El Niño de Linares cumple 60 años sobre el escenario y lo celebra con un disco por todo lo alto, Raphael 6.0, que sale a la venta el 27 de noviembre; al que seguirá un concierto en el WiZink Center, previsto para diciembre, y que dará el pistoletazo de salida a una ambiciosa gira nacional e internacional. Eso sí, con permiso del coronavirus.
Raphael se encuentra mejor que nunca a sus 77 años y su aspecto es inmejorable. Nos recibe en su casa de Madrid para contarnos en primicia los detalles de su nuevo trabajo, en el que participan, entre otros, Luis Fonsi, Vanesa Martín, David Bisbal, Manuel Carrasco, Pablo López y Pablo Alborán.
XLSemanal. Raphael 6.0, toda una celebración. Pero que nadie espere un recopilatorio de éxitos como Yo soy aquel, El tamborilero…
Raphael. No, claro que no; esas canciones pertenecen a otras épocas. Este disco es distinto, canto las canciones que siempre me han gustado.
XL. Vida loca, Se nos rompió el amor, Vivir así es morir de amor, Lucha de gigantes…
R. Son mis canciones favoritas, pero que nunca había grabado porque no eran mías. Lo gracioso es que me comporto ahora como cuando empecé y no tenía repertorio. Manuel Alejandro me hacía dos o tres temas y el resto eran canciones que me gustaban: My way, que lo hice en español y fue un trancazo; El tamborilero, un éxito mundial…
XL. ¿El tamborilero no es de Raphael?
R. Todo el mundo lo piensa, pero no; es una canción alemana instrumental muy antigua, la había oído en algún lado y me gustó. Pero la casa de discos no quería incluirlo en un álbum para Navidad porque lo iba a grabar Sinatra. Y yo les dije: «¡Pero qué tengo yo que ver con ‘ese’ señor!» [ríe]. El caso es que la grabé antes que Sinatra. Pero yo no tengo ningún complejo en cantar canciones que hayan cantado otros antes.
XL. ¿Porque está seguro de que lo va a hacer mejor?
R. Llámalo como quieras [ríe]. Todas las canciones de otros que he cantado han sido éxitos muy grandes conmigo.
Raphael posa relajado a sus 77 años. En 2003 tuvo que ser sometido a un trasplante de hígado, operación que no solo salió bien, sino que lo devolvió, dice, a los 16 años.
XL. Raphael 6.0 arranca con un tema de Julio Iglesias: Me olvidé de vivir.
R. Una canción que tampoco es de Julio, es una canción francesa a la que él puso la letra en español. Yo la canto con Manuel Carrasco, que le pega su pellizco también.
XL. Raphael 6.0 es un disco inédito con canciones de otros.
R. Y haciendo dúo en todas menos en Resistiré, que canto yo solo.
XL. Aprovecha el éxito que tuvo esta canción durante el confinamiento.
R. No, no la escogí por eso; es una canción pedida por mi mujer. Cuando Natalia se la oyó al Dúo Dinámico, me dijo: «¿Por qué no la cantas tú también?, seguro que lo harías muy bien». Es la única canción que ella me ha pedido que grabe.
“Natalia es la reina, gobierna y paga. Ella tiene todo el mando. Y yo, encantado. Llevamos 48 años casados. ¿Quién mejor que ella para llevar las riendas de todo?”
XL. Ha tardado en complacerla.
R. ¡Ocho años! [Ríe]. Cuando decidimos las canciones de este disco y los artistas que me iban a acompañar, pedí que me guardaran la número 13 para cantar yo solo el Resistiré, porque por fin iba a complacer a mi mujer.
XL. No le pone pegas al 12 + 1.
R. No, no; no soy nada supersticioso y mira que soy andaluz.
XL. Con Natalia han hecho un programa de radio, han doblado una película de Disney… ¿Nunca le ha tentado grabar una canción con ella?
R. ¡No! Y eso que canta muy bonito. Si le digo yo de cantar conmigo, se muere.
XL. ¿Nadie a quien se lo pidió rechazó la propuesta de acompañarlo en este disco?
R. No, soy muy insistente. Nadie me dijo que no y tengo la virtud de saber convencer.
XL. ¿Alguien sintió miedo por cantar a su lado?
R. Sí, pero no te voy a decir quién fue [ríe]. Una vez hecho, ha quedado tan contenta que no se lo cree siquiera. A muchos de ellos se lo pedí por WhatsApp y se quedaron sorprendidísimos, se creían que les estaba tomando el pelo.
XL.¿ Hay artistas con los que no cantaría nunca?
R. Con todo el que no sepa cantar. Para hacer el ridículo que lo hagan solos [ríe].
XL. Raphael es uno de los cantantes más imitados, ¿quién cree que lo hace mejor?
R. ¿Imitarme a mí?, nadie. Lo que hacen es una parodia sobre mí, porque a mí no me imita nadie, y cada vez lo hacen menos porque no tienen donde agarrarse. De entrada deben tener una gran voz… y no he tenido la oportunidad de ver eso en ninguno de ellos.
