Médicos, enfermeras y demás personal de salud, sobre todo los que están en contacto directo con los enfermos de Covid-19, tienen que usar cubrebocas de manera obligatoria durante toda su jornada laboral.
Por disposición gubernamental, los ciudadanos también deben llevarlos cuando circulen en la vía pública para evitar contagiarse de coronavirus.
Sin embargo, según opiniones médicas, el uso prolongado del cubre-bocas produce hipoxia, es decir, falta de oxígeno en el organismo.
Al respirar una y otra vez el aire que exhalamos, que es en dióxido de carbono, provoca que el individuo se sienta mareado y se intoxique, sobre todo cuando se desplaza. Otros síntomas son dolor de cabeza, fatiga, palpitaciones, presión arterial alta, náuseas, vómitos, pérdida de reflejos y de pensamiento consciente.
Además la falta de oxígeno produce descomposición de la glucosa y la subida peligrosa de ácido láctico, el cual influye de manera negativa en el metabolismo del calcio en los músculos del organismo, lo que afecta, a su vez, la capacidad de contracción de determinadas fibras musculares.
Algunas personas usan cubrebocas cuando manejan, lo cual puede ser muy peligroso porque con el aire viciado pueden perder el conocimiento y ocasionar un accidente.
Lo recomendable es levantarlo cada diez minutos. Es contraproducente para las personas que atienden ocho horas al público pues se intoxican sin saberlo.
Un trabajador de salud que está en el área de Covid-19 dijo que en el ISSSTE sólo seis horas permanecen en el área pues llevar cubre-bocas produce desesperación debido a que están sellados y, efectivamente, hay una acumulación de dióxido de carbono, lo que propicia que la persona se sienta mal y en algunos casos incluso presenten reacciones cutáneas.
Finalmente otros expertos señalan que todavía no está comprobado que el uso de cubre-bocas cause hipoxia pero sí ocasiona algunas molestias, como la incomodidad de las marcas que dejan en la cara.
Fuente: POR ESTO!
