En términos generales, la relevancia que tiene el sector empresarial para cualquier país deriva del cúmulo de beneficios que, en el agregado, se generan para la economía. Estos beneficios potenciales se asocian con el crecimiento, la inversión, el empleo, el desarrollo y también con un factor fundamental que es la recaudación de ingresos.
Conforme a los registros del Servicio de Administración Tributaria (SAT), el número de empresas en México ha pasado de 1.5 millones en 2012 a 2.4 millones en 2022, lo que representa un incremento de 57 por ciento. Asimismo, durante este mismo periodo, la contribución de las personas morales al monto total recaudado por el Impuesto Sobre la Renta (ISR), pasó de 38% a 52% (un aumento de 14 puntos porcentuales).
En cierta medida, dicho incremento en la recaudación del ISR de personas morales (ISRPM) se debe al cúmulo de medidas que se introdujeron en la Reforma Fiscal para 2014 del presidente Enrique Peña Nieto, tales como: la eliminación del régimen de consolidación fiscal y de la deducción inmediata de activos fijos; la introducción de un impuesto a los dividendos del 10 por ciento; topes a los montos deducibles para las inversiones en automóviles (se redujo a 130,000 pesos) y por arrendamiento a 200 pesos diarios; límites a la deducción de consumos en restaurantes (8.5% del monto erogado), eliminación del Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), entre otros. En el acumulado, todas las medidas incluidas en el paquete de reforma contribuyeron a fortalecer de forma significativa la recaudación tributaria. Fue así que los ingresos petroleros pasaron de representar el 37% del total de la recaudación del gobierno federal en 2014, a tan sólo 14% en 2021.
Evidentemente, no sería correcto asumir que todas las empresas contribuyen a la economía de la misma forma, de ahí la importancia de hacer un análisis más minucioso y segmentado. De acuerdo con la información más reciente del INEGI, alrededor del 95% de los establecimientos son empresas micro (0 a 10 personas), 5% son PYMES (11 a 250 personas) y 0.2% son empresas grandes (más de 250 personas). Es de llamar la atención que a pesar del porcentaje tan pequeño que representan las grandes empresas del total, éstas emplean al 32% de la fuerza laboral.
De igual forma, tras analizar la recaudación del ISRPM por rango de ingreso, tenemos que el 24% de la recaudación es aportado por contribuyentes con ingresos de entre 100 y 500 millones de pesos (mdp), mientras que 41% de la recaudación es aportada por contribuyentes con ingresos mayores a 500 mdp. Estos datos dejan ver que, al cierre del 2022, las empresas con los mayores ingresos del país son las que más contribuyen a la recaudación, sumando en conjunto un 65% de la recaudación de personas morales.
La información del SAT también nos deja ver que las empresas, incluyendo a los grandes contribuyentes, representaron apenas el 4% de su padrón durante el 2022, no obstante, sus aportaciones a las finanzas públicas alcanzan más de 70% del total de la recaudación tributaria. Tan sólo los grandes contribuyentes, que representan el 0.02% del padrón, contribuyen con casi la mitad de los ingresos tributarios totales (46 por ciento).
Las cifras antes mencionadas nos dejan ver no sólo la importancia de las empresas en el ámbito fiscal, sino también la capacidad y potencial que tienen para el desarrollo y crecimiento de la economía del país. En ese sentido, algunas de las preguntas que cabe hacerle al gobierno actual son: ¿qué se debería estar haciendo en el sector público para apuntalar al empresariado en México?, ¿qué resultados ha arrojado el Plan de Reactivación Económica de México 2022?, ¿de qué forma la regulación coadyuva o impide una expedita y correcta operación de las empresas?, ¿cómo mejorar las condiciones de seguridad, estabilidad y certeza jurídica para el desarrollo del empresariado?, ¿qué herramientas se están implementando para incentivar la inversión de las grandes empresas en el país?, entre muchas otras.
Finalmente, dada la contribución tan importante en la recaudación de impuestos que tienen las empresas (en particular las grandes), se requiere una adecuada valoración para ver cómo el diseño e implementación de una próxima reforma fiscal logrará garantizar la obtención de mayores ingresos y a la vez promover un mayor crecimiento y productividad del sector empresarial en el país.
eleconomista
