La triste historia de Paulina Porizkova, la esposa que Ric Ocasek desheredó tras cuidarle hasta su muerte

El cantante de The Cars cambió su testamento poco antes de fallecer, y ahora ella relata en Instagram cómo ha tenido que abandonar su hogar

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En 1984, cuando The Cars rodaron el videoclip de su hit «Drive», trabajaron con una actriz «alta, exótica y salvaje», tal como pidió la directora de casting. Aquella chica de diecinueve años, que había sido portada del especial de trajes de baño de Sports Illustrated, se llamaba Paulina Porizkova y hechizó por completo al cantante del grupo, Ric Ocasek. Estaba casado, pero se enamoró perdidamente de ella y cuando supo que el sentimiento era mutuo, no podía creer que una mujer tan guapa y joven (él tenía cuarenta) quisiera estar con él, así que se divorció y cinco años después ya estaba felizmente casado con Porizkova.

Durante su noviazgo, el éxito de The Cars había caído en picado. Y en el mismo año de la boda entre Rick y Paulina, 1989, el grupo se separó definitivamente. A ella sin embargo, le iba de perlas. Unos meses antes de casarse firmó con Estee Lauder el contrato mejor pagado en el mundo de la moda, seis millones de dólares, y tras subir al altar con Ocasek fue portada de Vogue, Elle o Harper’s Bazaar, y protagonizó campañas publicitarias para marcas como Chanel, Christian Dior, Versace o Revlon.

Ocasek emprendió una carrera en solitario que no colmó las expectativas de nadie, y acabó ganándose el pan como productor de discos de otros artistas. Fue en esa época cuando a Paulina se le empezó a notar cansada de la situación laboral de su marido: «Es realmente difícil estar casado con alguien si eres el único que hace todo el trabajo», dijo en el programa de televisión CBS This Morning. Mientras la relación se iba a pique, Ocasek cayó gravemente enfermo del corazón. Pero Paulina decidió quedarse con él y cuidarle hasta el final.

Según la versión de la modelo, todos los gastos de los últimos años de vida de Ocasek corrieron de su cuenta. Pero la pareja no estaba todo lo unida que parecía. Según una amiga de ella, también modelo, «Ric y Paulina realmente se amaban, pero cuando él se enfermó, parecía cansarse de todo. Ella no sabía si él había dejado de amarla o simplemente había dejado de amar la vida. Él estaba emocionalmente muerto para ella».

«Quién abandonó a quién depende de quién cuente su versión», reflexiona una amiga de la modelo. «Claramente sintió que ella lo estaba abandonando en un momento difícil de su vida, a pesar de que ella era la que más lo ayudaba cuando se enfermaba. Y ella sintió que él simplemente había dejado de preocuparse por el matrimonio, otra forma de abandono».

En 2018, poco antes de que The Cars actuasen por última vez al ser incluidos en el Rock and Roll Hall of Fame, la pareja anunció que se separaba. Pero fue sólo una separación emocional, no física: Paulina siguió quedándose en casa, según su versión para cuidarle.

Pero un ejecutivo discográfico abrió la espita de la sospecha, insinuando que Paulina no se marchaba de la casa porque ya no tenía tanto trabajo en el mundo de la moda debido a la edad, y se había acostumbrado a un tren de vida que sólo podía mantener viviendo en la mansión de diez millones de dólares que compartía con su esposo en el Gramercy Park de Manhattan: «A medida que Paulina crecía y trabajaba menos… parecía más dependiente de Ocasek», aseguró el empresario.

El 15 de septiembre de 2019, la exsupermodelo volvió a casa después de unas compras y se encontró a su marido muerto, fulminado por una enfermedad que se había agravado notablemente afectando también a los pulmones. Recientemente se había sometido recientemente a una cirugía, pero los hechos demostraron que nada se pudo hacer para evitar su muerte.

Entonces comenzó un nuevo drama para Porizkova, por partida doble. No sólo había perdido a su marido, sino que descubrió que éste había reescrito su testamento solo unas semanas antes, negándole cualquier tipo de herencia y obligándola a abandonar la casa.

«No he hecho ninguna provisión para mi esposa, ya que estamos en proceso de divorcio. Incluso si muero antes de que nuestro divorcio sea definitivo, Paulina no tiene derecho a ninguna parte… porque me ha abandonado», decía el documento firmado por Ocasek.

La herencia de Ocasek, que alcanzaría un valor aproximado de cinco millones de dólares, fue a parar a cuatro de los seis hijos que había tenido con sus tres matrimonios (los dos del primero y los dos que había tenido con Porizkova, dejando fuera a los dos de su segundo matrimonio), así que Porizkova tuvo que hacer las maletas y marcharse de su hogar. Así lo relató en Instagram hace unas semanas, acompañado sus mensajes de tristeza con fotografías de la mudanza. «Comenzando el proceso de dejar ir las cosas, dejar ir treinta años, dejar todo lo que he conocido, todo lo que me hacía sentir segura. Últimos dos días en mi casa. Está vacío, frío y sucio. Nunca lloré tanto como en el último año», dice uno de sus posts, en el que se la puede ver arrodillada oliendo unas prendas de ropa que probablemente fueran de Ocasek.

Porizkova planea impugnar el testamento, que le otorgaría lo que se llama «una participación electiva» según la ley estatal, a menos que realmente se pueda probar que ella abandonó a Ocasek. Según Nicole Noonan, una abogada de divorcios consultada por The Post, «en el estado de Nueva York, si todavía están casados en el momento de su muerte, ella tiene derecho a una parte de la herencia. Ella puede presentar un buen argumento … Se casaron con la promesa de permanecer juntos a través de la enfermedad y la salud y ella lo demostró, a pesar de cualquier estado de ánimo en el que pudiera haber estado en ese momento cuando reescribió el testamento. No puedes desheredar a tu cónyuge. Puede desheredar a todos, excepto a su cónyuge».

Así pues, esta triste historia sólo encontrará su final en los tribunales. Mientras tanto, Paulina Korizkova sigue compartiendo su tragedia en las redes sociales, donde reconoce que lo va a tener difícil para recuperar sus finanzas trabajando como modelo: «El dolor ciertamente no es un creador de belleza. Mis párpados están empezando a cerrarse. Los pedazos de papada al lado de mi boca no solo me hacen parecer mayor, sino también de alguna manera amargada».

Fuente: ABC

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