El ‘bastón de mando’ que el presidente López Obrador le entregó a Claudia Sheinbaum tras su triunfo no fue más que un símbolo decorativo. Ella trae el bastón, sí, pero no ejerce mando alguno. En Morena se hace lo que el presidente quiere, cuando el presidente quiere y como el presidente quiere. Y Sheinbaum y el resto, acatan. Las encuestas de Morena, para elegir a los nueve aspirantes a las gubernaturas y la jefatura de gobierno, que se renovarán el próximo año, son descripción de la imposición y dedazo que se disfraza de “democracia”. En la 4T hay un gran elector. Lo demás, es simulación.
En el caso CDMX hay dos derrotadas, que tratan de construir un discurso de éxito: Sheinbaum, que resultó debilitada y Clara Brugada, que perdiendo “ganó”.
Sobre Brugada, ella y los suyos han presumido su “triunfo”, que en realidad no lo es. Parecen no percatarse que enorgullecerse de los números con los que “ganaron” es tanto como exhibirse en su derrota. Si después del despliegue que incluyó anuncios espectaculares, bardas, desplegados, decenas de mítines y un largo etcétera, no logró crecer en las encuestas y perdió por 14% frente a Omar García Harfuch, ¿qué les hace pensar que ella es la más competitiva y puede ganar el próximo año?
Brugada comienza derrotada incluso dentro de la 4T. No es la candidata que la mayoría en Morena quería. Tampoco una que genere entusiasmo en las clases medias apartidistas, mucho menos en aquellas franjas de la sociedad críticas al actual régimen. Va a una lucha cuesta arriba.
A Sheinbaum, los ‘duros’ de Morena le ganaron la partida; la exhibieron frágil. En el juego de vencidas, se impusieron. El triunfo de Brugada es tanto como si Marcelo Ebrard hubiera sido el elegido tras caer por 15% en las encuestas ante la exjefa de gobierno. Cierto, Morena, por el criterio de género, necesitaba distribuir las nueve candidaturas entre cinco mujeres y cuatro hombres, pero Harfuch sí fue uno de los cuatro hombres que mayor distancia obtuvo con respecto al segundo lugar; de hecho, fue el tercero, solo detrás de Joaquín ‘Huacho’ Díaz en Yucatán y Javier May en Tabasco, pero aun así lo ‘bajaron’.
La 4T va, pues, con dos aspirantes que perdieron su primera batalla. Sheinbaum perdió la sucesión en la Ciudad que gobernó; no pudo colocar al candidato que le garantizaba continuidad, era de su equipo, y concentraba mayor posibilidad de éxito electoral. Y Brugada comienza en un lejano segundo lugar dentro de la 4T.
Por lo demás, queda claro que las encuestas que tanto ha presumido Mario Delgado como método “democrático” a través del cual “el pueblo decide”, no son más que una herramienta de manipulación.
Las encuestas no definen nada, cuando en Palacio ordenan otra cosa.
-Off the record
En el Frente por la CDMX, como lo adelantamos, habrá tres finalistas: Santiago Taboada, por quien ya declinaron todos los aspirantes panistas, Adrián Ruvalcaba que será la carta fuerte del PRI, y Luis E. Cházaro, por quien declinará Nora Arias el miércoles, día de los registros. Por cierto, el todavía diputado perredista Víctor Hugo Lobo, expareja de Arias, y quien también quería anotarse, ya tiene las maletas hechas para irse a Morena… ¿La FGJ en CDMX solicitará orden de aprehensión contra Taboada para que sea detenido? ¿Confirmarán que el aparato está en su contra? Lejos de golpearlo, lo fortalecerán.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN