Los científicos ponen la voz de alarma sobre la resistencia a los fármacos contra la malaria en África

El antipalúdico más utilizado podría estar «al borde de una resistencia clínicamente significativa», como surgió en el sudeste asiático hace más de una década

0
318

La resistencia a los medicamentos contra la malaria en África puede estar comenzando a afianzarse, según un estudio que analiza cambios similares a los observados hace una década cuando la resistencia a los medicamentos se extendió por el sudeste asiático.

En Camboya y los países vecinos, los compuestos farmacéuticos de artemisinina que se utilizan ampliamente contra la malaria ya no son siempre eficaces. Los parásitos de la malaria falciparum han desarrollado mutaciones genéticas que les permiten evadir los fármacos. Ha existido una gran preocupación de que la resistencia a los medicamentos pueda extenderse a África, que tiene la mayor carga de casos de este tipo de malaria y el mayor número de muertes infantiles a causa de ella. Solo en África el número de menores fallecidos asciende anualmente a los 250.000.

Un estudio en Ruanda, publicado este miércoles en la revista ‘Lancet Infectious Diseases’, muestra que la temida erosión de la eficacia de los medicamentos contra la malaria puede haber comenzado. Como sucedió en el sudeste asiático, los investigadores han descubierto que administrar a un niño un ciclo de medicamentos compuestos de artemisinina no siempre elimina los parásitos de la malaria de su sangre en tres días, como debería.

Las artemisininas, introducidas a principios de la década de 2000 en China, se administran en combinación con un tipo diferente de medicamento contra la malaria para garantizar que se eliminen todos los parásitos y que la eficacia de los medicamentos no se vea comprometida. La combinación más común es arteméter-lumefantrina, que Ruanda comenzó a usar en 2006.

Si el medicamento de artemisinina no elimina los parásitos rápidamente dentro de los tres días, el medicamento asociado se ve sometido a presión y, a su vez, puede desarrollarse resistencia. En ese momento, el tratamiento puede fallar, como ha sucedido en el sudeste asiático.

«Las mutaciones pueden surgir espontáneamente y estudios previos han apuntado a casos aislados de resistencia. Sin embargo, nuestro nuevo estudio muestra que los aislamientos resistentes están comenzando a volverse más comunes y, lo que es más importante, están asociados con implicaciones clínicas (eliminación tardía del parásito), explica Aline Uwimana, del Centro Biomédico de Ruanda, en Kigali y autora principal del estudio.

Los expertos pidieron una vigilancia más intensiva de la farmacorresistencia en Ruanda y otros países africanos. «Nuestro estudio mostró que el tratamiento para la malaria en Ruanda todavía es 94% efectivo, pero se necesitan con urgencia nuevos estudios y monitoreo continuo», afirmó Naomi Lucchi, asesora residente de los CDC para la Iniciativa contra la malaria del presidente de EE. UU y coautora del estudio.

Los investigadores monitorearon el tratamiento de 224 niños con malaria de seis meses a cinco años en tres áreas de Ruanda: Masaka, Rukara y Bugarama. En dos de los sitios, aproximadamente el 15% de los niños todavía tenían parásitos detectables después de tres días, lo que se ajusta a los criterios de resistencia parcial de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los investigadores también encontraron ciertas mutaciones en los parásitos, que están implicados por la OMS en el retraso en la eliminación.

Los expertos creen que las señales de advertencia están ahí. Este estudio, y otros datos, sugieren que estamos «al borde de una resistencia a la artemisinina clínicamente significativa en África, como surgió en el sudeste asiático hace más de una década», escribe el profesor Philip Rosenthal, de la Universidad de California, San Francisco, en un comentario en la revista.

«La pérdida de eficacia de los ACT clave (terapias combinadas basadas en artemisinina), en particular arteméter-lumefantrina, el antipalúdico más utilizado, podría tener consecuencias nefastas, como ocurrió cuando la resistencia a la cloroquina provocó un enorme aumento de las muertes por paludismo a finales del siglo XX», asegura Rosenthal.

Fuente: ABC

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here