Reconstruyendo el Sistema Educativo en México con un plan de acción de largo plazo

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Girl drawing on blackboard

En mi artículo anterior, abordamos la importancia de que los aspirantes a la presidencia de la república estén profundamente comprometidos y familiarizados con los retos del sector educativo en nuestro país. La educación en México necesita una transformación urgente que priorice resultados concretos y nos impulse a actuar de inmediato para reconstruir nuestro sistema educativo. Este nuevo sistema debe poner en el centro a los maestros, invertir en capacitación continua, y proveer una infraestructura de calidad. Además, es crucial desarrollar habilidades en ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas (STEAM), así como competencias socioemocionales, para preparar a nuestros estudiantes frente a las demandas cambiantes del mercado laboral.

El Consejo Nacional de Autoridades Educativas (CONAEDU) desempeña un papel esencial como órgano deliberativo que congrega a las autoridades educativas de cada entidad del país. Su misión es analizar y debatir el desarrollo de políticas públicas para la educación, formular recomendaciones y coordinar acciones que potencien la función social de la educación. Sin embargo, su impacto actual es limitado y necesita ampliar su alcance y profundidad en la implementación de estrategias efectivas.

Resultados alarmantes en la educación en México. Según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), de los 34.8 millones de niñas, niños y jóvenes que deberían estar recibiendo educación obligatoria, 6.4 millones no asisten a la escuela. Además, entre aquellos que sí asisten, los resultados en las pruebas PISA han sido, por decir lo menos, desastrosos.

Para abordar eficazmente estas necesidades educativas, es fundamental considerar la creación del Consejo Nacional de Educación. Este organismo, idealmente presidido por el Presidente de la República y compuesto por gobernadores, secretarios de educación, maestros, padres de familia, organizaciones civiles y representantes del sector empresarial, tendría la tarea de diseñar currículos actualizados, desarrollar estrategias a largo plazo y asegurar el cumplimiento de los objetivos estatales. Además, el Consejo debería desarrollar un programa sectorial integral que abarque educación, empleo, deporte y cultura, fomentando la inclusión y la equidad en todos los niveles educativos. Con una perspectiva que supera los límites del sexenio actual, este ente se proyectará hacia el futuro, estableciendo metas y planes de largo plazo.

Es crucial que las autoridades educativas ofrezcan certeza y apoyo continuo al personal docente sobre las planeaciones. México tiene la oportunidad de convertir la educación en un motor de movilidad social y productividad, pero para lograrlo, es indispensable apostar por una política educativa de largo plazo y priorizar la mejora en la formación de nuestras futuras generaciones.

El camino hacia adelante es claro: necesitamos un líder que se comprometa profundamente y movilice a todos los sectores para construir una política educativa pertinente, que trascienda administraciones y se centre en soluciones viables y sostenibles para mejorar la educación en México. No podemos seguir dependiendo de improvisaciones; la ausencia de un plan bien definido ha sido un obstáculo significativo hasta ahora. Es imperativo establecer una dirección clara y colaborar estrechamente para asegurar un futuro educativo prometedor para nuestras niñas, niños y jóvenes.

Fuente: eleconomista

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