podemos con todo. Como todas las exigencias salvajes es totalmente falso porque hay muchas cosas que nos lo impiden, y muchos asuntos que no están en nuestra mano. El experto firma que, como ya sabemos, «muchas cosas no las conseguimos por factores externos a nosotros».
Raquel Rodríguez señala que la principal diferencia es que el positivismo tóxico es muy poco realista y objetivo, «donde se rechaza la idea de poder convivir y aceptar emociones desagradables que forman parte de la vida, como es la tristeza o la rabia, estas son necesarias y pueden resultar constructivas». Por lo tanto, el optimismo, es un tipo de pensamiento más equilibrado y flexible, donde se tolera y acepta estas emociones «negativas» como parte de la vida y tiene una visión más amable del ser humano.
Tal como señala Alicia González, trabajar diariamente, con autocompasión, para ser una mejor persona es una meta bonita cuando principalmente valoras aquello que ya eres. Pero la realidad en la que vivimos hoy es que, según un estudio de Bumble, casi la mitad de las personas solteras de España (44%), se sienten presionadas por ser mejores constantemente. La economía, el deporte y el trabajo están en el punto de mira de la comparación constante. «Si a día de hoy no eres un emprendedor exitoso, parece que se roce el fracaso según las redes sociales. Una vida ordinaria, un trabajo rutinario, no tienen absolutamente nada malo si te permiten vivir después », concluye.
