Después de una doble sesión de entrenamientos, en la que se cruzó con Novak Djokovic en la pista 7, Rafael Nadal se presentó en el Mutua Madrid Open con actitud optimista a pesar de las circunstancias. Admite de primeras que llega «justillo» a este torneo. Y explica cómo fueron estas semanas de parón por la lesión en la costilla.
«Es muy limitante. Las primeras semanas fueron muy invalidantes, con dificultad hasta para dormir por el dolor. Es una lesión que no es importante porque sabes que con tiempo se pasa, y eso ayuda mentalmente, pero que no te permite hacer nada. Hacía algún ejercicio aeróbico y me dolía al respirar. Sin opción de hacer muchas cosas«, comentó. El proceso ha sido largo, con seis semanas de baja en las que solo en las dos últimas pudo coger la raqueta.
Y tampoco del todo, porque apenas disputaba media hora de entrenamiento.
No se atreve a comparar Nadal este parón con el que sufrió a finales de 2021, del que se recuperó del todo hasta completar una hazaña propia de elegidos, con la conquista del Abierto de Australia, su Grand Slam número 21. «Fueron cinco meses sin jugar, pero a nivel de trabajo físico y de pista, fue poco, pero sí estuve entrenándome, toqué algo de bola. Esta vez no me dejó hacer nada. Por eso me entreno en doble sesión. Me estoy intentando tomar esto como una pretemporada. Porque es un torneo que me viene justo«. De hecho, empezó a realizar ejercicios de saque solo un día antes de aterrizar en Madrid.
Acepta la falta de preparación y por su forma de ser indica cómo será su actitud. «Tengo todavía unos días más de entrenamientos, tengo que asumir que habrá altibajos, y con la humildad suficiente para saber que habrá cosas que no saldrán bien. Si puede venir una victoria, fantástico«.
También mentalmente ha sido otra cicatriz, y ya van muchas. «Uno se cansa de estar con problemas. Estuve muy feliz con el inicio del año, pero la parte negativa es que, después de cinco meses sin jugar, ser capaz de ganar todos los partidos, con tres títulos consecutivos, que me rompa la costilla tiene narices«, bromeó. »Además, es un parón importante, y muy malo por el momento de la temporada. Siempre es mejor hacer el parón a final de temporada. Han sido semanas mentalmente complicadas, pero no queda otra que mirar hacia delante«.
Por todo esto, y en contra de su tradición, el Mutua Madrid Open no se lo puede tomar como un objetivo con título. «Nunca lo he dicho así, porque los torneos son importantes. Pero tengo París en tres semanas y, desgraciadamente, me lo tengo que tomar así este año».
Fue tajante cuando se le preguntó por la decisión de Wimbledon, de prohibir a los jugadores rusos y bielorrusos participar en el torneo por la guerra en Ucrania. «Muy injusto para mis compañeros. Poco pueden hacer ellos, qué culpa tienen de lo que está sucediendo. Lo siento muchísimo por ellos. Vamos a ver si los jugadores tomamos alguna decisión al respecto. Las normas del gobierno hay que seguirlas. Hubo una recomendación y el torneo ha decidido lo más drástico, sin que hubiera obligatoriedad. Aunque, hay que entender que, hay tanta desgracia, está muriendo gente, así que lo que pase con nuestro deporte casi no tiene importancia«.
También fue directo al analizar los últimos comportamientos que se suceden en las pistas de tenis. «Ya sabéis cómo soy. Hay ciertos límites que no se pueden cruzar. Los tiempos y las generaciones cambian, pero poner en peligro a recogepelotas o jueces es cruzar demasiado la línea. Hubo sanciones poco severas a principio de año, pero hace semanas se envió una carta privada a los jugadores indicando que se castigarán de forma más drástica. Entiendo que haya frustración en un partido, que puedas soltar un grito o romper una raqueta, pero hay líneas que no se pueden cruzar. Supongo que los jugadores se pensarán más en algunas acciones que, al final, son ejemplos que no ayudan«.
Fuente: ABC