XL. En diciembre dará un concierto en el WiZink Center de Madrid, con el auditorio que permitan. De momento, el ocio está muy restringido.
R. El peligro está en la noche, en las comidas, en las bebidas y en los sanfermines, como digo yo; no está en el cine, en el teatro ni en los museos. Nadie se ha contagiado yendo a estos sitios; pero yo no quiero poner en peligro a la gente y seguiré lo que Sanidad dicte, porque hay que tragarse el orgullo -todos- e ir por el camino que te señalan; si no, esto no se acabará nunca.
XL. Pero entre los políticos no hay unidad de acción frente al virus.
R. Yo me rebelo contra ellos todos los días. ¡Vamos, ya está bien! Estoy de los políticos hasta las narices: yo y todo cristo. ¿O no? No se ve otra cosa que pelearse los unos con los otros y me quedo asombrado.
XL. Usted es nieto político del conde de Romanones y bisnieto de Alonso Martínez…
R. Y si entonces el conde de Romanones dijo, hablando de los políticos, «¡vaya tropa!», hoy con seguridad diría otra cosa mucho más fuerte.
XL. ¿Usted qué medidas impondría?
R. Yo voy a hablarte solo de lo que me interesa a mí, aparte del disco: del teatro, del cine, de los museos… ¿Cómo tienen todo eso cerrado y dejan el Metro abierto? ¿Por qué no cierran el Metro, donde se está reproduciendo el virus?
XL. ¿Porque entonces no podría trabajar casi nadie?
R. Es que también hay mucha gente que vive del cine, del teatro, de los museos… Más vale que corten el metro un mes, pero cortado de verdad. Esta es mi manera de verlo y, a lo mejor, cualquiera que lea esto pensará que soy idiota [sonríe].
XL. Hace unos años que Raphael ha calado entre un tipo de seguidores a los que no se lo hubiera asociado antes: posmodernos, veinteañeros…
R. ¡Es que yo soy muy moderno! O soy muy acomodaticio a los tiempos que corren. Soy muy amigo de la gente joven y eso se nota mucho.
XL. Además de icono del colectivo LGBT.
R. ¿Soy icono gay? ¿Sí? Pues me parece muy bien. En todo lo que se mueve en este mundo, yo quiero estar.
La carrera profesional de Raphael despegó en 1962 al ganar el Festival de Benidorm. Para participar, se podían presentar varias canciones y él presentó ¡trece! Sigue con el mismo entusiasmo y determinación. En 2021 estará de gira… si la pandemia lo permite. Y Raphael cree que lo permitirá. «Soy de los que creen que, si nos portamos bien, venceremos a este virus».
XL. Desde que cumplió nueve meses vive con su familia en Madrid, pero fue Manuela Carmena la que le hizo Hijo Adoptivo de esta ciudad. ¿Con la izquierda le va mejor?
R. Me ha ido igual de bien con todos. El artista tiene que estar aparte de la política, hay que mantenerse libre. Yo tengo la suerte de contar con un público que crece conmigo y que ha hecho que sean de Raphael sus hijos y los hijos de sus hijos.
XL. Sin embargo, a su padre le costó digerir su fama.
R. Le venía extraño, pero al final también se convenció. ¿Sabes que iba todos los días al teatro a verme desde el gallinero? Los fans me chivaban que estaba allí. Al día siguiente, mirando para otro lado, me decía bajito: «Estuvo bien lo de anoche».
XL. Muy joven se convirtió en cabeza de familia y pretendió que su padre dejara de trabajar como albañil, pero no lo consiguió nunca.
R. Claro, él no quería dejar su trabajo y mucho menos porque yo fuera famoso. ¡Y tenía razón! Cuando se hizo mayor, le insinué que él no tenía que seguir ahí y me contestó: «Esto es lo que sé hacer y yo no tengo la culpa de que a ti te dé por ser artista». Pero, si le pasaba algo, yo podía morirme reconcomido por no haber conseguido que se retirara. Entonces decidí hacerme una casa en Málaga. Volví a Madrid y le dije a mi padre: «Papá, quiero que me hagas una casa en el sur y te necesito, porque quiero que la dirijas tú». Las obras duraron más de tres años y fue la felicidad para él y para todos.
“Yo me rebelo contra todos los políticos todos los días. ¡Vamos, ya está bien! Estoy de los políticos hasta las narices; yo y todo cristo”
XL. Dice que Natalia es la directora del programa de su vida.
R. ¿Eso he dicho? Pues es verdad, lo corroboro. Natalia es la que reina, gobierna y paga [ríe]. Ella tiene todo el mando. ¿Quién mejor que ella para llevar las riendas de todo? Ella lo hace y yo, encantado. Llevamos 48 años casados y estamos al borde de las bodas de oro. Y mis hijos igual.
