Ruleta rusa: no hay peor ciego, que el que no quiere ver

En tiempos de cierre de año, me parece más que relevante platicar sobre los tiempos electorales. Tiempos que, en esta ocasión, comenzaron antes de lo habitual, con procesos internos que resultaron ser materia de profundo análisis

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Está claro que quienes formamos parte de los procesos políticos de cualquier manera, vivimos en un autoengaño compartido y normalizado por los partidos, los ciudadanos, los medios y hasta la autoridad electoral…

Vienen los tiempos de intercampaña y, como no se respetarán tampoco, en la opinión de un servidor deberán resultar en una profunda reflexión del árbitro electoral y los partidos, para modificar algunos parámetros.

Los procesos democráticos internos me parecen una gran medida para elegir candidatos, siempre y cuando se entiendan dos cosas:

1) Una leyenda de “dirigido a militantes” no acota el proceso de ninguna manera

2) Los simpatizantes deberían poder participar y, por lo tanto, formar parte de la toma de decisiones; esto es un avance democrático y no debería ser castigado.

La realidad está superando a las normas y, por lo tanto, las normas no están siendo acatadas. La autoridad deberá saber que si la Ley no alcanza a la realidad, entonces todos vamos a seguir fingiendo ceguera.

Será materia de las próximas Legislaturas analizar también esta situación, por lo que no podemos excluir a los partidos políticos de este texto.

A últimas fechas, se han planteado algunas opciones, sin embargo, me parece que una Reforma con esta relevancia debería ser tomada en un consenso entre todas las fuerzas políticas y el INE; ¿imposible? Bueno, desearlo no cuesta nada.

En la opinión de un servidor, la Reforma Electoral debería considerar sí o sí:

1) Poner la libertad de expresión por encima de todo y permitir a los políticos y actores públicos pasar del eterno diagnóstico a las propuestas concretas sin tiempos electorales;

2) la fiscalización digital, continua y transparente para evitar el uso de recursos públicos o de recursos mal habidos;

3) y -por último pero no menos importante- se deberá discutir sobre los procesos actuales para definir tiempos electorales realistas, que puedan cumplirse, porque las “primarias” van a seguir sucediendo, eso es un hecho, entonces que se regulen y que se conecten, en un calendario realista, a los tiempos de precampaña y campaña, para evitar el despilfarro innecesario -y evidente- de recursos.

Sobre el periodo de intercampaña, es muy pronto para decir puesto que no ha sucedido, sin embargo, por experiencias previas, creo que debería reducirse esta brecha para evitar que se incumpla la Ley, porque aunque la Ley es la Ley, la oferta y demanda también importan…

Los ciudadanos estamos atentos y queremos escuchar, participar y decidir, es decir: hay demanda; por lo tanto, creo que tienen que existir las condiciones para que los políticos tengan una oferta dentro de los marcos legales y morales establecidos y acordados.

La estrategia de Movimiento Ciudadano será materia de la próxima columna, pero si me pidieran apostar, les jugaría cien a que Samuel será candidato a la Presidencia y dejará a su propuesta de gobernador interino.

POR FEDERICO ARANDA

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