En la serie ‘Better call Saoul’, el abogado protagonista se hace popular entre una clientela humilde gracias a unos anuncios tan cutres como eficaces. En la vida real, los abogados más conocidos consiguen una publicidad gratuita gracias a los juicios mediáticos en los que no solo defienden a su cliente, también se convierten en portavoces oficiales durante todo el proceso. En el caso Daniel Sancho, sin ir más lejos, Juango Ospina, abogado de la familia Arrieta, ha conseguido convertirse en un rostro habitual de la prensa española.
Amigo íntimo de Íñigo Onieva (se desplazó a Budapest para no faltar a la despedida de soltero y acudió como invitado a su boda con Tamara Falcó), el colombiano estudió Derecho en Madrid y comenzó su andadura profesional compaginando los juicios con las colaboraciones en televisión, ya fuera como experto penalista en espacios como ‘El programa de Ana Rosa’ o como contertulio político («La oratoria y la comunicación son dos de mis grandes pasiones», confiesa en su web). Casado y padre de tres hijos, su nombre es Juan Gonzalo, pero todos le llaman Juango. Su bufete, a través de su socia Beatriz Uriarte, se ha encargado de la defensa de Juan José Ballesta, entre otros. Los honorarios dependen del caso: parten de 250 euros más IVA por hora, una tarifa que el bufete considera «muy ajustada considerando su nivel reputacional».
Juango Ospina tiene enfrente a un oponente mucho más conocido para los espectadores españoles, Marcos García-Montes, cuyo bigote es todo un icono de la justicia nacional. Este abogado lleva a sus espaldas 1.300 casos ganados y tiene casi 4.800 clientes, dos de ellos en pleno huracán mediático, Daniel Sancho y Rafael Amargo. Saltó a la fama tras el asesinato de los marqueses de Urquijo como abogado de Rafa Escobedo, condenado por el crimen. La defensa de la familia Ruiz Mateos tras la expropiación de Rumasa consolidó su imagen y, desde entonces, lo hemos visto asociado a innumerables ‘celebrities’, desde Isabel Pantoja a Cayetano Martínez de Irujo.
Su despacho ha sido el elegido por Ana Obregón, Bertín Osborne, Ortega Cano, Julio Aparicio, Pepe Sancho, Maribel Verdú o Luis Merlo, entre otros muchos. En su momento también contó con Rocío Jurado, Concha Velasco y Carmen Sevilla como clientas estelares. En el juicio contra Daniel Sancho, García-Montes ha reconocido que no puede aclarar sus honorarios: «No hay establecido un precio para este tipo de casos, es algo que se determina de manera particular y no se puede dar una cifra exacta». Según diversas fuentes, Rodolfo Sancho accedió a una exclusiva con HBO por unos 150.000 euros para recabar los fondos necesarios para la defensa de su hijo, cuyos gastos podrían ascender al millón de euros.
Contra las injusticias
Tan conocida en los juzgados como en los platós, Teresa Bueyes, ejerce de abogada y colaboradora en distintos programas, como ‘Así es la vida’, donde reparte estopa: «Tengo una sentencia del Supremo que reconoce que el término ‘friki’ no es un insulto», se justificó tras llamar así a Chabeli Navarro por sus cuitas con Bertín Osborne. Entre su clientela destacan nombres como los de Bárbara Rey, Alba Carrillo, Isabel Preysler, Marina Danko o Toñi Salazar. Teresa reconoce que es conocida «como ‘la Robin Hood de la abogacía’ por los innumerables casos llevo de manera altruista, muchos de ellos de compañeros de televisión. Me preocupo por las injusticias». No cobra por minuto, tampoco la visita inicial y sus honorarios se rigen por el convenio del Colegio del Abogados de Madrid. La letrada reconoce su impotencia ante casos como el Paulina Rubio, que se negó a pagar las costas y la indemnización a pesar de perder el juicio: «No ha sido posible el embargo contra ella porque no tiene bienes en España».
El más polémico es Javier Saavedra, quien ha logrado hacerse un nombre como abogado de famosos a pesar de protagonizar escándalos que han afectado su reputación: fue condenado a seis meses de prisión por estafar a Javier Rigau, exmarido de Gina Lollobrigida, e inhabilitado por dos años y medio para ejercer la abogacía. Tuvo problemas con Elena Tablada, que le denunció por negligencia, o Nati Abascal, a quien le embargaron la casa de Sevilla. Los embargos a sus clientas por supuestos errores se han ido sucediendo, desde Ana Obregón a Rocío Carrasco. Incluso Eugenia Martínez de Irujo casi vio sus cuentas embargadas por el impago de las costas de su juicio contra Diego Arrabal.
Los hijos no reconocidos de los famosos saben que deben recurrir a Fernando Osuna, toda una institución que ha ganado más de 900 demandas de paternidad. También invitado a participar en televisión, hemos podido ver cómo ofrecía en directo sus servicios a Luis Vicente Rico, ‘Pinocho’, en su deseo por ser reconocido como hermano de Anabel Pantoja. Lo hizo a través de Pilar Vidal tras una conversación con nuestra compañera durante la emisión de un ‘Deluxe’. Osuna y sus hijos han llevado con éxito a los tribunales a figuras como El Cordobés o Samuel Eto’o. Suele cobrar unos 5.000 euros, «aunque hay que añadir gastos como procuradores (500 euros) o pruebas periciales (900)», explica. «En caso de ganar la demanda, es el condenado a pagar las costas quien se hace responsable del cargo». Además, su bufete contrata un detective a razón de 400 o 500 euros al día: «Con Julio Iglesias fue más caro porque tuvimos que mandarlo a Miami», recuerda el abogado.
Récords de audiencia
En Estados Unidos, este fenómeno es más evidente desde que se retransmiten los juicios por la pequeña pantalla. El caso de O.J. Simpson, que batió récords de audiencia, convirtió en estrella a todos los implicados en su defensa, entre ellos, Robert George Kardashian, amigo del jugador, de origen armenio, casado con Kris Jenner y padre de la dinastía más famosa del planeta: sus hijas Kim, Kourtney y Khloë son las reinas de los ‘realities’ y empresarias de éxito. La relación entre Robert y Simpson era tan íntima, que el acusado pasó los días posteriores al asesinato de su mujer y su amante en casa de los Kardashian. Fue el abogado quien leyó el comunicado a la prensa del jugador. ¿Habrían alcanzado la fama sus hijas de no ser por aquel juicio que hizo historia?
John Branca se ha especializado en estrellas de la música como The Rolling Stones o Aerosmith, Camille Vasquez triunfó en la guerra de Johnny Depp contra Amber Heard, Mike Geragos es conocido por defender a Winona Ryder y a Michael Jackson, Laura Wasser lleva los asuntos de Angelina Jolie, poco frente al reto de Benjamin Brafman, que aceptó el difícil de exculpar a Harvey Weinstein, el ‘monstruo’ de Hollywood. Son los reyes del banquillo.
