El afán de poder y la tentación despótica yacen en nosotros: Eduardo Sacheri

El premiado autor argentino presenta su nueva novela, “Nosotros dos en la tormenta”; señala en entrevista que vivimos un momento donde la revisión del pasado se hace “con bisturí ideológico” que lo convierte en un escenario de parcialidades y conspiraciones para conveniencia política. Lamenta que incluso la lucha por la diversidad corre el riesgo de convertirse en un discurso absolutista.

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La literatura sobre las dictaduras y las guerrillas en América Latina no es precisamente escasa. Hay ficciones que echan luz sobre hechos que aún décadas después son necesarias de denunciar. Hay novelas históricas que colaboran a atar cabos en una región en la que la verdad absoluta suele sustituirse por una verdad sesgada y, por aquella que abunda después de este proceso, la posverdad.

Pero, ¿por qué es necesario volver a las historias de nuestra región durante el convulso siglo XX? ¿Y qué hay de ese pasado enrojecido que es necesario revisar desde la literatura?

El escritor argentino Eduardo Sacheri, Premio Alfaguara de Novela 2016, viajó a nuestro país para presentar su nueva ficción: “Nosotros dos en la tormenta”, una novela situada en 1975, en plena inestabilidad por el combate entre los distintos movimientos guerrilleros y las fuerzas del Estado bajo la dictadura de María Estela Martínez de Perón.

Pero su nueva novela, comparte Sacheri en conversación horas antes de presentar su libro en México, evita poner en el centro de la historia o siquiera delinear los perfiles por demás conocidos, entiéndase las cabezas políticas, como presidentes, ministros, jefes de policía o líderes de otras organizaciones armadas.

El escritor argumenta que no se trata de una novela que busca convencer ni adoctrinar a nadie sobre cualquier postura política. “Mi plan es invitarte a pensar, a sentir, a través de la libertad de la ficción. Y por eso mis personajes son minúsculos y ficticios, son militantes rasos, básicos, precisamente para que podamos ser lo más libres que se pueda, yo escribiendo y tú leyendo. En la novela me interesaba volver a la respuesta coyuntural que cimbró muchas vidas, porque al menos dos generaciones estuvieron muy marcadas por las guerrillas. Y por eso la novela intenta una cierta circularidad con los puntos de vista”.

Los protagonistas son Antonio y Ernesto, dos jóvenes que integran grupos armados opuestos, al mismo tiempo que dos amigos que, pese a sus determinaciones políticas, encuentran en la amistad la que quizás es la señal más fuerte de esperanza, la luz que nos dice que no todo está perdido mientras persista el entendimiento. Pero, como en la historia bélica misma, las obligaciones de los bandos en un Estado fallido se imponen y terminan estremeciendo la vida de ellos y de quienes los rodean.

La tentación está en cualquier sitio

Para Sacheri la historia no es cíclica, pese a la aparente tendencia a repetir los conflictos internos y los gobiernos autoritarios en nuestra región.

“El pasado no se repite, lo cual no significa que vayamos a un lugar mejor”, lamenta. “El ser humano carga con ciertos vicios inherentes a su condición: el afán de poder y la tentación despótica yacen en nosotros como seres humanos, no sólo en América Latina. Algunos son capaces de domesticarla, pero la tentación de las hegemonías brutales está en cualquier sitio”.

A propósito del momento que vivimos, un mundo aún mellado por la pandemia, de inestabilidad económica y una guerra cuya escala de preocupación no debe desdeñarse, pero donde la celebración parece imponerse por el aparentemente superado impasse sanitario, Sacheri retoma la última línea de “La peste”, de Camus, cuando dice que “las ratas están ahí”. “Y sí, nos felicitamos en el momento en que parecemos haber dejado atrás una peste, pero las ratas van con nosotros. Nosotros somos las ratas”.

Otro problema muy actual que tienen nuestras sociedades políticas y la relación con nuestra historia señala el escritor, es que “volvemos al pasado para encontrar sólo lo que queremos (…) como profesor de historia, celebro que vayamos al pasado, pero no cuando esa búsqueda cercena con un bisturí ideológico, es decir, recorta lo que creo que nos sirve y todo lo demás lo barremos debajo de la alfombra. Esas operaciones de parcialidad se estimulan unas a otras y el pasado se convierte en un escenario para conspiraciones. Eso también pasa con la violencia. En Argentina ahora mismo hay algunas líneas políticas que celebran, idealizan y recuerdan con mucho afecto y admiración a los miembros de las organizaciones paramilitares (del siglo XX), pero como su lado violento incomoda, los evocamos sin la violencia que perpetraron, y eso es terrible”. Cualquier parecido con nuestro país ¿es mera coincidencia?

El discurso, como el poder, jamás quedan vacíos

En un principio, Sacheri usó la palabra libertad, la libertad que desea para el lector, sin cortapisa ni adoctrinamiento político. A propósito, retoma otro ejemplo de la actualidad: “fíjate cómo luchando por las diversidades también tendemos al discurso único. De nuevo, está en nuestra naturaleza, pero por suerte dudar, hacerse a un lado, disentir en lo que sea también es de condición humana, porque hasta las causas más nobles necesitan ser cuestionadas, porque el problema no son las causas, somos nosotros”.

El autor señala que la cautela es la más prudente de las herramientas en el escenario público, aunque exige una gran capacidad de perspicacia, porque el silencio absoluto también es un riesgo.

Lo explica: “el ámbito discursivo público siempre tiende a llenarse con algo, no queda vacío, del mismo modo que el poder jamás queda desocupado. Si los discursos más razonados, más complejos y matizados retroceden al silencio, el ágora de la discusión pública quedará ocupada por los más ramplones, los más básicos, los más fanáticos”. Por lo anterior, concluye, la mesura deberá entenderse como la capacidad de retraerse sólo para reflexionar sobre lo que uno debe decir.

“Nosotros dos en la tormenta”

Eduardo Sacheri

Editorial: Alfaguara

Año: 2023

480 páginas

Versión impresa: 489

Versión digital: 159

Del Oscar al Premio Alfaguara

Eduardo Sacheri además es de obras como “La pregunta de sus ojos” (2005) –que fuera reeditada en 2009 como “El secreto de sus ojos” después de que la adaptación fílmica fuera premiada con el Oscar a Mejor película extranjera–, “La noche de Usina” (2016), ganadora del Premio Alfaguara de Novela 2016, y “El funcionamiento general del mundo” (2021), la obra previa y por la que este diario se entrevistó con el autor en 2022.

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