Las pugnas entre las familias Borge y Joaquín han dejado 12 años de inestabilidad en Quintana Roo

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Carlos Joaquín González había buscado, desde que salió como alcalde de Solidaridad, en 2008, ser gobernador de Quintana Roo. Previo al proceso electoral 2010, cuando era diputado federal, buscó infructuosamente serlo; pero el gobernador de ese entonces, Félix González Canto, inclinó la balanza por su pupilo político Roberto Borge Angulo.

Como gobernador de Quintana Roo, Borge Angulo contó con mucha suerte: el estado tuvo récord de turistas y no sufrió los estragos del sargazo ni huracanes. Sin embargo, los agravios a la prensa, la venta indiscriminada de terrenos a precios irrisorios y a familiares, la manipulación de la justicia, convirtieron el caos al gobierno que dejó una deuda de casi 20 mil millones de pesos.

Las pugnas entre las familias Borge y Joaquín han dejado un saldo de 12 años de inestabilidad en Quintana Roo

Su encarcelamiento tuvo que ver con las causas federales y otras de fuero local que inició el gobierno de Carlos Joaquín González, entre ellas, las de la empresa de aviación VIP Saesa.

Entre ellos ha existido una dura pugna de familias cozumeleñas: los Joaquín y los Borge. Desde el círculo de Carlos Joaquín, han atribuido a Borge Angulo y sus operadores algunas operaciones políticas y lo han acusado de generar inestabilidad, concretamente, en situaciones de violencia, como el ataque a la Fiscalía de Quintana Roo.

A poco más de un año del proceso electoral para la sucesión gubernamental, Borge Angulo ha generado cada vez más notas a su favor. Ha ganado recientemente un amparo para el régimen de visitas, ha contraído matrimonio y sus abogados aseguran que pronto habrá más novedades.

Uno de los argumentos de la defensa del ex gobernador ha sido, justamente, que se trata él de un preso político

La deuda pública había sido una loza para Borge Angulo; bandera que aprovechó Carlos Joaquín para su campaña, una causa que se ha caído con dos grandes endeudamientos que heredará: el de los puentes de cuota en la Laguna Nichupté (casi 4 mil 700 MDP), y el de 820 millones de pesos, a los que se suman otros a corto plazo que no están liquidados.

Habrá que ver si, en la antesala del primer proceso electoral, de 2021, y en el 2022, las disputas de los Borge y los Joaquín no vuelven a enturbiar el mapa de Quintana Roo. En ese sentido, abonaría que el nuevo gobernador/a, no llegue para amarrar navajas, como ha sido la dinámica de los últimos 12 años en el Estado.

Fuente: elpuntosobrelai

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