La futura ley de Familias, que el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 llevará el próximo martes al Consejo de Ministros, traerá numerosas novedades. Entre ellas, contempla un permiso de 5 de días al año para cuidado de hijos, padres y convivientes o la ampliación de la renta crianza de 100 euros al mes por cada menor de 3 años a cargo. Pero lo más llamativo de la nueva normativa es la inclusión de hasta 16 tipos diferentes de familia como la individual (personas que vivan solas o en núcleos de convivencia no familiares), retornada (cuando alguno ostenta la ciudadanía española durante el primer año tras su retorno a España), inmigrante (grupo familiar en el que todos lo gran parte proceden de otro estado) o la joven (familia formada por uno o dos menores de 29 años y sus hijos).
ABC se ha puesto en contacto con diferentes expertos en política y jurisdicción familiar para conocer su opinión acerca de la futura legislación en cuanto a los diferentes tipos de familia:
AEAFA
«Hay que esperar a ver la ley»
Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA). «Hay que esperar a tener el contenido completo del anteproyecto de ley para emitir una opinión. Es imprescindible conocer el texto jurídico para hacer un análisis».CANDI VIVES Abogada y mediadora familiar especializada en derecho de familia
«Puede haber un exceso de regulación»
«A priori y hasta que esté la ley, creo que puede haber un exceso de regulación en cuanto a los conceptos que pueden quedarse vacíos, es decir, que no encuentren la regulación para la que se han creado. Ya está sucediendo con el concepto de familia monomarental y monoparental: no están obteniendo la regulación necesaria y sí están conceptualizadas en la ley, pero no disponen de la regularización que necesitan», explica.
«Si el legislador ve necesario conceptualizar por separado los diversos tipos de familia -continua-, se tiene que asegurar muy bien que dentro de cada concepto de familia que está creando, ésta esté completamente regulada y amparada por la ley y tenga las ayudas que necesita así como los permisos, retribuciones, prestaciones…. Es decir, que tenga todo lo necesario para poder funcionar bajo ese concepto que le está dando la ley».
La especialista se plantea también si es necesario incluir tantos tipos de familia. «Hay algunos que los veo un poco absurdos, como familia de inmigrantes. Lo veo con tintes un poco hasta discriminatorios. Entiendo que lo que quiere la ley es todo lo contrario, es decir, que por ser familia de inmigrantes no tengan de entrada una discriminación que en teoría se presupone que van a tener porque sino no habría necesidad de regularlo. Igual sucede con el concepto de familias jóvenes. Ya existen muchas leyes en las que hay apoyo a personas jóvenes cuando por ejemplo adquieren su primera vivienda familiar. Pero el tener que hacer una familia exclusivamente ‘joven’… Al final, una familia va a tener que pasar por diferentes estatus porque una familia joven, cuando deje de ser joven, según la ley, ¿va a pasar a ser una familia biparental? ¿O una monomarental? ¿Va a tener que cambiar su categoría? Aún la ley no ha tenido efectos y no sabemos cómo va a configurarse en la práctica. Ya veremos si va a beneficiar a todos los tipos de familias o va a provocar alguna discriminación».
Vives también se hace otra pregunta: «¿No se habría podido incluir a todos los tipos de familias diferentes que existen en España antes de que nos lo dijera una ley? ¿No se pueden incluir todos en un concepto de familia? A mí me habría gustado más, personalmente, que todos tuvieran reconocida la familia, independientemente de cómo esté configurada y, desde esa base, que cada uno tenga las ayudas correspondientes a su situación».
«No sé si su objetivo es luchar contra la pobreza o contra la familia. No veo que tenga objetivos concretos»
«A mí me parece algo prescindible. Una ley no tiene que definir porque la diversidad es tanta que nunca llegaríamos a abarcar los tipos de convivencia y relaciones que se generan. Lo importante es definir las prioridades que quieres conseguir con la ley que, sin embargo, creo que tiene otros aspectos positivos, como los cinco días extras al año para el cuidado. Pero se queda corta en cuanto a prestaciones de familia: no establece una prestación universal por hijo a cargo, como existe en Europa y se lleva pidiendo porque es el instrumento más eficaz para luchar pobreza infantil. Y que las beneficiarias de los 100 euros sean las mujeres con hijos menores de 3 años… ¿por qué los padres no?», reflexiona Sánchez Flores.
«Por otro lado, no se establecen bien los objetivos de la ley. Uno de ellos debería ser ayudar a la natalidad debido a la grave crisis demográfica de España y que se establezcan medidas con objetivos claros para que la gente joven tenga hijos, como se está haciendo en Europa, donde se facilita el acceso a la vivienda, hay prestaciones económicas… Hacer una ley que se dedique a definir formas de convivencia y que no establezca medidas para que se tenga hijos y sacarlos adelante… Parecía una ley positiva pero parece poco práctica».
En opinión del experto, «la ley mezcla dos cosas que es un defecto propio de España del que hay que salir: se confunde la política social y con la familiar. La primera es la que establece medidas contra la pobreza y la exclusión social, como las familias vulnerables. Y esta ley establece medidas de política social, no familiar. Las políticas familiares deben contemplar medidas pensadas para todas las familias, que faciliten el acceso a la vivienda, contemple ayudas económicas por nacimiento de hijos… Es decir, medidas que velen por el bienestar de las familias». Por eso, Sánchez Flores cree que esta ley es confusa: «no sé si su objetivo es luchar contra la pobreza o contra la familia. No veo que tenga objetivos concretos».
Fuente: ABC