El 14 de julio de 1972, Raphael y Natalia Figueroa se casaron en Venecia en secreto… o casi. No querían una ceremonia invadida de fans (que seguían al cantante en hordas). Figueroa era nieta del conde de Romanones e hija del marqués de Santo Floro y ejercía como periodista. El centenar de invitados a la boda se subió al avión sin saber adónde iban. Pese a ello, algunos periodistas lograron llegar a la ceremonia y contarla al día siguiente.
XL. Pero si dos de sus tres hijos se han separado.
R. Bueno, quiero decir que están maravillosamente bien, porque hay separaciones y separaciones. Se llevan muy bien y eso también es una alegría en los tiempos que corren. Además, tienen una descendencia maravillosa (ocho nietos).
XL. ¿Ejerce de abuelo?
R. ¡Ehhhh! [Hace que se enfada]. Como me vuelvas a decir esa palabra te echo de mi casa. No soporto esa palabra porque en este país la decís en un toniquete… ¡Y sí, ejerzo! Yo soy el padre de los padres y ejerzo totalmente.
XL. ¿Juega con ellos y les canta canciones?
R. Juego con ellos, pero no les canto porque yo no canto cuando no toca.
XL. ¿Y en casa no toca nunca?
R. No, solo canto cuando hay público que viene a escucharme a un teatro. Yo no soy de cantar en la ducha ni por la casa… Como es mi profesión, me lo tomo muy en serio y todo tiene que ser muy trascendental.
“¿Imitarme a mí? Lo que hacen es una parodia de mí. ¡A mí no me imita nadie! De entrada deben tener una gran voz y no he visto a ninguno que la tenga“
XL. Oiga, con 77 años mantiene una buena mata de pelo. ¿Le ha dado José Bono alguna dirección al respecto?
R. No, no, jajaja. No hablamos de eso, Pepe es un personaje sensacional, un consuegro ideal. Yo no tengo peluquín ni injertos ni nada, pero Bono lo ha hecho muy bien. La gente tiene derecho a lucir como quiera, ¿por qué no? Mi pelo es mío del todo [se agarra un buen mechón con la mano y tira de él], es totalmente natural. A mí no me preocupa nada mi imagen ni mi edad. Me veo bastante bien, soy ágil, estoy sano y tengo pelo, ¡jajaja! Son ya 18 años (desde el trasplante de hígado) y parece que fue ayer.
XL. ¿Su enfermedad hepática tuvo algo que ver con el consumo excesivo de alcohol?
R. Vamos a ver… Yo no dormía, tenía mucha dificultad para hacerlo y un día me tomé una cosa que me dieron en el avión y descubrí que eso me hacía dormir y seguí tomándola, pese a que me perjudicaba. Pero yo nunca he sido… Lo tomaba porque me hacía dormir.
“Mi destino es seguir hasta el final, sobre todo teniendo la voz que tengo”
XL. Hay artistas que con los años han perdido la voz, pienso en Miguel Bosé…
R. [Interrumpe]. Bueno, eso es otra historia; el pobrecito tiene otro problema. A mí se me hizo el trasplante sin pensar en eso, fue para salvarme la vida; pero después de la operación empecé a darme cuenta de que las cosas volvían a ser como cuando tenía 16 años. ¡Es muy fuerte, eh! Y, desde entonces, no sudo; no he vuelto a sudar ni en el escenario. El trasplante ha sido el suceso más importante de mi historia.
XL. De retirarse de los escenarios… ni hablamos.
R. ¡No! [Rotundo]. Yo tengo que seguir trabajando porque si no… ¡Es que me muero! Mi destino es seguir hasta el final, sobre todo teniendo la voz que tengo. Y es muy extraño que un artista tan trabajado y a mi edad tenga esta voz. Yo creo que hasta el trasplante me ha beneficiado, porque ha depurado mi cuerpo de otra manera.
XL. Me olvidé de vivir ya está sonando en las radios y en las redes. ¿A usted se le ha olvidado vivir algo?
R. A sabiendas, no. Siempre he hecho lo que he tenido que hacer, no solo lo que he querido; y lo he hecho encantado, porque yo no vivo solo: vivo con mi mujer y mis hijos y vivo enamorado de mi familia. La adoro.
XL. Sesenta años frente al público, mire para atrás y dígame lo primero que ve.
R. Nunca miro para atrás. Yo no soy nada nostálgico y tampoco me gustaría serlo. No quiero añorar nada que ya no voy a volver a tener.
XL. Dice que no temió por su vida cuando se enfrentó al trasplante de hígado, ¿teme ahora por ella a causa del coronavirus?
R. Tampoco, tengo muchas cosas que hacer todavía en la vida como para pensar en perderla. ¡No pienso en morirme!
Fuente: ABC
