La primera respuesta es porque efectivamente existe una propuesta para el futuro del país. Se trata de un planteamiento en el que se propone consolidar lo alcanzado durante este gobierno, particularmente la búsqueda de una sociedad más equitativa, con un segundo momento en el que se aprovechen las condiciones que existen para generar crecimiento inclusivo, consolidar un país de clase media, en el que todas tengamos la oportunidad de ser parte del desarrollo. Buscar una sociedad que sea incluyente, prospera, con equidad de género, de derechos, que garantice seguridad y justicia, sustentable, abierta al mundo, multicultural, con servicios públicos de calidad, soberana en materia alimentaria. Un país en el que la sociedad y el Estado sean capaces tanto de generar riqueza y prosperidad, pero también de distribuirla, de garantizar seguridad y estabilidad, en los distintos sentidos.
Es un proyecto que tiene claridad en los objetivos, pero además certeza de que los objetivos de política pueden concretarse. En su trabajo como canciller, Marcelo coordinó los esfuerzos de organización para la vacunación del país en la pandemia y la coordinación pública y privada de atención, la estrategia para exigir a Estados Unidos parar el tráfico de armas, la renegociación del tratado comercial de América del Norte, el plan para la promover la inversión en relocación, la de electromovilidad, la de emprendedores digitales, la de rescate del patrimonio cultural, y una larga lista de etcéteras. Lo que se promovió y construyó en la cancillería plantea ya un proyecto de gobierno, más que pertinente para el futuro del país. Lo mismo sucede con su gestión en el gobierno de la ciudad. Desde la capital, Marcelo fue el primero, en el continente, en concretar el matrimonio igualitario, promotor temprano de los gabinetes igualitarios, de los presupuestos con enfoque de género, de la interrupción legal del embarazo, de las becas a estudiantes de preparatoria y del seguro de desempleo.
El gobierno de Marcelo en la capital conservó e incrementó los programas sociales de AMLO, en realidad los primeros de carácter universal del país, que en los hechos parten de la idea de que no es solo la reducción de la pobreza, sino de la desigualdad, la meta que debe de proponerse el estado en materia social. Los programas sociales no son ni un desperdicio, ni un desincentivo a trabajar o a emprender, por el contrario, se convierten en una red de protección que permite a las personas tener a su alcance mayores oportunidades educativas, laborales, personales, alimentarias y de salud. El reto ahora es justo mejorar la calidad y la cobertura de esos servicios, con más inversión y las nuevas oportunidades que nos ofrece la tecnología. Marcelo, en la ciudad, amplió el espectro de las políticas sociales para incluir aspectos como el de la movilidad, con espacios públicos democráticos, como el corredor Madero, con un sistema de bicicletas compartidas que sirvió de ejemplo a otras urbes, o el de construir una nueva red completa de Metrobús, para aprovechar la infraestructura vial de la ciudad en favor de cientos de miles de personas que no tienen que utilizar un auto. En seguridad, además, se trabajó en un proceso de organización policial que ofreció resultados concretos, después de épocas muy difíciles en temas como secuestro. En buena medida por eso, por su trayectoria y sus ideas, Marcelo tiene una red de respaldo a lo largo del país, que no depende de posiciones partidarias o en el gobierno.
Es por eso que el proyecto de Marcelo importa, y por eso también importa que se garanticen los espacios para que las ideas y las trayectorias de quienes aspiran a proponer un proyecto de nación se pongan a consideración de la gente, para que sean valorados. Como en toda elección, lo fundamental debe ser que los ciudadanos cuenten con los elementos y los instrumentos para poder seleccionar a la mejor persona y que las ideas de política pública se pongan a discusión, es justo el momento para que todos podamos opinar con respecto a lo público, para poder tener incidencia. El de Marcelo es un proyecto que importa porque la creación de plataformas para llevar a la arena pública ideas de igualdad y progreso es parte central de una democracia sana, de una que va a ofrecer buenos resultados en beneficio de la gente.
Fuente: eleconomista
