Albañiles trabajan al filo del peligro: 9 han muerto en el último año

En la mayoría de las obras ellos mismos deben costear su tratamiento en caso de accidente.

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Al filo del peligro: En siete de cada 10 obras de construcción en el sur del estado, los albañiles carecen de medidas básicas de protección.

Si sufren algún accidente, tienen que costear su tratamiento, porque en esta zona menos de tres mil tiene seguro social.

Esta situación ha cobrado la vida de nueve albañiles en el último año, según reportes de la Secretaría de Seguridad Pública.

Los más propensos a sufrir accidentes son los albañiles, que según la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, superan los 80 mil en Quintana Roo, aunque el Instituto Nacional de Estadística y Geografía confirma que sólo 67% (53 mil 765) de ellos está dado de alta en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En el caso del sur, menos de tres mil tienen prestaciones.

Esto se debe a que la mayoría de albañiles se emplea de manera eventual, señaló el integrante del Sindicato de Trabajadores, Obreros y Empleados de la Industria de la Construcción, José Juan Chilón.

Por ello no hay una relación de contrato entre ambas partes, que obligue a la empresa a dar seguridad social a sus empleados. Esto se da más en las obras particulares, ya que las constructoras que participan en las licitaciones de obras públicas, deben garantizar la seguridad de sus obreros.

“Para construir una casa, los patrones no suelen ofrecer el equipo mínimo establecido en las normas estatales, aunque estas leyes establecen claramente que deben dar las herramientas básicas para desarrollar su trabajo en un ambiente sin riesgo”, dijo.

Por eso es tan común encontrar a albañiles sin botas, casco, arnés y otros aditamentos de seguridad personal. Exhortó a la comisión de Seguridad e Higiene de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social a hacer las revisiones pertinentes para sancionar a los patrones, pues esta situación se agudiza en este período de pandemia.

“Debido a que el trabajo es cada vez más escaso, emplean gente por 30 días, obligándolos a laborar en jornadas de más de 10 horas, si quieren ser empleados el siguiente mes. Esto causa demasiada tensión en los empleados y aumenta el índice de accidentes”.

Fuente: SIPSE

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