Deportistas que cambian de bandera

El tenista Nicola Kuhn, que dejará de competir como español para hacer como alemán, es el último ejemplo de esta tendencia, ya sea por motivos deportivos o sentimentales

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Nacer en un sitio u otro es cuestión de suerte. Nadie lo elige. Y a veces, nacer en un sitio puede suponer la diferencia entre triunfar y no triunfar. En 2020, Novak Djokovic confesó que recibió una oferta para jugar como británico cuando despuntaba en categorías juveniles. Quizá podría haber obtenido más ayudas, pero apeló al sentimiento y a la familia para quedarse con Serbia. Nicola Kuhn ha decidido mirar también hacia sus raíces y, a pesar de vivir en Torrevieja desde los tres meses, defiende a partir de ahora los colores de Alemania, gracias a la doble nacionalidad obtenida por su padre.

Es usual que un tenista con doble nacionalidad tenga que elegir por qué bandera jugar. Kuhn eligió España en 2015, como Paula Badosa, con pasaporte estadounidense. Un año antes fue Garbiñe Muguruza quien decidió liderar el equipo español en lugar de hacerlo por su Venezuela natal. Más recientemente, Naomi Osaka acudió a los Juegos de Tokio como japonesa y no como estadounidense. Sentimientos y oportunidades. En tenis se encuentran en el presente menos casos de jugadores que ya hayan jugado con una camiseta y cambien al cabo del tiempo. Ivan Dodig lo hizo, pues había jugado con Bosnia hasta 2006 y decidió buscarse una oportunidad mejor con Croacia a partir de 2010.

También Kuhn vistió la camiseta española en la Copa Davis júnior, siendo uno de los tenistas con más proyección del torneo. Y ahora busca un nuevo aliciente en el país que tiene a Alexander Zverev, de origen ruso, como máximo exponente. Para que esto haya sido posible, el jugador ha tenido que pasar dos años sin haber sido llamado para ninguna competición internacional de índole colectiva. A partir de 2015, la Federación Internacional cerró criterios y estableció que si se había disputado una Copa Davis absoluta con un país ya no se podía cambiar de bandera. Djokovic abogó por aligerar esta norma: «Creo que la regla de jugar solo por un país es demasiado estricta. En algunos casos particulares, si se quiere cambiar por razones privadas y personales, o económicas, deberían permitirles jugar con otra país», indicó sobre Aljaz Bedene, entre Gran Bretaña y Eslovenia.

Más habitual en otros deportes

Para elegir otra bandera que dé más satisfacción personal por motivos emocionales o más oportunidades por motivos deportivos, las normas varían según el deporte. En atletismo se estableció un periodo de tres años desde la última llamada para una competición internacional, tener menos de 20 años y solo se permite un cambio. Los organismos competentes revisan caso por caso.

En el fútbol las federaciones suelen estar atentas para captar a los talentos precoces, como Ansu Fati, ya español antes que de Guinea-Bisáu. En cuanto a los trasvases, la FIFA permite el cambio si el jugador, antes de cumplir 21 años, ha participado en un máximo de tres partidos con categorías inferiores de la selección. Casos como los de Laporte o Munir fueron analizados con lupa. El primero jugó con Francia, pero nunca en el combinado absoluto, y ahora defiende españolía. El segundo jugó con la sub-21 española, y aunque lo hizo una vez cumplidos los 21 años, la FIFA aceptó el recurso de Marruecos para que pudiera vestir esa camiseta.

No son tan estrictos en waterpolo, donde solo es necesario esperar un año. Felipe Perrone compitió por su Brasil natal en Río 2016 y por España, su país de acogida, en Pekín 2008, Londres 2012 y Tokio 2020. Xavi García hizo el viaje contrario: fuera del equipo español para los Río 2016 después de tres citas, llamó a las puertas de Croacia, cuya nacionalidad obtuvo al casarse con una croata.

Las puertas están más abiertas en balonmano, aveces con polémica, como en 2015, cuando Qatar facilitó en exceso la llegada de extranjeros, como Daniel Saric, ante la falta de materia prima autóctona con calidad para jugar el Mundial. También España sumó éxitos con nacionalizados como Talant Dujshebaev y Arpad Sterbik, que vistió las camisetas de Yugoslavia y Serbia.

Fuente: ABC

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