Qué es «mindful eating» y por qué calma la ansiedad por comer

Estos son los beneficios de la alimentación consciente para tu salud

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Como hablábamos en el artículo anterior sobre la alimentación emocional, las cosas del comer tienen mucho con el sentir, con el pensar y con la conciencia.

No es fácil controlar ese impulso que sentimos a veces de querer devorar unas galletas, unas papas o un trozo de chocolate. Y es que nadie nos enseña a controlar esos pensamientos que muchas veces son saboteadores de nuestros planes (dieta, ejercicio físico y un sin fin de propósitos) y que no sabemos cómo controlar. De ahí que parte de muchos problemas a la hora de instaurar un hábito saludable fracase. Ya que nuestra cabecita insiste en no dejarnos conseguir nuestro propósito.

Tanto la psiconutrición como la práctica del mindfulness nos pueden ayudar, ya que debemos entender los cambios como un ejercicio multidisciplinar en los que tanto cuerpo como mente deben ir al unísono.

La práctica del mindfulness nos ayuda y nos muestra cómo tratar esos pensamientos con amabilidad y enfocarnos en nuestros objetivos sin dejar que esos pensamientos saboteadores nos invadan e impidan conseguir la meta que tanto ansiamos.

El «mindful eating» es una vertiente del mindfulness enfocada en la alimentación y podríamos definir esta vertiente en dos palabras: alimentación consciente.

¿Para qué sirve el «mindful eating»?

Es una experiencia que conecta el cuerpo con la mente, para poder seleccionar y posteriormente comer los alimentos. De esta forma prestamos conciencia plena a la hora de comer.

El ritmo de vida que llevamos implica cambios en los hábitos alimentarios de nuestra sociedad. Sufrimos de mucho estrés y las prisas provocan que esté perdiendo importancia el tiempo dedicado a la preparación de las comidas y además nos lleva a comer muy deprisa y de manera inconsciente. ¿Quién no se ha comido un «tupper» delante del ordenador y al rato ni se acuerda de lo que ha comido?

En ocasiones también recurrimos a la comida para calmar emociones, como la ansiedad y tristeza, entre otras, aunque lo cierto es que al final generan un sentimiento de culpa que no nos deja salir de este círculo vicioso.

El «mindful eating» nos ayuda a comprender y escuchar a nuestro cuerpo y reconocer cuando sentimos ese hambre emocional o física.

Existen multitud de centros y escuelas donde puedes aprender esta técnica, pero para que tengas una guía (ahora que viene la Navidad y los excesos que la acompañan, es algo oportuno), toma nota de estas acciones que puedes realizar para comer más conscientemente: 

  • Decide de forma consciente el momento en el que vas a sentarte a comer. Permítete dedicar un tiempo a la curiosidad y la atención plena, sin juzgarte en ningún momento, siempre en un ambiente agradable. 
  • Adopta una postura cómoda y escucha tu cuerpo haciéndote preguntas como: «¿De verdad tengo hambre?», «¿Cuánta hambre tengo?», «¿Es un hambre física o emocional?».
  • Analiza el alimento con los cinco sentidos: tacto, gusto, olfato, oído y vista. Come despacio, poniendo el foco cada uno de tus sentidos en cada bocado. 
  • Concéntrate en las sensaciones que te transmite cada sabor y cada aroma del alimento. ¿Es dulce, amargo, salado, picante… ?  
  • Observa cómo va cambiando tu nivel de hambre, evalúa tu nivel de saciedad. ¿Quieres seguir comiendo? Date permiso para parar aunque haya comida en el plato. Puedes seguir comiendo en otro momento.
  • Para finalizar, saborea el último bocado como si fuera el primero y felicítate por ser un poquito más consciente.

Te deseo un feliz y saludable fin de semana.

Fuente: ABC

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